Por Mercedes CARO NODARSE
Foto: CEDEÑO
Puede estar
lloviendo “a cántaros” o hacer un espléndido sol mañanero. No importan las
circunstancias. Reinalda Ibargollín Pérez sale de su casa día a día, a las 8:00
a.m., a examinar el pluviómetro No. 533 ubicado muy cerca de la casona —construida
hace más de 100 años— en el asentamiento El Túnel, perteneciente al municipio
de Cumanayagua.
Esta mujer, que ya
guarda historias y años en su mente y espaldas, cumple con rigor la tarea de
observadora voluntaria de la lluvia, faena realizada desde hace casi tres
décadas. “Primero fue mi esposo, con él hablaron los compañeros de la Empresa
de Aprovechamiento Hidráulico (EAH), de acá en Cienfuegos, le explicaron la
necesidad de atender el pluviómetro y la manera de desarrollar el trabajo, algo
que aprendimos todos en la casa; al fallecer nos quedamos mi hijo y yo, es algo
así como una tradición familiar”, comenta.