Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

martes, 4 de julio de 2017

Toda la epopeya en una imagen



Entrevista al diseñador Manuel Villafaña Sacerio, autor del logotipo que identificará la campaña por el aniversario 60 del levantamiento popular del 5 de Septiembre de 1957, en Cienfuegos, Cuba

 
Me sorprendió en la calle. En el cristal trasero de la “Diana” —alentador signo visual de que la modernidad llegó a nuestra propaganda política— viaja desde hace unos días la identificación gráfica que acompaña ya la próxima conmemoración en Cienfuegos del aniversario 60 de la epopeya del 5 de septiembre de 1957.

  De inmediato, la imagen me remitió al lirismo que en ocasión de las dos décadas de la gesta, en 1977, estrenara nuestro cantautor Lázaro García, convertido ya en icono musical del levantamiento: “Rompió la madrugada / el grito de los hombres / como poniendo un nombre / al Sol de la mañana…”. (canción al 5 de Septiembre).


Sin embargo, el creador de este nuevo distintivo sobre una fecha trascendental en la localidad, tendría que contar la hazaña sin el poder de seducción de la música, ni de las metáforas literarias, y aun así atraer las miradas en medio del vertiginoso andar de nuestras calles, para asir y anclar su mensaje en las multitudes: amanece, se combate bajo la rojinegra guía del M-26-7, corre la sangre en el colegio San Lorenzo…, en fin contar toda la proeza de un pueblo, la sublevación de marinos, y civiles, a través de una sola imagen.

   Manuel Villafaña Sacerio, “Villa”, como conocen a este diseñador gráfico hace más de 35 años los lectores del diario, ahora semanario, 5 de Septiembre, confiesa que “surgió de esa inquietud de ocuparme en crear sobre un tema en mis ratos de ocio, porque si uno se guía por el diarismo, perece, creativamente hablando.

  “No hubo ninguna pretensión de concursar, asegura. Lo hice, como tantas otras opiniones gráficas o caricaturas políticas, que nacen de las circunstancias y las guardo en el ‘archivo’, dice mientras se apunta a su testa. Luego mis colegas me animaron a que las presentara en el certamen convocado por la Asociación de Comunicadores de Cuba (ACC) en Cienfuegos, para seleccionar el logotipo de la campaña por el 60 aniversario”.

  Y lo ganó.

  “Creo que influyó el hecho de que llevo mucho tiempo trabajando sobre esta efeméride, y quizás me ayudó ese bagaje que tengo, la experiencia, porque he hecho muchos carteles, vallas y logotipos para esa fecha. Por ejemplo, en el año del aniversario 55 hubo muchas iniciativas y yo participé, creando la marca para una medalla conmemorativa.

  “Recuerdo que entonces  Juan Ayús García, propagandista y diseñador, una autoridad en esas materias en Cuba, vino, y yo le consulté —así como lo hacía con Enrique Román, el primer director que tuvo este periódico. Ayús me dijo que mi trabajo le recordaba a Félix Beltrán, referente de la creación de identidad visual en Latinoamérica —y cuya escuela sigo—, y me sentí muy honrado, porque yo trabajo por instinto, conociendo los códigos semióticos de los que nos valemos los diseñadores para transmitir una idea, pero no soy graduado de nada” —se autodefine “no estudiado”, para nombrar su ilustración autodidacta.

  Pero como detrás de la cada caricatura suya subyace la agudeza de un periodista, en esta imagen se percibe la pericia del dibujante, y el discernimiento, en el aliento de los años 60, época de oro del cartel en el país y de la mejor tradición de la propaganda política.

  “Esta, creo, se sale del cliché —admite—, porque no en pocas ocasiones vemos que esos temas se ilustran con una palomita, una estrella, unos rayitos y nada más”.

  El jurado del certamen reconoció en la propuesta de Villa “un conjunto armónico, fuerte, coherente, dinámico y con una carga semántica muy certera”. Conformado por la presidenta de la ACC, Balbina González; Mercedes Caro Nodarse, jefa de redacción del semanario 5 de Septiembre; y Ari Bayolo de la Teja, graduado del Instituto de Diseño, entre otros expertos, percibió que el logotipo de Villafaña “alude de manera metafórica al momento del hecho, al representar en primer lugar el frontis del colegio San Lorenzo, graficado de una forma genuinamente limpia, minimalista a modo de contravalor (…) y debajo, el hecho sangriento de una forma figurativa, realista y cruda. Esta hace cierre visual con la superior, las une como el sol naciente significante de renacer, vida, luz y fuerza entre otras.

  “En cuanto a la tipografía, mantiene una armonía con la utilizada en la arquitectura neoclásica del edificio, la cual también aporta elegancia y sobriedad al logo, funcionando como base y descanso visual del mismo (…)”.

  Se descifra el Villa conocedor de los códigos gráficos, cuya experticia le permite condensar la historia, que con una lectura veloz, pueden decodificar la inmensa mayoría de los cienfuegueros.

    “El Sol está saliendo sobre la entrada de San Lorenzo, y dentro se vive  el drama de esos hombres, un derramamiento de sangre, la masacre que hicieron con ellos; y luego, como todo lo que nace, ascienden con ese Sol, a la eternidad. Esa es en síntesis la historia que quise contar”, asevera el diseñador.

  Resultó un nuevo ícono, una nueva visualidad, que con escasas líneas, paleta exigua, y desde prácticas comunicacionales de la contemporaneidad, nos sorprenderá en lo sucesivo en pulóveres, vallas, carteles. Por ahora desanda las calles y apela con la fuerza expresiva de una imagen, a que en apenas una ojeada y en medio del vertiginoso e incierto tráfico, recordemos la proeza que hizo a Cienfuegos la primera ciudad libre de Cuba durante unas 24 horas. (Ismary Barcia Leyva)

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