Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

martes, 3 de diciembre de 2013

¡¡¡Qué viva Changó!!!




                     (canción)



Santa Bárbara bendita
para ti surge mi lira
Santa Bárbara bendita
para ti surge mi lira
Y con emoción se inspira
ante tu imagen bonita
Que viva Changó 
Que viva Changó
Que viva Changó 
Señores

Con voluntad infinita
arranco del corazón
la melodiosa expresión
pidiendo que desde el cielo
nos envíes tu consuelo
y tu santa bendición
Que viva Changó 
Que viva Changó
Que viva Changó 
Señores
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Nuestra oración favorita
llevamos hasta tu altura
Que viva changó 
Que viva changó
Que viva changó Señores

Con alegría y ternura
quiero llevar mi trovada
Allá en tu mansión sagrada
donde lo bueno ilumina
junto a tu copa divina
y tu santísima espada
Que viva changó Que viva changó
Que viva changó Señores

En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
Que riegues con tu fluido
tu sagrada bendición
Que viva Changó 
Que viva Changó
Que viva Changó 
Señores

Yo también de corazón
te daré mi murmurío
Con orgullo y poderío
haré que tu nombre suba
Yen el nombre de mi Cuba
este saludo te envío
Que viva Changó

Que viva Changó
Que viva Changó 
Señores


                   Celina y Reutilio



Santa Bárbara



   Santa Bárbara nació en Ismidt-Ismir, en la Turquía asiática, con límites en el Mar Negro. Antiguamente, esta ciudad era llamada Nicomedia, capital de la provincia de Bitinia. El nacimiento de Bárbara se sitúa en el siglo III, bajo el reinado de Maximino.

  Su padre, Dióscoro, era militar de carrera, un señor rico y poderoso, de carácter orgulloso y brutal, duro y difícil. Su madre, Repe, de origen judío, en casi todos los relatos siempre permanece en el anonimato.

  Muy celoso de la belleza de su hija, pretendida por numerosos nobles de la ciudad, debiendo partir para la guerra, con el objetivo de protegerla de la vista de los hombres y de los que podían llevarla hacia el cristianismo ―el padre―, le hizo construir una torre a Bárbara, donde la encerró apenas con nueve años de edad. Allí vivía la doncella rodeada de todo tipo de comodidades y hasta lujos, de acuerdo con su rango social.

  Al pie de la torre, para distracción de la joven, se construyó, por expreso mandato de su padre, una especie de poceta o piscina con dos grandes ventanas, de forma que siempre la luz del sol entrara y la joven gozara de este privilegio.

  El padre dio a la hija maestros muy afamados con quienes aprendió a los más célebres poetas, filósofos, historiadores y oradores de la época. Dotada de gran inteligencia, pronto la joven se percató de la falsedad de la doctrina pagana y sus deidades. Acuciada por los deslumbres de su fe, halló el medio para hacer llegar un mensaje al sabio católico Orígenes. Unos dicen que la propia Bárbara logró traer con múltiples astucias al propio sabio hasta su encierro. Otros relatos afirman que, al recibir el mensaje, el insigne doctor de la ciudad de Alejandría, le envía a la joven un discípulo suyo llamado Valencio, el cual tenía grandes dotes profesorales, quien fue recibido en el castillo con honores y atenciones sin que los familiares de Bárbara los estorbasen en lo más mínimo por considerarlo como a médico venido del extranjero para cuidarla.

  Así, con gran júbilo para la joven, pudo comenzar su instrucción con libros sagrados de la fe cristiana. Algunos relatan que la joven fue bautizada por el propio Orígenes; otros estiman que el propio discípulo de Orígenes la bautizó.  La tradición cristiana afirma que el bautizo ocurrió en circunstancias milagrosas. Estando ella de rodillas y en actitud de oración, brotó ante sí una fuente que se dividió en cuatro, en forma de cruz. Entonces se le apareció San Juan Bautista quien la bautizó como anteriormente lo había hecho a los judíos en el río Jordán. En medio de esta intensa luz, el propio Jesucristo le habló, entregándole una palma y un anillo. Dícese que cuantos visitaban con posterioridad aquella fuente, lograron para sí curación a sus dolencias.

  El padre, Dióscoro, se hallaba en país lejano a cargo de una expedición militar encomendada por el Emperador; entretanto, Bárbara, en medio de su fervor cristiano, mandó a unos albañiles a que abriesen una tercera ventana en la torre para así honrar con su amor a la Santísima Trinidad y tener la representación de las tres divinas personas en su vida cotidiana. Se cuenta que la joven, en gran acto de fe, trazó con su pulgar en un mármol de la torre la señal de la cruz, y esta allí se quedó grabada.

  Al regresar el padre y ver las transformaciones ocurridas en su ausencia, se presentó ante la joven y la instó a que confesara el porqué de ese cambio en ella. La bella muchacha se confesó cristiana y, de una forma erudita, relató al padre los errores del paganismo y lo verdadero de la fe en Cristo, representada en la Trinidad (Dios Padre, Dios Hijo y Espíritu Santo), única fuente de verdadera luz.

  Dióscoro trataba por todos los medios que su hija retornase al paganismo, mas Bárbara, que defendía su virginidad, argumentaba que estaba desposada en forma mística con Cristo y que ninguna riqueza ni matrimonio terrenal eran comparables a la dicha que le esperaba en el reino de los cielos. Al ver la obstinación de su hija y lleno de temor de que llegase a oídos del César que su hija era cristiana, lo cual lo exponía a caer en desgracia, perder su cuantiosa fortuna y su fuero de nobleza, el padre transformó su amor de fiero león hacia su hija, en odio y venganza.

  Entonces, desenvainó la espada y de modo brusco se lanzó contra la joven, la cual en esta ocasión logró escapar; estuvo escondida en un peñasco y se retiró a un monte, ocultándose en la maleza; en su incansable y fiera búsqueda, Dióscoro dio con dos pastores, uno de los cuales le informó cómo hallarla. El padre la encontró y, luego de martirizarla, la encerró bajo vigilancia en una pequeña casa a las afueras de la ciudad para ejecutar en ella los tormentos que le ordenase el tirano pretor Marciano, quien en aquella provincia representaba al César.

  La bella joven es entregada a la justicia y comienza la relación de sus martirios. Fue juzgada según las leyes entonces establecidas. No obstante, el pretor, al ver a una joven tan delicada y bella, trató por todos los medios de disuadirla, quizás por compasión, contra lo que él llamaba superstición. La joven se negó a ser persuadida por el pretor Marciano, por lo que fue amenazada con innumerables suplicios: entonces fue despojada de sus vestiduras y azotada durante tres días; la acostaban sobre vidrio roto y sobre las puntas de las lanzas; abrieron sus llagas con sal y vinagre y, totalmente desfallecida, fue tirada en un oscuro calabozo.

  La tradición cristiana dice que Jesús, viendo a Bárbara en medio de sus sufrimientos, se le apareció a la joven y le limpió sus heridas, la cuidó con esmero y le dio fuerzas para resistir con su fe, cualquier nuevo suplicio que le fuera impuesto. A los pocos días, la muchacha fue de nuevo llevada ante el pretor Marciano, el que quedó asombrado al verla robusta y llena de fuerzas.  Bárbara le explicó que esto no era obra de los dioses paganos, construidos por el hombre; su recuperación era obra del único y verdadero Dios.

  Furioso, Marciano, mandó a colgarla por los pies y a rasgar sus costados con dos garfios de hierro y quemárselos con antorchas encendidas. Ella sonreía en medio de estos martirios; entonces, enfurecido, el tirano mandó que le golpeasen a la joven la cabeza con grandes martillos; los desenfrenados excesos llegaron a arrancarle sus dos pechos con tenazas, más ella continuaba sonriendo. La humillaron ante el pueblo y la expusieron desnuda por toda la ciudad, pegándole latigazos. Bárbara, no obstante, llevaba firme su oración al cielo. En ese momento se dice que una luz dejó sin visión a cuantos presenciaban tan cruel espectáculo.

  Al ver a Bárbara con tanta fortaleza física y de ánimo, el pretor Marciano ordenó entonces la pena de muerte; se le debía cortar la cabeza a la muchacha. Dióscoro en vez de conmoverse, endureció el corazón y reclamó para sí el triste papel de verdugo: "Yo soy el padre ―dijo― y no quiero que muera de otras manos más que de las mías". Cansado de la sencillez con que la joven recibía su suplicio, le hizo arrodillarse y, de un solo golpe, la degolló; antes, Santa Bárbara pedía y oraba por todos los que la habían hecho sufrir. Santa Bárbara consigue la palma del martirio, cuando el verdugo es su propio padre.

  Cuando se retiraba de aquel lugar, luego de cometer semejante crimen, inesperadamente, desde el cielo sereno y sin nubes, la centella de un rayo hirió de muerte a Dióscoro al volver a su casa, y al pretor Marciano en su propio tribunal. Las fuentes sitúan el martirio de la gloriosa santa, el 4 de diciembre de 238, apenas comenzada su adolescencia.

  A Santa Bárbara se la representa vestida de blanco con un manto rojo. El color rojo en la liturgia de la Iglesia Católica significa el martirio y el amor encendido. El amor a Cristo está representado en la Sagrada Hostia y en el Cáliz; el martirio, por las palmas; la torre, más que la prisión simboliza en sí a la Trinidad, honrada por la santa en las tres ventanas de la torre; la espada es el arma con que recibió el martirio. A Santa Bárbara a veces se la representa junto a un cañón.

  Es patrona de los mineros, de los artilleros, de todos aquellos que quieren verse libres del peligro de truenos y centellas. También le ofrecen su devoción cuantos trabajan con explosivos y, por extensión, los bomberos, los cocineros, los albañiles, fundidores, ingenieros, clérigos, campaneros, canteros, arquitectos y constructores. Santa Bárbara es, además, patrona de los marineros y de sus naves, de los carniceros, los enterradores y los artesanos; protege a las doncellas cristianas; es patrona de los estudiantes, también de algunos colegios y librerías.

  La devoción a Santa Bárbara, muy difundida por toda Europa se observa en bellas obras de arte conservadas en diferentes sitios. Entre las pinturas famosas de Santa Bárbara están las de Botticelli (Museo de Lucca); Memling (Hospital de San Juan, Brujas); Burgkmair (Museo del Emperador Federico, Berlín); autor desconocido (Museo de Huesca) la Santa Bárbara de Jacobo de Barbari (Galería Real de Dresde), la Santa Bárbara, de la Abadía de Westminster, Londres y nuestros René Portocarrero, Manuel Mendive, Zayda del Río, entre otros. También la devoción a Santa Bárbara ha inspirado diversas obras literarias.



Changó



Changó tiene un hacha de rayos

y multiplica la furia de vivir

que muerde los fantasmas de los días rotos.



  Changó es un orisha o deidad mayor. Es dios del fuego, del rayo, del trueno, de la guerra, de los ilú-batá, del baile, la música y la belleza viril. Es patrón de los guerreros y los artilleros. Este orisha es hijo de Ibaíbo y de Yemmú.  Lo cuidó Obañeñe (Bayoni) o Dadá; se dice que también pudo estar al cuidado de Yemayá Konlá, Aggayú Solá u Obatalá-Ibaíbo.

  A Changó se le atribuyen muchas virtudes y defectos de los hombres. Es buen trabajador, muy valiente, amigo digno de apreciar, adivino; también es algo mentiroso, mujeriego, en algunas ocasiones, pendenciero, jactancioso y jugador. Como padre se ocupa del hijo mientras éste le obedece, mas no lo admite cobarde. Los Ibeyis son sus hijos. Changó posee también innumerables amantes; ello no le impide tener sus propias mujeres: Oyá, Obba Yurú y Ochún.

  A veces se le representa a caballo como un soldado. El caballo del orisha, su compañero inseparable, es Esinlo o Erinlo.

  En la tierra Yoruba, Nigeria, esta deidad era Rey de la ciudad de Oyó; se dice que cometió suicidio y, a partir de entonces, se convirtió en orisha. Existen diversas leyendas o pattakíes que refieren la historia de Changó.

  Uno de ellos narra que Aggayú, dueño del río, tuvo amores con Yemayá, de los cuales nació Changó. Pero como Yemayá rechazó al hijo, éste fue acogido y criado por Obbatalá. Al reconocerlo como hijo, le colgó un collar rojo y blanco. Dijo entonces que sería rey del mundo, y le construyó un castillo. Al poco tiempo, el orisha bajó al Congo; allí se conoció a Changó por Pungun Nsasi; al pasar los años, se convirtió en un muchacho muy  revoltoso y juguetón, de tal manera, que Madre de Agua Kalunga se vio obligada a expulsarlo de allí.

  Entonces Changó, con su pilón, tomó su tablero y su castillo, con los cuales había descendido del cielo, y se encaminó hacia el destierro.  Luego de mucho andar y recorrer diversas tierras, se encontró con Orula; le entregó a este el tablero porque vio que el sabio era hombre de respeto y se lo iba a cuidar. A partir de entonces, Orula se convirtió en el gran awó o sacerdote, el sabio adivino, consejero de hombres y Orishas.

  En ese momento, Olofi, Dios Supremo, el creador de hombres y Orishas, de la Tierra, o sea, de todo cuanto existe, al ver el estado anímico de Changó, enfadado, lo mandó a buscar. Entonces Olofi se fue a registrar con Orula y le salió el oddun Okana-Wori, que dice: "El problema del menor con el mayor, surge de la majadería del primero respecto al segundo”.

  Orula recomendó a Olofi que pusiera en la puerta del castillo de Changó, el ebbó o trabajo que le había mandado a realizar. A la siguiente mañana, Changó se encolerizó al ver el ebbó; de inmediato fue a visitar a Olofi. Como su ira era tremenda, sus ojos echaban candela y chispas; por poco llega a faltar el respeto a Olofi, el creador. Este último, cuando comprendió que se excedía con Changó, y para que no pensase que lo maltrataba o lo tenía a menos, le explicó que su actitud correspondía a que lo había querido probar. Ya entonces se había percatado el Creador de que Changó era una persona prudente y respetuosa.

  Otro relato narra cómo Changó se escondía de la ira de Oggún, que por aquel entonces mantenía relaciones  con Oyá.

  Changó desafiaba a Oggún al convertir a Oyá en su mujer. Estando el amante Changó en casa de Oyá, dueña de las centellas y los temporales, de pronto, enterado, se apareció Oggún; rodeó la casa con un ejército formado por todo tipo de armas hechas en su fragua; interpelaba bruscamente a Changó a que saliera y le enfrentase batalla.

  Oyá, muy respetada y querida en su pueblo, y bajo la influencia de su amor por Changó, se cortó sus largas trenzas; se quitó también su saya de nueve colores y su pañuelo. Vistió a Changó con todo esto. Luego abrió la puerta de su casa y Changó, vestido con la indumentaria de su amante, se abrió paso entre la multitud, imitando el majestuoso paso de Oyá. Vestido así, logró escapar de la ira a manos de Oggún, su eterno rival en el amor.

  Sería demasiado extenso narrar las múltiples facetas de la vida de Changó, quien también recibe diversos títulos acorde con estas facetas. Así, por ejemplo, Obba Lube, es Changó cuando está con Obba, su legítima mujer; Obbara es el Changó pobre, andrajoso, acusado de mentiroso; se le denomina Obbaña cuando es el rey de los Ilú-Batá; Changó Eyée, es el guerrero que echa fuego, deja caer rayos y lo envuelve todo de humo. Changó Alaye y Changó Elueke es el que se presenta con el hacha bipene, en el momento que recibe el aché de Osain; Obba Koso es el Changó rey, que se ahorcó y que tiene su casa en la palma, su trono; es el negro prieto bien parecido que se viste de ropa punzó.

  Changó Olufina es el de la ceiba, compadre de Oggún; Alafi Alafi es el Changó rey de reyes, cuyo reino está en Oyó, ciudad del país de los yoruba. Así, sucesivamente, este orisha es capaz de resumir en sí todas las virtudes y defectos; recibe muchos nombres de acuerdo con sus distintas manifestaciones; también, según las diversas tierras por las que ha pasado este orisha, tan popular y controvertido de nuestro panteón afrocubano.

  Como hemos podido apreciar a través de estas páginas, el relato establecido por la tradición cristiana acerca de Santa Bárbara y los pattakíes o leyendas de Changó, no guardan relación alguna entre sí. 

  Veamos a continuación como el culto al orisha Changó tiene su origen en África y cómo se traslada a tierras de nuestra isla caribeña.

  Changó tiene su origen en África; Changó, como se le conoce allí, toma la doble personalidad de orisha y rey en la Tierra.  Sobre este controvertido orisha se cuentan múltiples historias  en sus oriki o pattakíes; también hay numerosos relatos, en la memoria de su pueblo, que lo divinizó y lo convirtió en una de las deidades más populares del panteón yoruba en América, como en su ancestral África.

  Como personaje histórico Changó fue el tercer Alafin de Oyó, hijo de Oraniyan y Torosi, una de las hijas de Elempe, rey de los Tapa, por lo que existía una alianza de paz entre estos dos grandes reinos.  Pero Changó decidió instalarse en el territorio de los Koso, sus vecinos, y allí se convirtió en un gobernante impetuoso, déspota, lo cual le ganó una mala fama que lo perseguiría.  Al llegar a este punto de la historia recogida sobre este orisha-hombre, existen varias versiones: una, que fue desterrado por los viejos sabios del país de Oyó, y abandonado por su esposa Oyá, razón por la cual se suicidó.  Esto provocó la desgracia a su pueblo, la sequía, la esterilidad de las mujeres y la muerte.  Por orientación de los mayores se visitó a Koso y después a Baribá, tierra de grandes brujos, en donde consiguieron los polvos mágicos para hacer que la naturaleza volviera a ser fértil.  Oyá, angustiada por el remordimiento, tanto lloró que convirtió sus lágrimas en el río que lleva su nombre.  En este momento, Changó toma el título de Obakoso, rey de Koso.

  En otra historia que nos brinda la admirable memoria de los africanos se relata que Changó, fascinado por los poderes que poseía sobre el fuego, el rayo y las centellas, se subió a una loma que bordeaba su ciudad de Oyó y de Koso.  Jugando con sus polvos, Oogun ase, provocó una tormenta de rayos con tanta violencia que destruyó su palacio y las chozas de la gente del pueblo, desencadenando un gran desastre; avergonzado, abandonó su tierra y se fue a Koso donde se ahorcó.  Sus seguidores lo elevaron a la condición de orisha, ofrendándole sacrificios y elevándole altares en todos los territorios bajo su dominio.

  Changó llega a Cuba y a América en los barcos negreros que transportaban grandes cargamentos de esclavos para trabajar en las plantaciones del nuevo continente.  Con los esclavos vino Changó, su culto, sus relatos, su vitalidad y colorido; a partir de entonces, el culto a esta deidad se iba transmitiendo en tierra americana de padres a hijos a través de la memoria oral, fue así como se asentó en nuestra tierra cubana.

  Como el amigo lector podrá observar, ni la historia, el relato y el origen de Santa Bárbara y Changó, así como su introducción en Cuba guardan algo en común, más bien se trata de dos historias que muestran un cierto paralelismo hasta que la misma vida pone en suelo cubano, juntas, las dos tradiciones de las culturas africana y europea. 

  Y como dijo Nicolás Guillén en su poema “La Canción del Bongó”:



En esta tierra mulata

de africano y español

(Santa Bárbara de un lado

del otro lado Changó),

siempre falta algún abuelo,

cuando no sobra algún Don



Más sobre Shangó



  Shangó: Quizás el más "popular" de los Orishas, gobierna los relámpagos, los truenos, el fuego, los tambores y la danza. El es un Orisha guerrero de inteligencia o ingenio agudo, temperamento irascible y la personificación de la virilidad.

  Es un Osha guerrero, el rey de la Religión Yoruba y uno de los Orishas más populares de su panteón. Shangó es un Osha y está en el grupo de los Oshas de cabecera. Orisha de la justicia, la danza, la fuerza viril, los truenos, los rayos y el fuego, dueño de los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés, del baile y la música; representa la necesidad y la alegría de vivir, la intensidad de la vida, la belleza masculina, la pasión, la inteligencia y las riquezas. Es el dueño del sistema religioso de Osha-Ifá. Representa el mayor número de situaciones favorables y desfavorables. Fue el primer dueño e intérprete del oráculo de Ifá, es adivino e intérprete del oráculo del Diloggún y del de Biange y Aditoto. Shangó representa y tiene una relación especial con el mundo de los Eggún.

  Shangó fue el 4° Alafín (rey) de Oyó, esta es la segunda dinastía de Oduduwa luego de la destrucción de Katonga, la primera capital administrativa del imperio Yoruba. Shangó llegó en un momento trascendental de la historia Yoruba, donde las gentes se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Shangó fue enviado con su hermano gemelo por Oloddumare para limpiar la sociedad y que el pueblo siguiera nuevamente una vida limpia y las enseñanzas del Dios único.

  Luego de que se hizo rey, el pueblo comenzó a decir que Shangó era muy estricto e incluso tirano. En aquel tiempo las leyes decían que si un rey dejaba de ser querido por su pueblo debía ser muerto. Shangó terminó con su vida ahorcándose, pero regresó en su hermano gemelo Angayú quien con el uso de la pólvora, acabó con los enemigos de Shangó, quien a partir de allí comenzó a ser adorado como Orisha y fue llamado "El Señor de los Truenos".

  Shangó fue un rey guerrero y los generales de Ibadan lo amaban. Sus seguidores lo veían como el recipiente de grandes potencialidades creativas. Shangó fue uno de los reyes Yorubas que ayudó a construir las formaciones de batalla y gracias a sus conquistas el imperio Yoruba se extendió desde Mauritania hasta Gabón. Se hizo famoso sobre todo por su caballería de guerra, la cual tuvo un papel fundamental en la construcción del imperio.

  También fue el primer awó, que luego cambiara el ashé de la adivinación con Orunla por la danza, por esto es muy importante en el culto de Ifá para los babalawos, teniendo los babalawos una mano de Ikines llamada "mano de Shangó".

  Es hermano de corazón con corazón de Babalú Ayé (okan pelú okan). Shangó come primero cuando se corona este Orisha, ya que fue quien lo ayudó a curar de sus pestes. Osaín es el padrino de Shangó, el nombre de quien fue su esclavo es Deú y su mensajero se llama Bangboshé.

  Shangó significa revoltoso, sus piedras u otanes se recogen de cascadas o ríos. Su símbolo principal es el Oshe. El Oshe es un muñeco tallado en cedro y que en vez de cabeza tiene un hacha doble. Oshe con el tiempo es una energía que lleva carga, que la hacen los babalawos, este vive con Shangó.



Características



  Nombres: Changó, Shangó, Señor de los Truenos, Yakutá y Obakosso.

  Saludo: ¡Kaó Kabiesilé, Shango Alufina!

  Número: 4

  Fecha: 4 de diciembre

  Colores: Rojo y Blanco

  Día de la semana: Sábado

  Sincretismo: Santa Bárbara



Familia



  Shangó fue esposo de Obba, Oyá y Oshún. En algunos caminos desciende directamente de Oloddumare, en otros es hijo de Obbatalá y Oddúa (Oduduwa), otros lo sitúan como hijo de Obbatalá y Aggayú Solá y también de Obbatalá Ibaíbo y Yembó, fue criado por Yemayá y Dadá. Hermano de Dadá, Orunmila, Oggún, Elegguá, Oshosi y Osun.



Diloggún



  Shangó habla en el diloggún por Obbara y por Ellila Sebora, que es su letra principal.

Atributos



  Su receptáculo es una batea de madera, preferentemente de cedro, con tapa, que se sitúa arriba de un pilón que muchas veces puede tener forma de castillo.

  Sus atributos principales son seis herramientas hechas en cedro, hachas, espadas, rayos, tambores, una mano de caracoles, corona, copa, un sable, maraca de güira, una maza, etc.

  Shangó también lleva un chekere hecho de carapachos de tortuga.

  Entre los utensilios que se le pueden poner alrededor se encuentran un caballo negro, un tambor, una bandera roja brillantes, 3 hachas, un garrote y una cimitarra.

  Sus elekes se confeccionan alternando cuentas rojas y blancas.



Objetos de poder



  Un hacha de dos cabezas

  Una copa

  Una espada.



Trajes de Shango



  Shango se viste con una camisa roja suelta y pantalones blancos de listas blancas y rojas. También puede vestir pantalones blancos cortos con las patas cortadas en puntas. Su pecho está al descubierto y se le agrega una chaqueta corta que puede ser roja o de listas blancas y rojas. En su cabeza lleva una corona, que a veces se le da la forma de castillo.



Bailes de Shango



  Cuando Shangó baja golpea con su cabeza y da tres vueltas de carnero hacia los tambores. Abre los ojos desmesuradamente y saca su lengua. Sus movimientos característicos son blandiendo el hacha y agarrándose los testículos. Ningún otro Orisha dará saltos más altos, bailará más violentamente o hará gestos más extraños. Comúnmente puede comer fuego. Los bailes de Shangó suelen ser de guerrero o eróticos. Como guerrero blande su hacha y hace gestos amenazadores. Como amante, trata de demostrar el tamaño de su pene, se dobla, hace guiños y actúa de forma lasciva con las mujeres de la audiencia. Los bailadores imitaran sus movimientos y su contoneo sexual.



Ofrendas a Shango



  A Shangó se le ofrenda amalá hecha a base de harina de maíz, leche y quimbombó, plátanos verdes, otí, plátano indio, vino tinto, maíz tostado, cebada, alpiste, etc. Se le inmolan carneros, gallos, codornices, jicotea (tortuga de río), gallina de guinea, palomas, etc. Sus ewe son el bledo punzó, atiponlá, platanillo de Cuba, Ceiba, paraíso, cedro, álamo, baría, zarzaparilla, bejuco carey, bejuco colorado, almácigo, camagua, combustera cimarrona, caña de azúcar, cebolla, caoba, flamboyán, guano blanco, guano prieto, laurel, maíz, palo amargo, mamey colorado, palo boma, hierba jicotea, piñón, piñón botija, quimbombó, rompesaragüey, ruda, tomate, travesera, yaya, palma, peonía, hierbabuena, trébol, canistel, filigrama, yaba, etc.



Caminos de Shango



  Los caminos de Shango se refieren más bien a los títulos que recibiera cuando fue rey. Es decir, su realeza, su arte de legislar, de hacer la guerra, su fuerza y su relación con el fuego y el rayo, entre otros aspectos.



Sus caminos son:



    Shango Obadimeyi.

    Shango Obakoso.

    Shango Bumí.

    Shango Dibeyi.

    Shango Alafin o Alafi Alafi.

    Shango Arirá.

    Shango Olosé.

    Shango Kamúkan.

    Shango Obbará.

    Shango Yakutá.

    Shango Ko Só.

    Shango Lubbe o Bara Lubbe.

    Shango Olufina Kake.

    Shango Obalúbe.

    Shango Obaluekun.

    Shango Bangboshé.

    Shango Addima Addima.

    Shango Obbaña.

    Shango Eyee.

    Shango Alayé o Eluwekon.

    Shango Obayá.

    Shango Lubbeo.

    Shango Omangüerille.

    Shango Oban Yoko.

    Shango Alufina.

    Shango Ebbora.

    Shango Ladde o Larí.

    Shango Dedina.

    Shango Luami.

    Shango Deima.

    Shango Deizu.

    Shango Tolá.

    Shango Obba Bi.

    Shango Yumi Kasiero.

    Shango Asabeyi.

    Shango Oluoso.

    Shango Okanami.

    Shango Nipa.

    Shango Gbogbagúnle.

    Shango Gbamí.

    Shango Fáyo.

    Shango Deyí.

    Shango Obanlá.

    Shango Tápa.

    Shango Godo.

    Shango Odúnbadeyí.

    Shango Oba Tolá.

    Shango Oluóso.

    Shango Nupé.

    Shango Oba Yokó.

    Shango Okanami.

    Shango Bolá.

    Shango Oloké.



Coronar Shango. Kari-Osha



  Para coronar este Osha debe haber recibido antes a los Orishas guerreros.   Luego durante la coronación se deben recibir los siguientes Oshas y Orishas.

  Elegguá, Obbatalá, Oke, Yemayá, Shango, Ibeyis, Ogué, Oshún y Aggayú.



Características de los Omo Shango



Los hijos de Shangó son voluntariosos, enérgicos, altivos, inteligentes, conscientes de su valor. En los hombres toleran las discrepancias con dificultad y son dados a violentos accesos de cólera. Pendencieros, mujeriegos, aman el dinero, pero no tanto el trabajo para conseguirlo, machistas y libertinos. En el caso de las mujeres son muy charlatanas y hasta a veces mentirosas, son de entrometerse en asuntos de los demás y no perdonan desde ningún punto de vista las infidelidades. Son trabajadoras y son capaces de llevar hasta las últimas consecuencias sus ideales, aunque ello implique enfrentarse con los demás.



Patakies de Shango



  Después que Shango derroto a Oggún, el volvió a su vida despreocupada de mujeres y fiestas. Oggún fue de nuevo a su fragua y a su trabajo. Los dos se evitaron encontrar siempre que fuera posible, pero cuando se veían se oía un trueno en el cielo y se veían relámpagos. Después de oír hablar de la pelea entre los dos hermanos, Obbatalá convocó a Shango y le dijo.

  -Omo-milla. Tu pelea con tu hermano me trae mucha tristeza. Tú debes aprender a controlar tu temperamento.

  -Es su culpa Babá, él ha ofendido no solamente a mi madre, sino que luego fue detrás de Oyá e intento interponerse entre Oshún y yo.

  -Hijo mío, él nunca debió ofender a tu madre. Pero él no es solo el culpable. Oyá era su esposa y Oshún le tentó. Por ofender a su madre se ha condenando a trabajar duro por el resto de su vida. Eso es un castigo grave. Tu no eres completamente inocente; tu tomaste a su esposa y a su amante y luego le robaste su espada y su color.

  -El mato a mi perro. Ahora el puede decir que los perros son de él.- Shango le replicó a Obbatalá.

  -Entiendo tu resentimiento, pero entiende que la energía incontrolada puede ser muy destructiva. Tu energía es grande, pero tu necesitas la dirección. Para eso te ofrezco este regalo y este don.

  Obbatalá sacó el collar de cuentas blancas que siempre usaba y quitó una de las cuentas y se la dio a Shango.

  -Usa esta cuenta blanca, como un símbolo de la paz y la sabiduría, con las cuentas rojas de tu collar. Te doy a ti el poder de controlar tu energía sabiamente. Tu virtud será la justicia y no la venganza. Nadie ni nada te superará nunca.

  A partir de ese momento Shango usó su collar de cuentas rojas y blancas y ha sido el Orisha de la justicia.



Sincretismo



  Como parte de la transculturación y del peligro que vieron los esclavos traídos a Cuba de perder sus raíces, cada santo adoptó el nombre de un santo católico. También está el hecho de que los esclavos venían de diferentes partes de África y en cada uno se le llamaba diferente.



St. Católicos---Santa Bárbara

Kimbisa---------Nsasi, Gallo Ronco, Jorito de la Loma, Bomasere, Mirito, Siete Rayos.

Mayombe---------Nsasi Dina Motuto, Yoasi, Siete Rayos, Marufina, Bolla, Sobranuensasi, Nsabuari Munalongo.

Abakúa----------Okún.

Brillumba-------Nrita, Nritan, Kitan, Mukiamamuilo, Nsasi.

Arará-----------Hebioso, Jebioso Anamá.

Iyesá-----------Arumafeo Alami, Dambalá, Aladde.

Gangá-----------Mamba.



Fiesta de Santa Bárbara



Localización: Barrio Santa Bárbara / Palmira /Cienfuegos.

Denominación: Fiesta de Santa Bárbara

Caracterización: Fiesta que se realiza desde 1904 los días 3 y 4 de diciembre. Sus partes principales son: Matanza, Ofrenda a las deidades, saludo al sol, adoración e invocación a la imagen, misa dualidad, procesión, fiesta de bembé.

Periodicidad: Anual

Patrimonio tangible vinculado: Sociedad: dos imágenes Santa Bárbara, juego de tambores, umbele, requete,caja, guataca, dos trajes, una corona, una imagen de La Caridad del Cobre, una imagen de la Virgen de Regla, una imagen de San Francisco de Asís. Museo: Imagen Santa Bárabara, un traje de Santa Bárbara, una corona.

Valores intangibles: Toque, Baile, Canto de Bembé



Cabildo de Santa Bárbara



  Sociedad Santa Bárbara: Fue fundada en 1917 por Ludgarda Fernández, sin embargo el culto a Changó dios sus primeros pasos en el año 1894. Esta congregación ha desarrollado desde sus orígenes diversas actividades y apartir de 1904 se comienzan a realizar las procesiones de Santa Bárbara, como parte de la celebración del día de Santa Bárbara el 4 de diciembre lo cual constituye una tradición popular.

  La mayoría de los investigadores coinciden que para estudiar el culto a Shangó en Palmira la presencia de Lutgarda Fernández, negra criolla y esclava, nacida en Camagüey, donde residió hasta los 21 años es imprescindible.

  Lutgarda es la primera figura de la Sociedad de Santa Bárbara, se consagró en Matanzas y su asentamiento fue cruzado con los Orishas Ochún (Caridad del Cobre) y Shangó (Santa Bárbara), aunque practicaba más el último, según se cuenta Shangó bajaba a su bohío y ella bailaba entre el fuego y no se quemaba.

  Su religiosidad, que como se verá a continuación no dejó de practicar, la cual conocía con anterioridad, tal es el caso del milagro ocurrido durante su embarazo que la conduce inexorablemente a su consagración y devoción a Shangó.

  Viviendo en esta casa de la Calle Horruitiner, Lutgarda tuvo un mal parto y viéndose en el estado de gravedad ocurrió el milagro de Santa Bárbara (Shangó), ésta le dijo que quemara la imagen de Santa Bárbara que estaba en el cuarto y luego ligara las cenizas con el aceite que estaba en la lámpara y se lo pusiera como compresas tibias en el abdomen, con esto la enferma expulsó un líquido amarillo y se curó. Entonces volvió a presentarse Santa Bárbara (Shangó) y le dijo que tenía el compromiso de que en el pueblo donde viviera fijamente luchara por un templo y una imagen.

  En un bohío habitado por el esclavo Antonio Cabrera de la dotación del ingenio Portugalete, en unión de Lutgarda y otros creyentes empieza ha desarrollarse la religión.

  Se traslada hacia Palmira a fines del siglo XIX y se establece en la Calle Tránsito, hoy conocida por Céspedes, donde formaron un pequeño altar para ritos, consolidando su posición en la localidad, reciben la ayuda financiera de un comerciante para la construcción de un local de madera y teja.

  De esta manera, a partir de una familia biológica dirigida por Lutgarda Fernández convertida hacia 1910 en una familia religiosa se logra establecer una sociedad, inaugurada el 4 de diciembre de 1914.

  "La Santa Bárbara actual existente en la sociedad fue traída por Escarza de Barcelona

para colocarla y adorarla en el cabildo, quien ayudó a la construcción y búsqueda de casas para el mismo".



Refranes



  Cuando hay guerra el soldado Shangó no duerme.

  Las voces de miedo y pasión sólo se escuchan con Shangó.

  La tierra se pone ardiente bajo los pies de Shangó.



Dichos



  Te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena.

  Me da Shangó con conocimiento o con chancleta de palo.



(Tomado de la Ecured, La Jiribilla y Cubayoruba)

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