Identidad, belleza y diversidad son calificativos que definen la intención y el resultado del trabajo del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) en Cienfuegos y de los artistas y creadores a los cuales representa, con quienes comparte 25 años de compenetración, amores y diálogo.
La crítica Massiel Delgado sintetizó el
surgimiento de esta alianza en sabias palabras que quedaron registradas en la
prensa local: "A veces, la sociedad cienfueguera y la comunidad artística
disentíamos en algunos puntos respecto a la función del Fondo, porque introdujo
en el panorama cultural el mercado del arte: un fenómeno que, por lo menos
hasta los años '80, la Mayor
de las Antillas no conocía. Y hablamos de 'un mal necesario' que aquí, en
determinados momentos, entrañó ciertas dificultades para el proceso artístico,
en lo relativo a la pureza y autenticidad.
"Sin embargo, añade, a casi un cuarto de
siglo, la labor de tal institución ha sido meritoria. Nos ha hecho crecer a
todos. Los creadores aprendieron a comulgar con un mecanismo ajeno —bueno, para
aquellos, los graduados en los años '70, pues los jóvenes de ahora salen de las
academias ya interactuando de manera natural con este. ¡Y, en la actualidad,
debemos darle gracias por la difusión de la obra perteneciente a los artistas
de la Perla del
Sur!… El desarrollo de la plástica, el grabado, la artesanía, la moda, con los
premios en cada caso, ¡constituyen aportes atribuibles también a las personas
aupadas en el FCBC hace varios años!".
“Llegamos
a este aniversario con los planes de ingresos y de aporte al Ministerio de
Cultura sobrecumplidos, y con un sostenido crecimiento de las ventas en los últimos
años. Debemos resaltar la intervención de nuestros creadores en la restauración
de los inmuebles patrimoniales de la ciudad y la provincia (…). Y también
aumentan los estudios-taller de artistas independientes, los cuales están
diseminados por la urbe y hablan de actualidad”, reconoció Ericel, director del
FCBC hace seis años, en Cienfuegos.
En su doble misión económica y cultural, en
la última década tal entidad asume nuevos roles en su empeño de representar,
promover y comercializar, nacional e internacionalmente, las obras de los
creadores de las artes plásticas y las artes aplicadas —y los servicios
asociados de diseño e interiorismo— con un reconocido sello de calidad que
jerarquiza el valor estético y preserva los valores patrimoniales, elementos
precisos en una época donde la banalidad insiste en colarse en los gustos de quienes
pagan.
Entre las
propuestas que integrarán el festejo por los 25 años de unión artística está la
exposición Luna de Plata, de fundadores de las Artes Visuales, además de una
pasarela especial en blanco y negro, de Lourdes Trigo, creadora y premio a la
maestría y excelencia artesanal de la
UNESCO, el próximo 19. Mientras, los trabajadores compartirán
en espléndida actividad cultural el día 20 en su sede principal.
Al decir de artistas,
la entidad constituye el espacio para expandir sus expresiones creativas y el
modo también de acceder a los insumos.
La mayoría entrevistada coincide en la armonía en la cual conviven ambas
partes.
Entre las
deudas enumeradas a mediano plazo está la creación de una galería especializada
que promocione solamente Artes Plásticas; trabajar más en una artesanía
identitaria del territorio; perfeccionar la imagen de la institución y divulgar
con mayor alcance la obra de los asociados. A lo cual agregaríamos que el arte
cubano pudiera quedarse en hogares nacionales.
Celebrar cuando hay motivos suficientes
reconforta a quienes son fragmento indisoluble de un todo que termina cuando el
artista vuelve sobre el lienzo en blanco o el artesano pasa del diseño a la
artesanía. Las bodas de plata llegan con una economía fuerte, una casa
reparada, futuro y amor entre ambas partes… eso es proyecto de vida. (Zulariam PÉREZ
MARTÍ, del CINCO de Septiembre)
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