A propósito del Día de los Padres
“…padre partió un día llevando
consigo todos los domingos…”
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna; era martes y la casa quedó sin luz y sin palabras. No sabe que llevó con él todos los recuerdos, los paseos de domingo, los regaños, que más nunca una vuelve a tener a pesar de los años, la respuesta a las tareas, los arreglos que faltaban en el cuarto; y los consejos para discutirlos. Que se llevó las risas y el sabor de la cocina. Que se marchó y no volvió para ayudarme a secar las lágrimas.
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna, dejando de ser entre tanto que era. Y olvidó algunas promesas, como la de acompañarme siempre y no permitir que la tristeza me ahogara. No estuvo para explicarme las elementales dudas de la vida, ni para conocer a fondo a mis mejores amigos. No estuvo en las visitas al dentista para aguantarme la mano como antes lo hacía. No estuvo para verme licenciada, ni para jugar a las barajas, ni escuchar la nueva canción aprendida, el nuevo poema escrito.
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna, dejó colgada una sonrisa plena que resiste los tiempos y se posa en la cima de todas las colinas; dejó sus dos manos fuertes que me cosieron alas en la espalda; dejó sus dos ojos, un corazón y toda un alma con los que detuvo para siempre mi reloj.
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna, y solo regresó en los sueños, en el sonido de su voz que aún escucho, en la sonrisa extraña, en la mano ajena, creyendo, a veces, descubrirlo entre el tumulto, porque a pesar de todo lo raro mi papá vive (o no) y aún sigue siendo el héroe, a pesar de la partida, a pesar de las rarezas, a pesar de las noches sin luna…
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna, y creo que para todos los que viven sin sus padres ha sido muy raro verlos partir. Raro porque no es cosa para creer, ni para asimilarse en un día, ni en dos, ni en miles. Raro por la forma en que sucede, y raro en el sentido de imaginar cómo serán las cosas de ahora en adelante.
Todo fue muy raro… se fue en una noche sin luna; inevitablemente, la realidad, los paisajes cambian, porque tienen que hacerlo. Porque cambian sin remedio para los hijos. Y la rareza se torna mala compañera que pocas veces explica y menos veces consuela. Y una hasta se acostumbra que papá se alejó, que ya no regresa y no está… Y una no deja de quererlo, pero ya no es lo mismo y nunca vuelve a serlo. Porque nos cambió la vida.
Por Dios que amor de padre-hija, es triste verlos partir es mucha verdad y duele profundo, un dolor que nunca sana. gracias por este trabajo
ResponderEliminarCuando le di el último adiós a mi padre y durante su despedida de duelo expresé, ante quienes me acompañaron hasta el camposanto, que hábia perdido a tres personas a la vez: mi padre, mi amigo y mi confidente, de golpe y porrazo quedé en un desamparo total, porque los tres son insustituíbles.
ResponderEliminarEstoy segura, Mercedes, de que tu padre no ha olvidado la promesa de acompañarte siempre y de que lo tienes a tu lado aunque no lo veas.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí tienes razón, fíjate que lo siento, lo veo, lo escucho, lo sueño... está en cada momento de mi vida, en los días tristes, en los alegres, en los triunfos, en las derrotas. Cuando intento hacer alguna burrada una mano me detiene, debe ser su mano, es más estoy segura que lo es. Gracias por tu comentario. GuionistaRefelxiva, y sigo tu página... pues me me gusta muchísimo. Un saludo.
ResponderEliminarUn año más sin ti, mi viejo querido. Acabo de regresar del campo santo donde se guardan sus restos para la inmortalidad. Cuánta falta me has hecho en estos días, pero ya fui a contarte la buena nueva, terminé mi carrera y he sido título de Oro, siempre querías estos regalos, mis notas... también te canté tu canción favorita, sé que me escuchaste. Feliz día papito de mi alma.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPuedes estar segura que el siempre estuvo y estará orgulloso de ti y que desde el cielo te cuida en cada segundo de tu vida.
ResponderEliminarLo sé pero lo extraño muchísimo y eso duele en lo más profundo del corazón.
Eliminar