¿Cuántas personas necesitan una vivienda hoy en día? ¡Seguro que muchas! ¿Cuántas pueden edificárselas? ¡Seguro que pocas! Según los cálculos manejados por los especialistas del MICONS, un inmueble de 70 metros cuadrados cuesta, como mínimo, unos 160 mil pesos (MN), lo cual revela cuán difícil resulta levantar una casa y lo imperioso de encontrar alternativas con el propósito de abaratar sus costos.
La producción local de materiales constructivos con vistas a sustituir importaciones, desarrollar capacidades exportables y satisfacer las necesidades domésticas, con iniciativas y óptima explotación de los recursos ubicados en nuestro entorno, forma parte del programa conocido como Autarquía, el cual suma cada día más adeptos.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define a la autarquía como sinónimo de autosuficiencia, y consigna el sustantivo a través de la “política de un estado que intenta bastarse por sus propios recursos...". Este principio rige actualmente el esquema de fabricación de materiales en Cuba, el cual cobra por estos días una significación especial en la provincia, pues acaba de realizar el balance del año 2013.
El Programa de la Autarquía, asumido hace poco más de tres años —a partir de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido, dirigidos a incentivar las producciones de elementos constructivos con materias primas locales y las tecnologías disponibles (293); así como elevar la comercialización de los referidos materiales (292) con vistas a satisfacer, con manufacturas de calidad, la demanda poblacional para la construcción, conservación y rehabilitación de la vivienda (296)—, defiende la posibilidad de elaborar en los municipios lo imperioso para la edificación, lo cual va desde ladrillos de barro, bloques, vigas y plaquetas, hasta elementos de plástico y metal fundidos.
Pero, hasta ahora, y perdonen la utilización de las imprescindibles cifras, a fuer de parecer este comentario un informe, ¡ninguna localidad ha logrado cumplir con el total de los renglones programados en el referido proyecto!
Hasta el cierre de octubre, la provincia se encontraba al 95 por ciento, pues de los 118 productos genéricos concebidos, alcanzaron 112, y no todos en las cantidades acordadas (91 de ellos no cumplen su plan; 73 están por debajo del 60 por ciento; trece entre el 60 y 79; y cinco oscilan entre el 80 y 99 por ciento).
Roberto Castro Martínez, funcionario de la vicepresidencia de Construcciones, en el Consejo de la Administración Provincial, expuso en la mencionado balance que, además de los surtidos logrados, instalaron capacidades de otras 25 importantes líneas con garantía de sus destinos en el mercado. Abordó en su intervención ante la plenaria resumen de la mencionada actividad, cómo la problemática de los incumplimientos está relacionada con el aseguramiento de las materias primas principales; por ejemplo, el acero, de un total de 162 toneladas (t) requeridas, recibieron 60 t; y los áridos de la industria, afectados durante el año por la inestabilidad en su transportación. Están deprimidos, también, los elementos de pared y las cubiertas de vigueta y plaquetas. Por otra lado, existen 22 productos con capacidades instaladas; sin embargo no tienen una alta demanda dentro de las exigencias población–MINCIN. Algo digno de revisarse y analizarse consecuentemente, en busca de los porqués (¿calidad, precio…?)
Si bien a algunos les causa euforia el hecho de obtener 112 renglones —existen provincias con solo 50 o 60 de estos— debe insistirse en el cumplimiento de los planes. Veamos: Palmira, de 118 solo realizó 26; Abreus: 109 /20; y Rodas: 111/ 27. Estos tres territorios marchan a la retaguardia; Cumanayagua, considerado el más aventajado, debió crear 117 y llegó a 79. Mientras, Aguada: 95/53; Lajas: 90/36; Cruces: 89/28; y Cienfuegos: 118/60 tampoco consumaban el empeño. Hablaron los números; las palabras, sobran. Por tal razón, las respuestas deben encontrarse y pronto.
Aunque cada vez resulta más frecuente conocer sobre fabricantes locales de bloques, tanques, mosaicos, balaustres, mesetas, lavaderos, marcos de puertas y ventanas, pinturas, elementos de pared, techo, o tuberías…, todavía son insuficientes, a la luz de lo poco que duran en los puntos de venta, sobre todo por la alta solicitud de los mismos.
Entonces, para que al menos casi ¿todos? los desprovistos de viviendas puedan optar por su construcción, resulta urgente ampliar las posibilidades sin explotar en la provincia, incrementar las producciones y bajar los precios de venta. Solo así los sueños de tener casa propia no serán una utopía y enrumbaremos la elaboración local de materiales hacia su ascenso, aprovechando de forma holista esos recursos presentes en la geografía cienfueguera.
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