Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

lunes, 3 de enero de 2011

Los hijos de la Caridad del Cobre

  La tormenta dificultaba el trayecto de los Tres Juanes en la búsqueda de una salida por la bahía de Nipe.
  Los jóvenes, dos de ellos aborígenes y uno esclavo, divisaron una tabla flotando en las aguas tempestuosas del mar embravecido que se infiltraba tierra adentro.
  La figura de una mujer se dejó ver entre las inclemencias del mal tiempo… Daba inicio así a la leyenda de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.
  La devoción por la virgen, aparecida milagrosamente entre las aguas, se generalizó con rapidez por toda la Isla de Cuba en tiempos donde las comunicaciones eran apenas posible. Desde entonces varios fueron los sitios donde descansó, hasta llegar al Templo Parroquial del Cobre, en Santiago de Cuba, para ser recibida con un gran campaneo en el altar mayor, a lo que se debe gran parte de su nombre.
  Luego de la guerra de la independencia fue declarada Patrona de Cuba, a petición de los veteranos. El 10 de mayo de 1916 su Santidad Benedicto XV accedió al pedido, nombrando a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona Principal de la República de Cuba, acordando su celebración el 8 de septiembre.
 En 1998, durante la visita del Papa Juan Pablo II a la Mayor de las Antillas, fue coronada como Reina de Cuba en la misa que celebrara en Santiago de Cuba, el sábado 24 de enero de ese año.
El Santuario del Cobre

  El oriente cubano es conocido por sus amplias tradiciones de lucha, territorio de importantes sitios históricos y de las primeras villas fundadas en el país, siempre figuró como uno de los más importantes en el ámbito económico
  La esclavitud preponderante en los tiempos coloniales propició el rápido arraigamiento de la Virgen de la Caridad, apellidada del Cobre, por el lugar de su enclave. La virgen representa en el culto sincrético afrocubano a Ochún, símbolo de feminidad, de alegría y de las aguas dulces, a lo que se debe gran parte de la devoción de los habitantes de la Isla.
  Distante de la capital santiaguera se encuentra el poblado del Cobre, donde descansa la virgen. La vida de la comarca se limita al estrecho culto de la patrona con un ambiente exclusivo de una zona destinada al peregrinaje de sus fieles.
  La iglesia se alza majestuosa varios kilómetros antes de llegar al pueblo. Como un templo estampado en las faldas de la montaña exhibe su arquitectura sobria, matizada con una gran escalinata. El centro de la iglesia engalanado por preciosos vitrales alegóricos recuerda al visitante que está en la casa de La Caridad del Cobre.
  El altar, trabajado en plata maciza, exhibe valiosos objetos ornamentales y una virgen imponente ante los ojos de cualquier mortal.
  En la Capilla de los Milagros se observan disímiles ofrendas en honor a la Santa. Juguetes, joyas, fotos, cartas, pinturas, premios, medallas, todo figura en el sitio que parece no dar abasto para tantos devotos que vienen con su ofrecimiento. La misma imagen de la Virgen descansa rodeada de flores amarillas en su predominio, con el niño Jesús en el brazo izquierdo y una cruz en el derecho.
  El pueblo es apenas una justificación para el visitante que viene a la morada de la Virgen. Pequeñas estatuillas, piedras, estampas, las manos tratan de no irse vacías en símbolo de buen augurio.
  Los hijos de la Caridad del Cobre acuden al lejano lugar para ver a su patrona, y ella, en espera paciente, los aguarda para que acudan a rendirle tributo o en cumplimiento de sus promesas, un acto religioso que conmueve hasta al más descreído.

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