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| Banderas Nacional de Cuba y la del 26 de Julio. |
Así se inicia la inspirada poesía de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, quien escribió en otro de sus versos: “nadie presentía que saldría el sol”, y el astro no solo iluminó a la ciudad de Santiago, sino que se extendió por todo el archipiélago cubano. Este martes, 26 de Julio, se cumplirán 58 años de que aquel grupo de jóvenes revolucionarios, dirigidos por Fidel Castro, atacara las dos principales fortalezas de la tiranía batistiana en la región oriental, los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. La principal arma que portaban eran las doctrinas de José Martí, Héroe Nacional de Cuba.
La heroica gesta terminó con un saldo trágico para tan valiosos jóvenes, pero indudablemente, el Moncada enseñó a los cubanos a convertir los reveses en victoria. Seis años después, recién triunfada la Revolución, durante el VII Festival de la Juventud y los Estudiantes, en Viena, Austria, el poeta cubano Jesús Orta Ruiz, conocido como el Indio Naborí, escribió el poema Era la mañana de la Santa Ana, dedicado a esa fecha tan gloriosa para los cubanos. Lo traigo a mi página por tantos valores que nos enaltecen:
de la Santa Ana,
mañana de julio pintada de rosa.
Nadie presentía que saldría el Sol
por la silenciosa
granja de Tizol.
Santiago el Apóstol, marchito, dormía
como derribado por la algarabía
de conga y charanga, locura y alcohol.
Era la mañana
de la Santa Ana...
¡Oh, la incubadora
de la redentora
granja Siboney!
¡Qué gloriosos gallos dieron a la aurora
viejas y olvidadas posturas de Hatuey!
.......
Iban decididos por la carretera...
Por todo el paisaje se abrió la bandera.
En la caravana de los inmortales
iban dos mujeres de pureza estoica:
también procedían de la granja heroica,
de la incubadora Mariana Grajales.
Eran soles previos que con su alborada
rasgaron las nieblas del cuartel Moncada
La Patria en tinieblas vio sus rumbos claros
a la luz precisa de urgentes disparos.
Era la mañana
de la Santa Ana.
La sangre vertida no fue sangre vana.
......
¡Qué ciegas estaban las manos de aquel
que arrancó los ojos, los ojos de ensueño
los ojos de Abel!
¡Los ojos de Abel!
que ahora son estrellas de un cielo risueño
y alumbran el paso triunfal de Fidel!
Los mártires todos invaden el día,
alegran ciudades, liberan el monte...
Ya escucho los cantos de Gómez García
en rápido tránsito de flor a sinsonte:
-26 de Julio: heridas
por donde surgió la aurora:
alta fecha vengadora
de las fechas ofendidas.
Caliente sangre de vidas
rotas por el heroísmo
cuando traición y cinismo
bailaban sobre un calvario...
¡Oh, rocío necesario
a la flor del patriotismo!
....
Es la voz de toda la tierra cubana:
-¡Gloria a la mañana
de la Santa Ana!
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