Según nos refiere Fernández, a su cargo quedó el concierto en la Sala Steinway para
dejar inaugurado el Country Club de Kitzbühel, donde un público conocedor y
atento ovacionó hasta el delirio el repertorio escogido para la ocasión.
Sonatas y Nocturnos de los clásicos Bach, Mozart, Beethoven y Chopin
se entremezclaron con los cubanos Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona y piezas
propias de Frank, para deleitar durante más de una hora a tan exigente
auditorio. Vale destacar que ante los interminables aplausos, el Maestro
regresó a escena para cerrar con broche de oro gracias a una versión suya del
famoso “Danubio azul”.
Finalizado este memorable concierto, el Maestro fue invitado por el
Presidente del Mozarteum de Salzburgo y de la Fundación Mozart
de Austria a visitar la prestigiosa institución, y lo más importante, a tocar
el piano del gran genio de Salzburgo: Wolfgang Amadeus Mozart.
Este nuevo acontecimiento en la carrera musical de Frank Fernández viene
antecedido por diversos méritos y es fruto de su total entrega y consagración
al arte musical; baste decir solamente que Fernández es el único pianista
cubano y latinoamericano que ostenta la categoría de Pianista Steinway,
certificada por la prestigiosa marca de pianos Steinway & Sons, la cual
posee más de 100 años de labor en la fabricación de estos instrumentos. Para
destacar el alcance e importancia de dicha casa, es necesario recalcar el hecho
de que posee su sede en Hamburgo y una única filial en New York.
Ser considerado un pianista exclusivo de esta marca, indudablemente
coloca a la escuela cubana del instrumento en un alto nivel, comparada
únicamente con países como Rusia, Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, con
gran tradición pianística en cuanto a la ejecución de música de concierto.
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