Los niños cienfuegueros y las ferias del libro (albúm de Flickr)

Ahora, la vigésimo tercera edición de este episodio, vuelve a dejar su impronta en esta especial época del año en que un invierno venido a menos se resiste a dar paso a una primavera que se insinúa, pero no acaba de hacerse protagónica.
Es una indefinición estacional que no obstante ayuda a los propósitos del evento: llueve poco, o casi nada, y esto favorece a las muchas actividades planificadas al aire libre, entre ellas la venta de libros en quioscos y tarimas especialmente montados para la ocasión en el Paseo del Prado, una tradición que data de inicios de la década de los años cincuenta del pasado siglo.