Arí Bayolo de la Teja, uno de los diseñadores
del periódico 5 de
Septiembre, de Cienfuegos, posee inquietudes artísticas dirigidas
hacia diversos frentes de la creación, entre los cuales figuran —además de la
pintura académica y una asunción estéticamente pragmática de las nuevas
tecnologías—, el comic, la
música electrónica y la realización audiovisual.
Como buena parte de los historietistas que he
conocido, Arí piensa en imágenes y parece comunicarse consigo mismo los
acuerdos desconocidos de su mente, cuando se sumerge en una suerte de universo
paralelo en el cual está físicamente para todos los demás, aunque ya él vaya
desandando galaxias inexpugnables al resto de los mortales. Intentar
“desconectarlo” de ese estado de curiosa duermevela puede tener el mismo efecto
de querer despertar a un sonámbulo. Lo mejor, entonces, es dejarlo en el cielo
de sus ensoñaciones hasta que decida retornar a Tierra. Todo un poema.
Y, como casi no podía ser de otro modo, dada
la sensibilidad de este otaku o fan de las expresiones artísticas del país del
Sol Naciente, se decantó por la estética manga (según su interpretación
occidental más expedita hoy día, ha de entenderse como la traslación al anime
—animado japonés—, películas, videojuegos, clips… de la rica tradición
historietística nipona).
El resultado de la conjunción entre deseo y
gustos del creador de 39 años se llama Islas
y viene en el formato de un video clip para la canción homónima del grupo
cienfueguero Bouquet. Ha sido presentado, por vez primera, en el espacio
televisivo Cuerda Viva. Lleva casi cuatro meses en Youtube, sin el nivel de
visualización debido, quizá a causa de la falta de divulgación o acaso al
maremágnum de internet y la preferencia de tanta gente por malgastar el tiempo
en Facebook, sin procurar abrir otras puertas.
Bayolo pugna ahora por buscar luz verde para
“Lucas”. No sería descabellado traspasar tal semáforo, puesto que hacia el
inicio de esta década ya lograría bajar el puente levadizo de entrada al
castillo del narigudo desconocido mediante sus trabajos Locomotor
y La bala que dobló la esquina:
par de delirantes experimentos del a la sazón coqueteo de Arí con la música
electrónica. En eso anda y ojalá lo consiga.
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