Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

lunes, 5 de octubre de 2020

La arqueología en Cienfuegos, con los pies en la tierra

 Por Clara E. Soto Bermúdez*


Imprescindible en la actualidad —y siempre— la arqueología continúa su trayectoria a la inversa del tiempo para responder la inquietante pregunta de ¿quiénes somos?

Como ninguna otra ciencia, en esta aún persiste el imaginario de la figura del aventurero solitario,  ataviado con su vestuario característico y abriendo selvas. Muy alejado de lo real, donde el arquetipo del arqueólogo se sustituye por una labor en equipo, y la investigación se revela para uso social, sin pretensiones egocéntricas. Su base científica, consolidada en cada aporte a la historia, hace de esta ciencia un fundamento para asimilar nuestra evolución sin perjuicios.
El arqueólogo, reconocido oficialmente o aficionado, tiene ante sí el reto de llegar a la cima  —o sima— pero no en solitario.  La ética, el respeto y la profesionalidad son salvavidas para no hundirse en la vanidad acechante.

Desde el Centro Provincial de Patrimonio Cultural y junto a la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, fue posible materializar el sueño de un gabinete de Arqueología. Lleva el nombre del eminente —y presente— Marcos E. Rodríguez Matamoros. Muchos de sus alumnos hoy se incorporan o prosiguen esa labor para la salvaguarda del patrimonio arqueológico. Junto a ello, los museos atesoran valiosísimas piezas. La estética, que por supuesto, no prevalece en muchas, no las minimiza. Es la historia real, palpable, sin artificios. Comprender el pasado a través de ellas es depor sí una aventura, un verdadero gancho para atraer  y reconocernos.


Monumentos Locales en nuestra provincia son las cuevas El Portal, Palo Liso y Tanteo, localizadas en el municipio de Rodas. Cada una con sus especificidades, guardan un testimonio de la presencia aborigen. La necesidad de preservarlas está reñida por acciones que las deterioran y ponen en peligro sus evidencias históricas.

Quizá la humanidad nunca materialice ese anhelo persistente de una máquina del tiempo. Pero tenemos las herramientas para viajar en sentido contrario. La arqueología lo permite. Reconstruir el pasado, revivir desde una pieza toda la evolución, eso es ciencia. Protegiéndola, también dejamos evidencia de nuestra pequeña huella en la historia.

*Directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos.

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