Por Mercedes CARO NODARSE
Hablar de la educación en los últimos tiempos
causa opiniones encontradas, y cuestionamientos a través de la historia nos
llevan a reflexionar acerca del panorama actual. Las políticas educativas
encaminan hoy sus pasos hacia la formación del modelo de hombre al cual se
aspira. Existen principios esenciales dentro del sistema educativo cubano, pero
¿se llevan todos a su máxima expresión?, ¿por qué el divorcio escuela-familia?,
¿cuáles son los principales problemas de la enseñanza de hoy?
Mercedes Montero Bernia, Máter en Ciencias
Pedagógicas y una defensora “a capa y espada” del magisterio cubano —no por
gusto lleva 43 años dentro del sector, y ha transitado por varias etapas que
van desde maestra, directora de círculos infantiles, profesora de la
Universidad hasta Divulgadora de la junta provincial de la Asociación de
Pedagogos de Cuba (APC)—, responde a algunas de estas interrogantes.
Hace apenas
unos días Miguel Díaz-Canel enfatizó en la necesidad de que la clase, si bien
debe ajustarse a una metodología, ha de dejar espacio a la creatividad, para
que en ese diálogo entre docentes y estudiantes nazcan ideas, debates y se
eleven los valores. ¿Es posible, en las condiciones actuales, abrirse a esa
“independencia” en las aulas?
“Pienso que sí. Eso es a lo que aspiramos, un
educador capaz de entablar debates y propiciar el diálogo. En eventos, foros
internacionales, el tema se ve vigente y llama la atención de los especialistas
de diversas ramas del conocimiento, y es lógico, porque el estudio de los
procesos creadores debe ser integral como lo es el desarrollo de la
personalidad; además, cada vez se verifica con mayor seguridad que una
educación de calidad es aquella que logra incrementar la creatividad como
condición básica de la plenitud del ser humano”.