Por Mercedes Caro Nodarse
Baño público ubicado donde está el "Covadonga". |
Una peculiar edificación denominada “caseta”
comenzó a proliferar en determinadas franjas del litoral de la bahía de
Cienfuegos a inicios de la pasada centuria. Muelle mediante, esta suerte de
garitas acuáticas se adentraba en el mar, sobre todo en un área citadina que
todavía hoy se conoce como La Punta.
La estructura de estas obras respondía a regulaciones urbanísticas vigentes en los primeros años del pasado siglo. Estaban construidas con cercas de tablas o de estacas para defender el perímetro de peces nocivos y miradas indiscretas, según estipulaba la Ley.
Las normas de la época tampoco permitían que se bañaran juntas en público personas adultas de sexos diferentes. De manera que estas casillas permitían compaginar el legítimo derecho a la recreación con lo que se consideraba por entonces como una conducta social adecuada.
La estructura de estas obras respondía a regulaciones urbanísticas vigentes en los primeros años del pasado siglo. Estaban construidas con cercas de tablas o de estacas para defender el perímetro de peces nocivos y miradas indiscretas, según estipulaba la Ley.
Las normas de la época tampoco permitían que se bañaran juntas en público personas adultas de sexos diferentes. De manera que estas casillas permitían compaginar el legítimo derecho a la recreación con lo que se consideraba por entonces como una conducta social adecuada.
Baño privado ubicado en el litoral de La Punta. |
También se exigía a los dueños o encargados
de estos establecimientos que los menores de catorce años entraran al baño
acompañados de una persona mayor. Les obligaba además a disponer de un botiquín
con los medios necesarios para enfrentar cualquier accidente.
Incluso, disposiciones hoy lamentablemente no
tan respetadas estipulaban que caballos y perros sólo podían bañarse en los
sitios designados por la autoridad municipal, por supuesto lejos de las áreas
destinadas a las personas.
Muchas residencias de veraneo en la zona de Revienta Cordeles, Punta Gorda o La Punta disponían de casetas privadas, que coexistieron con las construidas para uso público en una extensa franja de litoral cienfueguero
Muchas residencias de veraneo en la zona de Revienta Cordeles, Punta Gorda o La Punta disponían de casetas privadas, que coexistieron con las construidas para uso público en una extensa franja de litoral cienfueguero
La distensión de las costumbres, el corrosivo
ambiente marino y la urbanización de esta prolongación citadina, hicieron
desaparecer estas casetas de baño. Pero en su lugar se levantaron estructuras
mucho más sólidas, que reservaron las mejores playas de Punta Gorda para
sociedades exclusivas y propietarios más solventes.
De estas últimas todavía quedan huellas. Pero nada recuerda ya a las pintorescas y recatadas casetas, en la que nuestros bisabuelos osaban aligerarse de ropas para disfrutar de un baño de mar.
De estas últimas todavía quedan huellas. Pero nada recuerda ya a las pintorescas y recatadas casetas, en la que nuestros bisabuelos osaban aligerarse de ropas para disfrutar de un baño de mar.
No hay comentarios :
Publicar un comentario