Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

lunes, 9 de junio de 2014

Los hijos de Chacón: el más elegante de los linieros



Por Mercedes CARO NODARSE   Foto: CEDEÑO

Francisco, Somar y Pantaleón, integrantes de una familia de linieros
“…lo que unge grande al hombre es
el desamor de sí por el beneficio ajeno”.

José Martí

  El hombre puede hasta desalojar las montañas y ponerse en su lugar. Y produce mitos o se semeja a ellos. Va construyendo un mundo, ¡su mundo! para mostrarle a otros. Así era Antonio Chacón Santana, “Chacón”, una leyenda viva; el ser que más elegante remontaba los postes, clavando las “espuelas”, ora aquí, ora allá; el mismo admirado por muchos; aquel convertido en modelo a seguir, y quiénhizo de su oficio un arte.
  “Chacón” así de simple, conocido en toda Cuba “de cabo a rabo” dicen sus hijos, nietos, sobrinos… Las líneas eléctricas supieron de sus sudores, ardores, templanzas. Personas de igual profesión desandan la Isla llenos del conocimiento impartido. Porque no guardó para sí la sapiencia de los años como liniero especializado en líneas energizadas, ¡la compartió con varias generaciones y con sus hijos!

  Pocas veces un ejemplo se disemina de tal manera en una misma familia: cuatro hijos (Pantaleón, Francisco, Santiago y María Regla) y varios nietos (Somar, Alexis, Amisoray y Ana Raquel) forman parte de los “eléctricos” en la provincia de Cienfuegos. Hasta la UEB Centro de Operaciones de la Empresa Eléctrica salimos en busca de los “Chacones”. Allí estaban, alistándose para marchar hacia distintas misiones. “¡Usted nos ha sorprendido, periodista!”, dijeron; y se perdieron en el recuerdo de ese ser a quien tanto rememoran. “¿Hablar de nosotros? ¡No, qué va, de papá!”, acotaron con increíble modestia.
  “A mi padre le decían el más ‘elegante’ por su ética profesional, la peculiar manera de caminar, recto, con pasos firmes; el trato amable y respetuoso hacia sus compañeros y amigos; pero, sobre todo, por esa forma tan especial de escalar los postes. Era un espectáculo mirarlo, ¡subía bonito, y no había uno solo que no quisiera imitarlo!”, dicen Pantaleón (Pantica) y Francisco Chacón González.
  Al triunfar la Revolución comienza en el país una etapa de grandes electrificaciones. Chacón aceptó ponerse al frente de una cuadrilla (brigada). “Le asignaron compañeros sin conocimientos técnicos ni adiestramiento, pues eran muy jóvenes y sin experiencia. Los moldeó y educó; mientras, creaba en ellos la conciencia proletaria y la ética. Eso los hacía manifestar con tremendo orgullo: ‘¡somos de la cuadrilla de Chacón!’”, comentan.
  “Casi todos querían pertenecer a su brigada, lo sentían como un privilegio, debido a su profesionalidad, al carácter cordial y afectuoso. Era una persona muy conocida aquí en Cienfuegos y en otras localidades como Trinidad, Remedios, Santa Clara, Placetas… por la destreza en el trabajo, con lo cual se ganó la admiración de los trabajadores eléctricos.
  “Esa es la herencia dejada por él —falleció el 9 de diciembre del año 2001, aún en activo—; la entrega, el sentido de pertenencia por esta empresa, ¡incluso sentía que era propia! Ahí estuvo, desde los primeros momentos en las labores de construcción de nuevas líneas, en los mantenimientos complicados; dominaba no solo la técnica sino que conocía todos los circuitos eléctricos de la ciudad, la ubicación de cuchillas, interruptores, bancos de transformadores, capacitores, las áreas servidas por las subestaciones y otros muchos secretos o habilidades.
  “Usted no sabe cuánta satisfacción nos da llegar a muchos lugares por ahí, en función de nuestro trabajo y nos reconozcan como sus hijos. Hemos caminado Cuba, desde Santiago hasta Pinar del Río y nos resulta extraordinario el ejemplo dejado. Le digo, fueron incontables los reconocimientos y diplomas por no tener accidentes laborales durante sus 59 años de faenas; por la incansable tarea de enseñar a varias generaciones de linieros en todo el país. Exhibía con orgullo las medallas por 25, 40 y 50 años y las de Vanguardia Nacional dentro del sector”.
  Recuerdan sus hijos que Chacón era un aficionado y practicante del béisbol. “En una ocasión resultó elegido como jardinero central del equipo Cuba que asistió a los VI Juegos Centroamericanos y del Caribe en el año 1950, en Ciudad de Guatemala. Él venía de la Liga de Pedro Betancourt donde su novena alcanzó medalla de Oro. Después fue contratado para una serie doble A en los  EEUU; pero declinó seguir esas actividades fuera del país y regresó al trabajo habitual como Liniero”.
  Sencillos, humildes, son los hijos de Chacón. Tan buenos como su padre, Pantaleón y Francisco son linieros; también Somar, el nieto, ese mismo joven dispuesto a salvar vidas. “Yo necesito irme, periodista. Acaban de avisar de un caso grave en el hospital y requieren de mi sangre”.
  Tanto Pantaleón como Francisco han aportado sus experiencias en varios países. El primero de ellos en Jamaica, Granada, Venezuela, Ecuador. Unas veces en tareas de recuperación de tendidos derribados por ciclones, como especialista en líneas energizadas (en caliente), instructor de brigadas o supervisor. También cumplió misiones militares en Etiopía desde 1977 al 1979; y en la República Popular de Angola, desde 1986 a 1988. Posee once condecoraciones otorgadas por el Consejo de Estado, así como otras de los países donde prestó servicio militar. El segundo, le acompañó en Jamaica y Venezuela.
  Dejo atrás a los “Chacones”. Tengo que voltear el rostro y mirarlos una vez más con sus trajes grises y cascos amarillos; rudas las manos, fuerte el espíritu; cultivando la grandeza que emana de ellos para el beneficio ajeno.
 

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