Por Mercedes CARO NODARSE
Quienes así actúan deberían formar parte de
una zoociedad (del griego zοο, animal), pues parecen más bestias que hombres, y
con bien escasa inteligencia. Más bien irresponsables y adolescentes en la
búsqueda constante de beneficios inmediatos, sin atenerse a las consecuencias.
Pero en la vida de todo joven llega el momento de la madurez; entonces, deja de
crecer físicamente y comienza a hacerlo mentalmente. ¡Ah, pero mientras lo hacen,
condecoramos su forma de vida con el deshonroso título de zoociedad
adolescente.
La deuda ecológica que heredarán las futuras
generaciones —gracias a los animales-mozuelos— está rozando el límite de lo
irreversible. En muy poco tiempo, lo que fue dejará de ser. Sin embargo,
mientras la factura ambiental y económica del petróleo aumenta, hay quienes se
atreven a soñar y apuestan por conseguir casi la totalidad de la generación
energética, a partir de Fuentes Renovables de Energías (FRE). Es el caso de
Cuba, esta pequeña isla del Caribe.
Desde agosto del pasado año comenzó a funcionar
el parque solar fotovoltaico de Cantarrana, diseñado para 25 años de
explotación, el cual cuenta con una potencia instalada final de generación de
2.6 megawatts, a partir de los 14 mil 100 paneles situados en un área de casi cinco
hectáreas. Tal emplazamiento ahorró cerca de 145 toneladas de combustible
fósil, y el equivalente al consumo diario de 780 viviendas de Cienfuegos.
Instalación de la central solar fotovoltaica de Cienfuegos. |
Con la puesta en marcha de la central,
dejaron de emitirse 380 tn de CO2 a la atmósfera, al no quemar el
“oro negro”. Uno de sus beneficios está en la operación automática, al
conectarse y desconectarse del Sistema Eléctrico Nacional, en correspondencia
con la cantidad de luz solar recibida por los paneles.
Las FRE tienen ventajas suficientes como para
acelerar la transición hacia un planeta movido principalmente por ellas.
Veamos: resultan ser autóctonas (se utilizan cerca del lugar donde son
producidas y generan más empleo local), limpias (con escaso riesgo de
contaminación y sin originar gases de efecto invernadero, ni mareas negras ni
residuos peligrosos), seguras (nunca será comparable la contingencia de una
central nuclear con la de una placa solar), inagotables (el sol o el viento
estarán ahí durante millones de años… ¡¡¡bueno si el hombre lo permite!!!).
También son diversas (incluyen la solar,
eólica, pequeña hidráulica, biomasa, geotérmica, marina… lo cual asegura su
generación en distintos escenarios), y responsables (respetan más los recursos
naturales). Aunque no están exentas de inconvenientes, pues suelen presentar
irregularidades y resultan difíciles de almacenar, dependiendo de la fuente, o
presentar problemas específicos por un mal uso.
Imagen del satélite, edificios del reactor de Fukushima. |
No podemos olvidar la Guerra del Golfo, en
1991, donde fueron destruidas instalaciones y pozos en Kuwait, considerado el
mayor vertimiento en la historia de la humanidad; ni algunos de los accidentes
marítimos ocurridos hasta nuestros días: el buque Amoco Cádiz (16 de marzo de
1978) provocó una catástrofe ecológica frente a las costas de Bretaña; el
Burmah Agate chocó el 1 de noviembre de 1979 con el carguero Mimosa, al sureste
de Galveston en la entrada del Golfo de México, y ardió hasta el 8 de enero de
1980; el Exxon Valdez (encalló 24 de marzo de 1989) y figura como el más grande
derrame del hidrocarburo en la historia de los Estados Unidos; o el Prestige
(19 de noviembre de 2002), partió y hundió frente a las costas de Galicia, con
lo cual pasó a convertirse en el tercer accidente medioambiental más costoso.
Los ejemplos pudieran ser muchos, sobre todo
aquellos desastres causados por la mano del Homo sapiens, ¿¡¡¡adolescente
insensible!!!? Por eso apostemos por las Fuentes Renovables de Energía, con el
propósito de entregar a quienes están por nacer un mundo limpio, seguro y
duradero.
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