Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

domingo, 15 de febrero de 2015

Patio del Alhambra: convertir en sueños las ruinas


Por Mercedes CARO NODARSE    Fotos: Igorra y Cedeño

Caminar por Cienfuegos, por sus veredas, bajo pórticos con columnas en los más diversos órdenes, constituye una experiencia placentera que nos transporta al mundo de las ideas, los gustos, formas de vivir y entender la ciudad, casi 200 años atrás. A ello le sumamos la suave brisa llegada desde el mar, atravesando las calles y avenidas. Entonces, la ponderación de estos y otros atributos no menos importantes, tangibles e intangibles, allanan el camino que llevó al éxito de su nominación por la UNESCO de Patrimonio Cultural de la Humanidad, en julio del 2005.
  Cada día se hacen o rehacen varias acciones constructivas en este núcleo fundacional de la Perla del Sur, propuestas por la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC), lo cual constituye una muestra de la seriedad, continuidad y coherencia del trabajo desarrollado desde muchos años atrás, junto con el Centro Provincial de Patrimonio.
  Inventarios, catálogos y planes de conservación no resultaron artilugios vanos de ciencia ficción, sino materia prima fundamental para cimentar las normativas y acciones capaces de plasmar la protección. Consensos, acuerdos y empatías facilitan el trabajo conjunto de especialistas, funcionarios y una población poco afecta a aceptar imposiciones ajenas a su propia idea de identidad, sin embargo, apoyan. Por eso nada se improvisa cuando de restaurar se trata.
Ligados a la misión de preservar la memoria histórico-cultural de la urbe marinera —primer y excepcional ejemplo de conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de modernidad, higiene y orden en el planeamiento urbano desarrollado en América Latina hacia el siglo XIX—, los estudiantes de la escuela de oficios para la restauración Joseph Tantete Dubruiller, adscripta a la institución rectora de la salvaguarda de la heredad en la provincia, acometen desde el 2011 la rehabilitación del Patio del Alhambra, identificado con tal patronímico a propósito de un comercio radicado antaño en el lugar.
  “Fue inicialmente la casa de Julio Antonio Leblanc y Bressol uno de los franceses establecidos acá al principios de la fundación de Fernandina de Jagua, en abril del 1819. Tuvo varios valores de uso”, explica la licenciada María Dolores Benet León, especialista de la OCCC.
“El inmueble, exponente del neoclásico de mediados siglos XIX, cambió su función original de vivienda para convertirse en comercio. Llegó a ser uno de los más importantes de la ciudad y coexistía  con el ‘Palo Gordo’. El último uso fue el de una ferretería, la Hormachea, la cual al ser nacionalizada se convirtió en el salón de belleza Él y Ella, cuyas primeras crujías dan al Boulevard”, aclara la experta en tipografía de la arquitectura cienfueguera.
  Este patio interior posee un pasillo techado escoltado por varias columnas toscanas. Al momento de su intervención se encontraba en estado de abandono total. Le fue entregado a la OCCC con vistas a la construcción de la radio base Fernandina Radio y el local donde funcionaria la subdirección de Gestión, Promoción y Relaciones públicas. “No te puedo decir la cifra exacta de camiones de escombros extraídos aquí antes de comenzar su rescate y restauración”, comenta Benet León.
  Los propios alumnos, con el asesoramiento técnico requerido, construyen moldes y funden las columnas por piezas. Allí laboran de conjunto los de albañilería y yesería quienes han sido capaces de restituirles una imagen lo más cercana posible a la versión original.  “Estamos en plena faena, pues debemos cumplir con el cronograma de entrega, en dependencia de las posibilidades de los materiales y otros factores; ya concluimos los arcos de medio punto. Tratamos de respetar la originalidad y autenticidad de este sitio”, acota Claudia Rodríguez Díaz, estudiante de albañilería integral.
Armando Soto Álvarez, está al frente de los quince futuros albañiles. Es uno de los tantos alumnos egresados de la especialidad que apostaron por quedarse como profesores. “Rescatamos la técnica del encascarado, la cual evita la ejecución de un arco con ladrillos, al colocarse una cimbra, utilizada generalmente para los arcos en los polígonos, pero en este caso fue el cofre de la cáscara. Colocamos el acero y lo fundimos con el hormigón; luego desencoframos a los siete días. No hubo necesidad de ponerle ladrillos encima. Resulta más rápido y mejor, pues el hormigón trabaja diferente al mortero y al ladrillo, refuerza mucho más los arcos y le da durabilidad”.
  "Después de su terminación se convertirá en el primer centro de gestión y promoción cultural de la Oficina del Conservador. Contará con una sala polivalente, salón de reuniones, galería central, camerinos y una cafetería con el propósito de rescatar el legado culinario de la localidad. Realizaremos conferencias, exposiciones de arte, actividades de animación, peñas, talleres, en fin, un amplio espectro instructivo con vistas a socializar el quehacer cultural del territorio”, aporta la especialista.
 La creación del Patio del Alhambra se inserta dentro de los objetivos de la Red Nacional de Oficinas del Conservador e Historiadores de Cuba, la cual estimula gradualmente la autogestión de estas instituciones en pos de revertir los beneficios en la preservación de la memoria histórica de cada provincia y la satisfacción de sus pobladores.

2 comentarios :

  1. Carlos de Jesús González9 de marzo de 2015, 19:20

    Cienfuegos es una ciudad muy hermosa. Siempre que puedo voy a visitarla y sé del empeño de muchos de ustedes por mantenerla limpia y cuidada. Veo que aún persisten en rescatar tan valiosas instalaciones arquitectónicas. Felicidades.

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  2. Así es Carlos de Jesús. Incólume, favorecida por el tiempo se yergue la “Ciudad del Mar”. En sus olas, rayos centelleantes devienen presagios eternos de la magnificencia de su gente, su complexión, su hálito vital y dan fe de la premonición aborigen sobre la prosperidad de la tierra de Jagua.
    Testimonio del quehacer constructivo decimonónico en Cuba, los pobladores vemos la agónica batalla diaria por alcanzar la perfección y calidad en las obras, por impedir que el patrimonio se pierda o sufra agresiones nacidas de la ignorancia y la desidia, por proponer desde la cultura y la civilidad una práctica fructuosa para los pobladores de esta urbe conocida también como la Perla del Sur.

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