El jueves 12 de febrero el coliseo de Cienfuegos estará cumpliendo sus 125 años con una gala de altos kilates
Por Mercedes CARO NODARSE
Contar con una institución cultural con la pluralidad de intereses, capacidad de aprehensión en su seno de manifestaciones o tendencias estéticas y una propuesta artística de calibre, presentada de forma permanente al público durante todo el año, constituye motivo no ya de regocijo, sino incluso pie generoso en fundamentos para que el cienfueguero pueda sentirse ufano.
Esa es, en Cienfuegos, el teatro Tomás Terry. El centro insignia del Consejo de las Artes Escénicas -Vanguardia Nacional, Premio Nacional de Restauración de Monumentos-, es dirigido desde 1996, con meticulosidad de alquimista y perseverancia de corredor de fondo, por el escritor Miguel Cañellas, miembro de la UNEAC.
Con sus tres invariables “T”, el Teatro Tomás Terry de Cienfuegos, abrió sus puertas desde el 12 de febrero de 1890, gracias a los fondos financieros destinados a ese efecto por el comerciante, bodeguero, negrero y hacendado azucarero Tomás Terry Adams, uno de los hombres más ricos de Cuba durante el siglo XIX, nacido en Caracas en 1808 y muerto en París, 78 años más tarde. Un aire caballeresco y majestuoso emana esta instalación de refinados gustos como símbolo cultural de la Perla del Sur.
El falso techo de la sala principal exhibe un
lienzo de grandes proporciones en el que aparecen la representación de la Aurora, figuras alusivas a
la risa y el llanto, los retratos de la poetisa camagüeyana Gertrudis Gómez de
Avellaneda y del músico santiaguero Gaspar de Villate, todos rodeados de
elementos florales y aves.
En el vestíbulo muestra un decorado, también
al óleo, como símbolo de los genios propios de la creación y figuras infantiles
que sugieren las nobles artes de la poesía y la música. Alegorías
a la industria y al comercio como base que sustenta la existencia del arte y la
impresionante escultura en mármol de Tomás Terry, cierran ese valioso conjunto
decorativo, tratado de manera integral por Torriente en su condición de
especialista.
Con la restauración de principios de los años
60 el teatro Terry recuperó sus galas originales que le valen conformar junto
al matancero Sauto y el santaclareño La Caridad, la gran tríada decimonónica de esas
instalaciones en la Isla.
En su valioso quehacer artístico, Mateo
incorporó la necesaria investigación que precede las buenas restauraciones.
Basado en las imágenes del teatro aparecidas en la publicación El Hogar, del año 1890, asumió sus
proyectos de remozamiento.
En entrevista realizada por la revista Bohemia,
el 6 de febrero de 1966, el escultor expresó: “Creo que hemos realizado una
gran labor y sin dudas, el Terry se lo merecía … Como cienfuegueros y como
revolucionarios, estamos muy satisfechos de haber colaborado a esta obra
restauradora. Se le ha entregado de nuevo al pueblo un teatro digno de su
sensibilidad, de sus deseos de superación cultural y de sus esfuerzos por
alcanzar cada día más altos niveles de vida.”
En la sala Ateneo por ejemplo, el primer sábado hace gala el “Coro Cantores de Cienfuegos” y en el último reciben a los asiduos a la “Peña Te doy una canción con Augusto Enrique y sus invitados” como espacios sistemáticos del recinto.
De igual forma el Café Teatro, espera a sus visitantes los martes a las cinco de la tarde, un horario que rompe el silencio con el repique de los tambores del “Conjunto Folclórico de la ciudad”,
Son momentos de oídas y bailes, que remarca hoy el folklore, con una vetusta mirada a lo propio, a lo tradicional y reencarna en nuestras raíces, en nuestro criollismo.
Es pura identidad, un lenguaje corpóreo salido de las entrañas de los ancestrales barracones de los ingenios cubanos, que hoy emergen en las danzas y los guateques, espacios de alegrías de sobrero y guayabera, en un dúo perfecto, acostumbrados a arañar la tierra para sacar el fruto como modo de vida, un ritual que a pesar de los años no languidece, muestran su arraigo, su pasión por la campiña, eso también está en el espiral del tránsito, de la vida, en la cúspide de nuestra cultura nacional.
Además, se agregará a la agenda del
espectáculo un consagrado de la música cubana como el maestro Frank Fernández;
amén del destacado cantautor cienfueguero Lázaro García, Los Novo, el Ballet
Litz Alfonso, Kfé Mezclado y la pianista canadiense Mary Kennedy (quien
ofrecerá un concierto en solitario el día 15), entre otros participantes de un
amplio programa.
Bajo la dirección artística de Bárbaro
Montagne y la musical de Iván García, la gala llevará por título Más allá del
tiempo y será conducida por Dainelis Curbelo y Raúl Isidrón.
No hay comentarios :
Publicar un comentario