"El Chispa" nos dijo adiós (lea, también, una de sus últimas entrevistas)

En horas de la tarde, de este martes 28 de octubre, dejó de existir víctima de un infarto, Douglas Nelson Pérez Portal, reconocido caricaturista y diseñador cienfueguero. “El Chispa”, como lo conocieron sus amigos y como firmó sus obras, fue fundador de la filial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Cienfuegos, y de la Unión de Periodistas de Cuba. Vio nacer el suplemento La Picúa, de la editora Cinco de Septiembre, y el muy conocido Melaíto, de Santa Clara.
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  Hoy vamos a echar en falta la caricatura del Chispa haciéndose eco de la nueva y como siempre abrumadora votación de la ONU contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Douglas Nelson Pérez Portal, artista gráfico de fino humor y vasta cultura, nos dejó esta tarde al filo de las tres, fulminado por un paro cardíaco, próximo a cumplir sus 73 años, pero jodedor como era me parece escucharlo diciéndonos mientras arrastra las erres: 'cagrrajo, me voy a la hogrra en que matagrron a Lola'.
  "El Chispa", seudónimo artístico que se autoendilgó devenido mote de quienes nos preciamos de ser sus amigos, nació el 9 de noviembre de 1941, en Santa Clara, pero aquí lo aplatanamos y terminó por ser un cienfueguero reyoyo, jodedor eterno, espíritu burlón capaz de sacarle 'punta' a la más infausta de las circunstancias.
  Acá en nuestra Redacción, aún activo e iniciándose en los trajines de la Internet y las nuevas tecnologías, pasó al 'estrellato' con una recomendación ingenua pero formulada con la mayor seriedad en un intento por paliar el 'encangrejamiento' en hora pico del único y antediluviano scanner del que disponíamos entonces: "chico, y pogrqué no le echamos grrrasa". Nos miramos y resonó la carcajada, pero al final alguien encasquillado por la hora y el perenne apremio del cierre decidió untarle lubricante al tareco... y funcionó. Se podrán imaginar el chucho que nos dio, razón para que a partir de aquel día la propuesta de solución siempre fuera la misma: 'échale grrasa'.
  Alfabetizador siendo apenas un imberbe, Douglas comenzó a laborar en el periódico Vanguardia en 1963. Un lustro después, en 1968, funda lo que sería el embrión de la exitosa publicación humorística Melaíto, un híbrido llamado A Millón hasta los 10, con textos amenos y algunos dibujos de humor, dedicado a darle apoyo a la campaña azucarera de 1970, épica histórica conocida como Zafra de los 10 Millones. Aquel tabloide pronto se transformaría en el semanario Melaíto, totalmente humorístico.
  Douglas formó parte del grupo de profesionales que desde la vecina provincia se vino a   Cienfuegos en 1981 para trabajar como diseñador gráfico de nuestro recién fundado periódico CINCO de Septiembre, en cuyo seno sembró la simiente de otro suplemento dedicado a promover la reflexión desde la risa. Y así nació La Picúa, una publicación que bajo sus auspicios consiguió sentar cátedra en el ámbito de la caricatura en el país.
  Miembro fundador de la filial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Cienfuegos, y de la Unión de Periodistas de Cuba. Los trabajos gráficos Douglas Nelson han sido reproducidos en los suplementos La Picúa, DDT, Melaíto, revista Mi Barrio, en nuestros periódicos nacionales y también en Vanguardia, CINCO de Septiembre, Ahora. Publicó además en varios órganos de prensa extranjeros.
  Ya jubilado, aunque nunca retirados de sus trajines con marcadores de colores, pinceles y en los últimos años también píxeles, Chispa se mantuvo como activo colaborador de medios digitales cubanos y extranjeros, y editor del blog que haciendo gala a su inquieto quehacer bautizó La Chispa Prendida.
  Allí, como en un acto de premonición de que hoy no estaría para seguir azuzando al Imperio del Norte por su brutal política de bloqueo, dejó como última muestra de su quehacer una serie de cinco caricatura bajo el título Si del bloqueo a Cuba se trata  (Tomado de Fanal Cubano)

Una de sus últimas entrevistas
 


Douglas, “El Chispa”, siempre diciendo cosas muy seria

Por: Octavio Pérez Valladares

El hombre produce bienes materiales con arreglo a la belleza y por ello el diseño está presente en las más disímiles facetas de nuestras vidas. Douglas Nelson Pérez Portal, después de los años, responde preguntas sobre cómo se convirtió, al mismo tiempo, en diseñador y humorista…
Douglas, cómo empezó su carrera en calidad de diseñador y humorista…
“Al triunfo de la Revolución de Fidel yo participé en la Campaña de Alfabetización y nada menos que de alfabetizador en una unidad militar. Mientras la mayoría de los jóvenes fueron para casas de campesinos, a mí me correspondió ir a la entonces División 50 del Ejército Oriental, tarea que emprendí con mucha devoción, me enrolé en esa tarea, estuve allí cerca de un año, 1961, hasta que concluyó la Campaña para erradicar al país de analfabetos. Fue una gran experiencia en la zona de Alto Songo-La Maya, resultó inolvidable…
En la ciudad de Santa Clara, qué puede contar de esa etapa de inicio en la profesión del humorismo…
“Cuanto termina la Campaña de Alfabetización pasé a ser cuadro de la AJR, Asociación de Jóvenes Rebeldes, precisamente en la ciudad de Santa Clara y atendiendo la cultura y la propaganda. Estando allí y luego de convertirse esta organización en la Unión de Jóvenes Comunistas, se funda el periódico Vanguardia y empiezo a escribir una sección llamada Chispas Juveniles, lo que realizaba con otro compañero y ésta empezó a tomar mucha fuerza, porque abordaba el universo juvenil y era muy leída. Al mismo tiempo Vanguardia estaba necesitado de periodistas y al yo estar en calidad de cuadro en la Juventud Comunista, fue entonces el propio Arnaldo Milián Castro, secretario del Partido en la provincia de Las Villas, quien me propone pasar al periódico con el fin de fortalecerlo. Así que empiezo como periodista y atendiendo la página cultural.
Ya allí el Jefe de Redacción del periódico, Roberto González, dicho sea de paso, maestro de periodistas, me pide que pasara a diseñar las páginas del diario y porque éste se estaba haciendo de una manera muy rudimentaria, pues las páginas se formateaban en las propias ramas en el taller y haciendo el diseño previo la presentación quedaba mejor y permitía de hecho a los cajistas guiarse en la conformación de cada página. Al principio no sabía nada de eso y fue Roberto González, hombre preparado en todo sentido, quien me dio la mano para empezar y así lo hice, logramos formatear el periódico página por página. Este proceder mejoró notablemente la imagen del periódico. En 1968, cercana la Zafra de los Diez Millones, la dirección del Partido, acordó que el periódico publicara un tabloide donde desde ese momento se empezaran a reflejar todas las actividades relacionadas con la zafra azucarera. Se quería que estuviera el tabloide lo más ameno posible, porque estaría dedicado a los hombres del surco o de la industria azucarera. No teníamos el nivel cultural de hoy y el Partido solicitaba al menos que fuera ameno, que los protagonistas del gran esfuerzo productivo se vieran reflejados allí y así se logró. De esta manera se funda en 1968 el tabloide A millón hasta los diez… Tengo hoy el orgullo de decir que me hayan puesto al frente de este tabloide y comenzamos a seleccionar los trabajos sobre la zafra azucarera que salían en el periódico y se referían al aspecto humano en los macheteros, de los “purguistas” del central, de los químicos y ahí empiezan a salir las caricaturas, que me atreví a publicar y con la ayuda de otros compañeros con cierta experiencia. El tabloide A millón hasta los diez, por iniciativa del “Loquito Nuez”, René de la Nuez, que en aquel entonces era director de Palante, y empezó a apoyarnos, fue quien le propuso al Partido transformar este tabloide en un suplemento humorístico, con la característica de llegar más rápido a las masas a través del humor y con el mensaje político de la Revolución. En los años 70 surge el suplemento Melaíto, estuve al frente del mismo y de inmediato nos dimos a la tarea de buscar colaboradores y entre éstos Pedro Méndez que también era cuadro de la Juventud Comunista, pero que tenía tremenda chispa para el humor, y también otros compañeros como Rolando González y Francisco Rodríguez, más conocido por “Panchito”. Es de esta forma que aparece Melaíto, el que contó con la ayuda de los dos periódicos humorísticos del país. En primer lugar Palante y luego DDT; y ese suplemento empezó a cobrar tremenda fuerza y los entonces muchachos que ingresaron en él se fueron puliendo hasta convertirse en profesionales del humor.
Yo hoy tengo el orgullo de haber vivido y visto ese desarrollo. Esos humoristas han llegado a ser grandes, como por ejemplo Pedro Méndez, ganador de infinidad de premios. Recuerdo que ahí también trabajó Ajuvel, gran humorista que en la actualidad está en España y, en fin, por Melaíto pasó una gran cantidad de prominentes humoristas en la actualidad.
Existe la anécdota que lo marcó para siempre…
“Recuerdo el primer libro humorístico que se hizo en el interior del país, que fue una idea que surgió de parte del director del periódico Vanguardia en ese entonces, ya fallecido, Alfredo Nieto Dopico, en estrecha coordinación con el Departamento Ideológico del Partido y este volumen estuvo dirigido esencialmente a quienes hacían la zafra azucarera, cuyo contenido eran anécdotas y situaciones jocosas recopiladas por una serie de compañeros, entre ellos yo, ilustradas con las caricaturas. De ese libro se hizo una enorme tirada y fue distribuido por toda la provincia de Las Villas. Esa resultó la primera demostración revolucionaria de lo que puede el humor y tremendo éxito.
Usted ha recibido muchos estímulos en reconocimiento a la trayectoria de su vida, en el diseño y la caricatura. Entre todos cuál valora más…
 “La Unión de Periodistas de Cuba convocó a un concurso para premiar el mejor diseño de periódico en el interior del país. Estaba dividido en dos categorías: periódicos nacionales y provinciales. A mí me tocó el honor de haber merecido el primer premio en ese tipo de diseño, en este caso el diario Vanguardia, y obtuve además dos menciones, relacionadas éstas con el propio diseño del periódico. Eso fue en 1981, había empezado a trabajar en Cinco de Septiembre y aquí recibí este para mí muy preciado reconocimiento. Con mi esfuerzo había hecho posible que Vanguardia tuviera el mejor diseño de periódico, en el interior de Cuba.
Se siente realizado por todo lo que ha hecho…
“No tan realizado porque uno tiene muchas aspiraciones en la vida que no logra concretar, aunque en sentido general sí me encuentre satisfecho, aunque como eterno inconforme que he sido creo que pude haber hecho más.
Entre las realizaciones de mi vida tengo el haber sido fundador de La Picúa, suplemento humorístico de la provincia de Cienfuegos. He sido director, he dirigido dos publicaciones humorísticas, que además han servido para promover humoristas. La Picúa cuenta hoy con jóvenes talentos y esa es otra satisfacción.
Tiene El Chispa algún consejo dirigido a los diseñadores de estos tiempos…
“Yo soy un diseñador autodidacto, pero ya el país cuenta con las escuelas y, sobre todo, el diseño industrial para preparar a magníficos diseñadores gráficos. Con esto quiero argumentar que los diseñadores de hoy están mejor preparados que los de antaño, pues cuentan con todas las herramientas y conocimientos. En esto último los programas de computación para el diseño y en los últimos años de mi vida laboral fueron jóvenes quienes me enseñaron, porque antes aprendí sobre la base del error y la pura intuición. Puedo decirles a estos muchachos que el diseño es igual a la Medicina, imposible aprenderlo todo porque cada día aparecen otros caminos. Nunca perder de vista que en la actualidad se acentúa el diseño como algo presente en todo el quehacer de las personas. Por eso resumo: estudien cada día y profundicen en los saberes acerca del diseño”.