Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

martes, 20 de enero de 2015

Tahúres ¿muy desnudos? hacen mansiones


Por Mercedes CARO NODARSE  Foto: Kalam


No sé, siempre imaginé que cuando las personas se ¿sienten? afectadas por algo o alguien nunca recurrirían a aquello que le ha causado malestar. Me parece sería más lícito, honesto, desechar todo vínculo con lo que tanto se ha criticado o aludido, o atacado o... Pero, casi nunca lo que se piensa o se imagina constituye realidad.

  Entonces, nos queda un desabrimiento, una sensación extraña, porque no se llegan a conocer a las personas a plenitud. Y resulta incómodo, hasta chirriante. La verdadera historia de la conciencia se inicia con la primera mentira. Y esas, las mentiras, han sido muchas, escritas y dichas, por el tahúr de Tur Valladares.

 Ventajista, fullero, embarcador, tramposo, aprovechado, bribón, truhán… ¿cuántos sinónimos pueden describirlo? Mi amigo Kalam, quien vive hace 24 años en los EE.UU., y enterado de la diatriba sostenida entre Tur y yo, a propósito de la industria cementera cubana, me hizo llegar unas imágenes.Pero solo les muestro una, la de los muchos sacos de cemento, ese material que tanto ¿aborrece?

  Kalam sabe quién es Tur y sus orígenes.  Me contó cómo hace unos días pasó frente a su casa con el auto que rentaba, y encontró la vía obstruida por varios camiones, de los cuales descargaban materiales de construcción. Áridos, piedra, acero, y ¡¡¡cemento!!! (muchas bolsas por cierto). Dirigiendo las operaciones estaba el personajillo de marras, fajín en su cintura, de tanto subir y bajar las escaleras. Uno, dos, tres, cuatro…..50, perdió la cuenta.
  “Yo siempre pensé que él iba a construir su casa de madera y tejas francesas. Ahora veo lo equivocado que estaba: la hizo de mampostería y hormigón. Si él le ha planta’o la guerra a la fábrica de cemento; ¿entonces? es de esos que cuando dice digo dice Diego o luego dice Diego en vez de digo… Además, hacer una casa se las trae. Yo llevo ayudando a mi madre hace más de 10 años, todos los meses le mando dinero y aún no la termina. Eso sí, tengo que sudar bastante allá, y tener hasta dos trabajos. ¿De dónde sale el presupuesto de este tipo, porque que yo sepa, él no trabaja?”. Le explico sucintamente.

 “¡Ah!, ya entiendo. Él le sirve a los dinosaurios, vejetes esos que no quieren las relaciones de Cuba y Estados Unidos. Carajo, lo que uno tiene que aguantar…”.

  Un favor me pidió para sentirse en paz consigo mismo: “Quiero que los ciudadanos norteamericanos lo vean; incluso quienes allá vivimos hace años; desenmascarar a estos tipejos e impedir que descara’os y aprovechados como este construyan mansiones con nuestro sudor”.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...