Entrevista
con Raúl Torres, autor del tema musical Cabalgando
con Fidel y de El regreso del amigo
(dedicada a Hugo Chávez)
La
noticia de la muerte de Fidel fue un shock tan fuerte para Raúl Torres, que le
costó recuperarse. “No podía aceptarlo, creía que no era cierto. Después me
vino un estremecimiento, una angustia que, como casi siempre me sucede en
momentos de mucha emoción, de catarsis, se transformó en música, en canción”,
admite ante Juventud
Rebelde el autor de Candil de nieve y Frío, quien al mismo tiempo
considera no ha saldado la deuda que aún siente que tiene.
“No
me hallo satisfecho. Para mí Cabalgando
con Fidel no está terminada. Estoy convencido de que puedo
escribir muchas, muchas estrofas, algo así como una canción infinita, que es la
que se merece Fidel. Ese es el sentimiento que ahora me embarga. Amigos míos me
comentan: “Raúl, ¡cómo has logrado resumir todo!”, y yo permanezco callado,
pues creo que faltan más imágenes que dar...
“Veo a Fidel conduciendo el Granma otra vez, con Cuba entera junto a él, con todos los agradecidos… Lo veo en el aire, con un batallón de aves —las cuales somos nosotros los cubanos… También lo veo en la montaña, acampando con todos esos universitarios que estuvieron en la vigilia donde acudimos Buena Fe y yo...”.
Raúl Torres. |
“Esa
vez él me pidió que me le acercara y me dio su mano, la cual sentí muy suave.
Entonces me agradeció. En ese momento lo sentí tan humilde y tan enorme, yo no
cabía en mi cuerpo. A partir de ese momento mi carrera tuvo un verdadero
sentido”.
Así
y todo, Raúl Torres ha encontrado en las redes sociales a personas que lo
ofenden, pues según ellas ha echado a perder su carrera cantándole a los
héroes. “A esas personas no me cansaré de decirles: le canto a los héroes, a
los amores que he tenido, a la naturaleza, a la sociedad, a todo aquello que me
inspire. Pero además esas canciones en las que les he cantado a los héroes, el
pueblo enseguida se las queda, y dejan de ser mías porque el pueblo las hace
suyas.
“Y
es justo cuando me siento en la cima de mi carrera y orgulloso, porque regreso
a mis raíces, a lo que aprendí en Cuba. Eso es lo más auténtico en un cubano:
reconocer en sí mismo los valores transmitidos por Fidel, los
valores transmitidos por nuestro Comandante en Jefe”.
Entre el dolor y el orgullo
Eduardo Sosa. |
De
inmediato convergieron en Cabalgando
con Fidel cuatro voces extraordinarias, historias
personales, recuerdos, alegrías y tristezas para darle cuerpo a aquella canción
“tan sentida y hermosa. Tal parecía que cada una de las estrofas habían sido
escritas para ser cantadas por nosotros. No había modo de no identificarse con
ese mensaje que expresa dolor por la pérdida física de Fidel, pero que también
está lleno de amor y esperanzas”.
Afirma
Annie que jamás había vivido algo como lo presenciado por ellos en Bayamo,
cuando estrenaron Cabalgando
con Fidel ante una multitud que fue a acompañar al líder de
la Revolución
en su último paso por ese territorio y que lo recibió con vítores cuando
comandaba la Caravana
de la Libertad.
“La gente coreaba la canción, se abrazaba, lloraba...”.
Annie Garcés. |
Antes,
todos ellos, los intérpretes de Cabalgando
con Fidel, se había cruzado en Taguasco, Sancti Spíritus,
con la caravana que trasladaba las cenizas hacia el cementerio Santa Ifigenia,
en Santiago de Cuba. A partir de ese momento la escoltaron hasta llegar a
Camagüey.
“Sin
dudas, era muy doloroso constatar cómo la gente se secaba las lágrimas y no
podía aguantar el grito, pero uno se llenaba de una fuerza inmensa al ver cómo
el pueblo, que se movía en camiones, en carretas, guaguas, a pie, se adueñaba
de las aceras, de las calles, de los parques, las plazas, los balcones, para
expresar no solo su admiración y apego a las ideas del Comandante, sino también
su compromiso con la
Revolución.
“Y
en esas circunstancias, Cabalgando
con Fidel se convirtió en un himno. Era difícil cantarla
porque había que luchar contra el nudo que se nos hacía en la garganta... De
veras ha sido un gran honor para mí”.
De cantos y privilegios
Luna Manzanares. |
“Hemos
trabajando juntos en varias ocasiones y me complace tremendamente cantar sus
canciones. Hay mucha afinidad entre el compositor y la intérprete. Por eso no
existe manera de que pueda rechazar algún proyecto en el cual él esté
involucrado.
“Esta
vez cuando me llamó y me dijo: “Necesito tu voz aquí”, aunque no me explicó
para qué me quería, enseguida imaginé de qué se trataba. Si le había compuesto
semejante canción dedicada a Hugo Chávez, inferí en qué podía estar empeñado en
medio de un suceso que había conmocionado a nuestro país.
“En cuanto la tuve en mis manos, Cabalgando... me trajo a la mente unas imágenes tan fuertes, tan emotivas, tan cercanas... Me hizo mucho bien, ser parte de este proyecto, porque Raúl Torres nos entregó una canción honesta, humana, llena de una emotividad que nos llega a todos.
“Debo
confesar que me “batí” fuertemente con Sosa para que me dejara cantar sola la
estrofa que al principio compartíamos los dos, pues era una estrofa que me
tocaba en lo más profundo...
“Sí, constituyó un enorme
privilegio poder cantar una canción que será eterna, y sobre todo haber
participado en este tributo a un hombre tan grande, tan brillante, tan
excepcional como Fidel”. (Por José Luis Estrada Betancourt,
tomado de Juventud Rebelde)
Letra de ambas canciones
(1958) Fidel Castro montado a caballo
mientras cruzaba el río Yara.
|
Cabalgando con Fidel
Autor: Raúl Torres
Intérpretes: Raúl Torres,
Eduardo Sosa, Luna Manzanares, Annie Garcés
se le ha visto cabalgar
a Camilo y a Martí.
Y delante de la caravana
lentamente sin jinete,
un caballo para ti.
Vuelven las heridas que no sanan
de los hombres y mujeres
que no te dejaremos ir.
Hoy el corazón nos late afuera
y tu pueblo aunque le duela
no te quiere despedir.
Hombre, los agradecidos te acompañan
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo,
no hay un solo altar sin una luz por ti.
Hoy no quiero decirte, Comandante,
ni barbudo, ni gigante
todo lo que sé de ti.
Hoy quiero gritarte "padre mío",
no te sueltes de mi mano,
aún no sé andar bien sin ti.
Hombre, los agradecidos te acompañan.
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo,
no hay un solo altar sin una luz por ti.
Hombre, los agradecidos te acompañan.
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo.
No hay un solo altar sin una luz por ti.
Dicen que en la plaza esta mañana,
ya no caben más corceles
llegando de otro confín.
Una multitud desesperada
de héroes de espaldas aladas
que se han dado cita aquí.
Y delante de la caravana
lentamente sin jinete,
un caballo para ti.
El regreso del amigo
Autor e intérprete:
Raúl Torres
En la despedida del amigo queda un adiós detenido
palabras que se congelan, ganas de ya haberlas dicho
lágrimas que no se lloran pa’ no aceptar que se ha ido
pena convertida en gloria, amanecer extendido.
Para la partida de un amigo que nos devolvió la risa
no hay adiós definitivo, ni finales de cenizas
tanto corazón dolido no se va creer la prisa
de la muerte que ha intentado manchar su roja camisa.
Toda la ternura de este amigo desparramada en la brisa
de un pueblo que habían dormido, de una América hecha trizas,
nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino, con el Che, Martí y Bolívar.
Ese rastro que dejó el amigo, ese antídoto de vida
contra la sierpe que sueña a América dividida,
el que levantó al mendigo y compartió su comida
su manera de estar vivo nunca va a tener medida.
Todos los amigos del amigo tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo con campechana sonrisa,
nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino, con el Che, Martí y Bolívar.
Nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa.
En la despedida del amigo queda un adiós detenido
palabras que se congelan, ganas de ya haberlas dicho
lágrimas que no se lloran pa’ no aceptar que se ha ido
pena convertida en gloria, amanecer extendido.
Para la partida de un amigo que nos devolvió la risa
no hay adiós definitivo, ni finales de cenizas
tanto corazón dolido no se va creer la prisa
de la muerte que ha intentado manchar su roja camisa.
Toda la ternura de este amigo desparramada en la brisa
de un pueblo que habían dormido, de una América hecha trizas,
nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino, con el Che, Martí y Bolívar.
Ese rastro que dejó el amigo, ese antídoto de vida
contra la sierpe que sueña a América dividida,
el que levantó al mendigo y compartió su comida
su manera de estar vivo nunca va a tener medida.
Todos los amigos del amigo tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo con campechana sonrisa,
nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino, con el Che, Martí y Bolívar.
Nadie piensa que se ha ido, fue un momentico a la misa.
(Coro)
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
de un pueblo que se
despierta de una América arrasada.
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
la ternura de este amigo es
la luz desparramada
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo
con su risa campechana
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
seguiremos el camino del
amigo junto al alba
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
no hay adiós definitivo, ni
finales de cenizas
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo
con campechana sonrisa.
Nadie piense que se ha ido,
fue un momentico a la misa.
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