Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.
lunes, 12 de diciembre de 2016
Cienfuegos, ciudad de las “pequeñas tazas” (+fotos y video)
Cúpula del Palacio de
Gobierno, la mayor dentro de la ciudad.
El encabezamiento puede resultar extraño y
sugerente para la mayoría de los lectores, pero créalo o no, muchos cubanos,
incluidos los cienfuegueros, han leído bastante sobre el tema. Lo que sí pueden
no saber es que la frase entrecomillada en el título se escribe kupellon en
griego, que esta dio lugar a la italiana, con raíces latinas, cupella, y así
llegamos al término castellano cúpula.
Un largo ¡aaahhh! cruzará por sus mentes, y
de pronto tendrán ante sus ojos una imagen virtual del parque José Martí en
Cienfuegos, con sus conocidísimos domos, hitos principales de un Centro
Histórico Urbano (CHU) declarado Monumento Nacional el 22 de abril de 1995, y
de cuyas 90 manzanas, 70 se encuentran incluidas en el área declarada
Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la
UNESCO, el 15 de julio de 2005.
Y no por recurrente, el tema deja de ser
atractivo, pues este tipo de elemento arquitectónico está presente en las
construcciones humanas desde los inicios de la civilización, pasando por los
imperios romano y bizantino, recibiendo influencias de religiones (islámica y
ortodoxa rusa), y transitando por la Edad Media y el Renacimiento europeo hasta
nuestros días, con estilos (barroco, neoclásico…) y técnicas múltiples.
Sus renombradas cúpulas
En la nombrada Perla del Sur,
fundada en 1819 por colonos de origen francés, 250 kilómetros al
sudeste de capital, más de una docena de estas bóvedas aéreas son parte
indisoluble del paisaje urbano.
Las “pequeñas tazas” de Cienfuegos,
muy lejos de la riqueza ornamental reconocida a sus similares italianas, rusas
o estadounidenses, aportan un toque especial, mágico, al horizonte que de ella
obtiene la mirada sensible que por vez primera la recorre, parta de una tímida
embarcación en la bahía o del avión que la rodea antes de posarse en su
aeropuerto.
Muy probable es que no exista en Cuba un CHU,
el cual, con sólo 0,9
kilómetros cuadrados de superficie, exhiba tal profusión
de domos, desde los archiconocidos en las postales turísticas hasta los más
humildes nunca recordados, porque de 26 ejemplares contabilizados en los
archivos de la Oficina
del Conservador de la Ciudad,
doce se empinan al cielo en ese espacio excepcional.
Así, hallamos la cúpula más alta (en la Catedral de Nuestra
Señora de la
Purísima Concepción, con 42 metros), la mayor
dentro de la urbe (Palacio de Gobierno, con un diámetro de 14 m y una altura de 39), las
estilizadas (Palacio de Ferrer y antigua Asociación Canaria), la musical
(Glorieta del parque Martí), las abovedadas (Biblioteca Provincial y
Ayuntamiento), la cubierta con planchas metálicas (Palacio de García de la Noceda), y las
liliputienses (vivienda de San Carlos, entre Prado y Gacel; y el edificio donde
radica Azcuba).
Una de las torrecillas propias del lenguaje clasicista en la Fortaleza de Jagua.
Sin embargo, las 14 restantes no son menos
hidalgas, pues entre ellas aparecen las de los cementerios de Reina (panteones)
y Acea (bóveda de la familia Fernández Matamoros), las tres pétreas y
heráldicas de la Fortaleza
de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, las bizantinas (Palacio de Valle),
la del acceso elegante a Villa Emilia (en Buenavista), la de cerámica
vitrificada color naranja (residencia de la familia Rodríguez Trinidad), las
gemelas verdiblancas (antiguo Cienfuegos Yacht Club). Y la más impactante de
todas: el domo de hormigón armado perteneciente a lo que debió ser el primer
reactor de la
Central Electronuclear de Juraguá, con 38 metros de diámetro y
76 de alto, más ancho que el del Capitolio de La Habana, pero
aproximadamente 16 m
más bajo. Nada, que podría albergar uno de los mayores Planetarios del mundo si
alguien se propusiera tamaña idea regeneradora…
El arquitecto Irán Millán, alma de la restauración del centro histórico,
elogia la labor de aquellos hasta hoy anónimos maestros de obra catalanes, que
trajeron consigo los secretos del buen hacer para que Cienfuegos trascendiera
en el tiempo como la capital cubana de las cúpulas.
En esta ciudad, novia eterna de
su manso mar, el forastero en vano intentara encontrar émulos del majestuoso
domo de la iglesia de San Lorenzo del Escorial, atalaya de 95 metros que domina la
meseta castellana, ni nada parecido a la monumental y romana Basílica de San
Pedro, epicentro del catolicismo universal.
Tampoco hallara algo semejante
al parisino hotel de Los Inválidos, cuya bóveda de 107 metros cobija la
tumba de Napoleón Bonaparte, y mucho menos conjuntos cupulares como los del
Kremlin moscovita o la
Basílica de San Antonio de Padua (Italia).
La Catedral exhibe con orgullo sus
dos cúpulas dispares.
Aquí simplemente la pupila
recién llegada archivara para siempre esa docena de torrecillas, cuya piel
roja, dorada y azul, cuando siente las caricias o el castigo del sol realza el
brillo de una perla caribeña, villa decimonónica ordenada y pulcra, que las
suma al concierto de su gracia arquitectónica.
Cercanos ya a las 20 décadas de la fundación
de la Colonia
de Fernandina de Jagua en este sitio privilegiado de la geografía insular
cubana, recapacitemos sobre los siglos de sabiduría y belleza acumulados en las
coloridas cúpulas sureñas, disfrutémoslas siempre contra el turquí que nos
cubre o la esmeralda que nos salpica, y hagamos un brindis con “pequeñas tazas”
repletas de amor por la identidad que nos regalan. (Por Idelfonso Igorra López)
Imágenes de otras pequeñas tazas cienfuegueras
Cúpula de la vivienda ubicada en el Prado, entre Zaldo y Cisneros.
Vivienda ubicada en el Prado entre Santa Clara y Dorticós.
Cúpula de la vivienda ubicada en el Prado entre Santa Cruz y Santa Elena.
Templo Bautista ubicado en Prado y Castillo.
Antiguo cine Trianón, ubicado en Prado y Santa Cruz.
Palacio de García de la Noceda, en la calle de Argüelles.
Palacio de Falla Brunei, en la calle de San Carlos.
Palacio de Ferrer, en el Parque Martí.
El otrora Cienfuegos Yacht Club, en Punta Gorda.
Palacio de la familia Trinidad, hoy Palacio Azul, en Punta Gorda.
Palacio de Valle, en Punta Gorda
Bibliote Provincial, en el Paseo del Prado.
Glorieta, en el Parque Martí.
Cúpula que remata el antoguo Sanatorio, hoy Policlínico Principal de Urgencias.
Cúpula ubicada en el edificio de Azcuba, en el Prado
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