Desde el 7 de diciembre y
hasta el 18 estará abierta al público Fiart 2016, que cuenta con la presencia
de artesanos de 17 países. La
Feria… ha estado dedicada a la provincia de Cienfuegos y al
textil como manifestación artesanal.
En la apertura se entregaron los premios por la Obra de la Vida a Mario Pelegrín Pozo,
artesano con una visión muy personal de la pintura popular y creador del
proyecto cultural El patio de Pelegrín, en Pinar del Río; y a los diseñadores
de vestuario Oscar de la
Portilla Escardón, de Villa Clara, por su versatilidad y
reconocida trayectoria, y a Lourdes María Trigo Bermúdez, de Cienfuegos, por la
originalidad de un trabajo que fusiona tradición y contemporaneidad.
Precisamente con la artista cienfueguera conversamos a propósito del evento
cultural.
-I-
“Me preguntas cómo he podido insertarme en el
diseño de moda en Cuba sin salir de Cienfuegos, sin dejar de vivir en Tulipán y
es bien sencillo de decir, no tanto de hacer: he logrado un estilo. Cuando las
personas ven en la calle o en la televisión esta u otra prenda saben que es de
Lourdes Trigo. A mí no me interesa vender.
“Hago mi trabajo, sin contaminaciones ni
influencias directas del mercado…”, esgrime y la grabadora apenas se enciende.
Varios periodistas la asedian, la miman, le cubren sesiones de trabajo en su
taller. No está de “moda” la modista, ella siempre ha estado, es la Feria Internacional
de Artesanía 2016, del 6 al 18 de diciembre en Pabexpo, lo que la trae a la
agenda mediática, la cual está dedicada a esta provincia y a las producciones
textiles.
No solo fue reconocido en este evento el
quehacer de la destacada diseñadora cienfueguera, premio por la excelencia de la Unesco en 2006 y el Premio Manos conferido en 2007 por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas; sino que
hubo allí una representación de sus últimas colecciones y la entrega del premio
por la Obra de
toda la Vida,
otorgado por FIART 2016.
“Vestirse es una necesidad del ser humano. La
moda enmarca un período, una etapa histórica, quizás hasta generaciones, y está
movida por las ansias de cambiar. Son muchos los factores que convergen cuando
un diseñador tiende a modificar las tendencias en las que trabaja (…) Hay
personas que llevan la moda de forma obsesiva, mientras otras la usan según su
conveniencia, el físico, la edad.
“Los
creadores evolucionan en sus modos de hacer, existen fuentes de inspiración, y
para mí la más importante es el propio ser humano. Vivimos en una época donde
el impacto de las grandes industrias textiles es innegable, hoy las tiendas
están abarrotadas de ropas muy comerciales, con letreros publicitarios, hechas
a partir de producciones en serie, que reproducen estereotipos (…), a pesar de
ello, no ha dejado de existir la ropa hecha a mano, lleve o no el trabajo
artesanal incluido, porque es arte, porque es pensado, confeccionado y dirigido
a determinada persona, esa nunca va a morir.
“En el caso de mi tienda Arte&Moda,
quizás pueda exhibir una ropa en la línea exclusiva, pero básicamente trabajo
el diseño único, eso le da individualidad al ser humano, y al mismo tiempo,
trato de mantener mi estilo y vestir con personalidad a los clientes”.
Para
muchos diseñadores la fórmula es más sencilla: te mudas a La Habana y luego existes, te
conocen, te siguen…
“Soy una cienfueguera nata. Esta ciudad se
ajusta a mi temperamento, soy muy pausada, me gusta el silencio cuando trabajo.
Vivo en Tulipán, un reparto que no está cerca del casco histórico, y he tenido
posibilidades de permutar, de cambiar de vivienda y siempre me he negado. Allí
construí mi espacio. Cuando fui a Paris, una urbe en demasía populosa, me
sentía atrapada, independientemente de su belleza, de su historia. Eso mismo me
sucede con La Habana,
la vida es muy rápida y necesito tiempo para crear en silencio. Además, amo a
Cienfuegos. Para mí no existe ciudad más linda en el mundo.
“Mira y las cosas no son tampoco tan así,
aunque si es cierto que tienen en la capital más oportunidades de promocionarse
en los medios. Yo empecé en el diseño porque antes fui modelo y me uní a un
grupo de veintitantos diseñadores que en aquel entonces éramos aficionados.
“En el año 1985 existía un movimiento
importante de modistas en Cienfuegos. Muchos de ellos se afiliaron tiempo
después al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) y a la Asociación de Artistas
y Artesanos de Cuba (ACAA). A partir de
ahí se organizó mejor nuestro quehacer, aparecieron eventos de alcance
internacional como FIART, además de otros, eso permite darnos a conocer en el
país”.
¿Se parecen
tus textiles a ti, a Lourdes Trigo, a Cienfuegos?
“Los hago pensando en mí. Ya no tengo la
figura de cuando era modelo, pero pienso en la manera en la cual me gustaría
vestirme y comienzo a hacer bocetos. Uno envejece de cuerpo, mas la mente sigue
siendo joven.
“Debo admitir que al incorporar técnicas
manuales tradicionales como el crochet, el bordado richeliut, las randas y el
trabajo de adorno con bieses le imprimen un valor agregado a mis diseños. Son
manualidades complejas que desgastan la vista y la espalda…, son horas en un
sillón”, explica la también premio a la maestría artesanal que otorga el Centro
Nacional de Artesanía en Cuba.
¿Por
qué se aferra a las manualidades? ¿Moderna, pero con lo tradicional como
elemento de elegancia?
“Son labores de tanta, tanta belleza y de un
valor cultural indiscutible, no puedo desprenderme de ello. Ubícate cuando no
existían industrias y nuestras bisabuelas se sentaban noches tras noches a la
luz de la vela a bordar. Cada bordado en sí mismo es una obra de arte. El
adorno con bieses es importado de Francia y si te detienes a mirarlo se parece
a las rejas de Cienfuegos, hasta pudiera pensarse en las mallas de los
pescadores…, todo se une y sale Lourdes Trigo.
“Somos muy pocos los que hacemos este tipo de
trabajo en Cuba”, acota y acerca la mirada a uno de los vestidos que salen de
sus laboriosas manos.
“Los bieses son como tubitos de tela con los
que formas el dibujo que quieres hacer, a manos, puntada a puntada. Todo el
mundo piensa que es deshilado, pero no es ni tejido ni deshilado, es un papel
donde dibujas lo que vas a recrear y después vas montando los bieses y los vas
uniendo según pida el diseño”.
Más de
30 años lleva Lourdes mezclando tradición y contemporaneidad, prácticamente una
vida siendo paciente, meticulosa, curiosa y muy creativa, condiciones básicas
para este trabajo.
“Por tradición, en mi familia siempre se
hicieron este tipo de labores, el deshilado, el bordado, el tejido crochet. El
bies lo aprendí con una amiga de la familia y me encantó. Es uno de los más laboriosos, pero también de
los más bonitos”.
El
cubano no tiene mucha cultura de línea única, de prendas exclusivas, de boutique…,
eso con las necesidades económicas se ha ido perdiendo, prefieren comprar ropas
traídas de otros países como Ecuador. ¿Tienes la misma percepción?
“Ello está dado porque el cubano estuvo mucho
tiempo sin contacto cotidiano con otras culturas y ahora ve las importaciones
como lo mejor. En los años 90 hubo una afluencia grande de franceses,
italianos, canadienses y crearon una teoría de importación fuerte acá: todo de
lo afuera es original, es lo último de la moda. Sin embargo, nada más alejado
de la verdad. Lo denominado por la industria como original está creado para un
mercado millonario, te hablo de un vestido que cuesta, por ejemplo, 10 mil
dólares.
“Hay cierta incultura a la hora de vestir.
Cada espacio, cada hora demanda un modo de vestir y eso no se debe atropellar”.
“Eso es cierto, pero trato de arreglármelas
para que las cosas salgan. No hace mucho había en el FCBC una tela que cuando
la picabas y entallabas quedaba parada, es decir, no se soltaba, y ni te
imaginas la cantidad de rollos que había para vendernos. Bueno le di calor, en
una de mis experimentaciones y cedió…, hice muchísimos modelos de vestidos, la
consumí casi toda…”.
¿Y qué busca Lourdes Trigo al mezclar una tradición
tan antigua con ropa tan de moda?
“Atraer a la juventud, que es para mí quien
lleva la moda, quienes además viven pendientes de las producciones foráneas,
teniendo otras opciones en casa. Quiero que los jóvenes vean en mis diseños
ropa atractiva para llevar, con un trabajo artesanal incluido, elaborado
completamente a mano, como lo hacían las abuelas. Un trabajo tan antiguo, en
una pieza moderna, tiene mucho más valor”.
-II-
Ha pasado tiempo desde que la oigo hablar y todas las suposiciones se confirman. La estatura, las manos, la roca que resiste el choque de las olas en ráfagas… una diseñadora que no se marchita, no cae rendida ante las insinuaciones del mercado contaminado, dueño de medio mundo.
Al interrogarla sobre el premio que recibió
en la inauguración de la Feria
por dedicar sus días a la creación, insiste: “Me siento joven todavía, me
parece que la vida es mucho más larga, y es que incluso siento que no he hecho
nada comparado con lo que me falta, pero me siento muy honrada. Ya había
obtenido muchos premios, pero este es quizás para alguien que haya dejado de
trabajar. A mí me queda mucho por hacer todavía”. (Por Zulariam Pérez Martí)
los cienfuegueros debemos estar muy orgullosos de Lourdes Trigo por sus bellas creaciones, muchas felicidades y que siga adelante
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