Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

jueves, 8 de diciembre de 2016

La virgen de la Purísima Concepción en su día


  Cienfuegos, conocida también como La Perla del Sur, cuenta con una de las tradiciones más hermosas en el ámbito religioso. Su Catedral, instalada en el Centro Histórico, y en los alrededores del Parque Martí, realiza su primera apertura en 1833, bajo la advocación de la Purísima Concepción, patrona de este territorio, ubicado en el centro sur de la isla de Cuba.

  La primera procesión en honor a la Purísima Concepción tuvo lugar el 8 de diciembre de 1821, y recorrió las calles San Carlos, Santa Isabel, San Luis y San Fernando. Por aquel entonces solo existía una modesta capilla construida de guano y yagua. Se asocia esta fecha con la celebración de la primera misa de la villa ofrecida por el Padre Antonio Loreto Sánchez Romero. La Patrona de Cienfuegos era trasladada en andas y era notable el júbilo de los cienfuegueros que para la ocasión enarbolaban la bandea cubana como símbolo patrio que acompañaba a esta fiesta.

  Según aparece en el sitio Vitrales de mi Catedral (http://catedralcienfuegos.org/purisima/procesiones.htm) trasciende una curiosidad en la celebración, pues una fotografía de la época revela que se observa cómo la procesión de la Virgen Inmaculada salía por la parte derecha de la calle Santa Isabel, por el frente de la iglesia, que no es como suele ocurrir en la actualidad, que lo hace por la parte izquierda. “Es muy probable que el recorrido se realizara por alrededor del parque a favor de las manecillas del reloj, ya que existe evidencia documental de que las procesiones continuaban por toda la Calle San Carlos para llegar al Paseo del Prado. El paso de la procesión lo marcaban la cruz y las banderas de Cienfuegos y la cubana”, dicen. 
  La presencia de niños vestidos de blanco en esta festividad, es una costumbre que se remonta desde la época de la colonia. Por otra parte, la gran variedad de pueblo participante, ilustra la estructura poblacional que va configurándose en la localidad de Cienfuegos.

  El 9 de diciembre de 1911, el periódico local “El Comercio”, publica las crónicas de la procesión ocurrida el día 8 del mismo año: “Nutrida hasta más no poder, lucidísima imponente fue la procesión de la Purísima. Cerca de las cinco salió de la Catedral, recorriendo como de costumbre las calles de San Fernando hasta el paseo de la Independencia, San Carlos hasta el Parque, por cuyo rededor desfiló antes de disolverse. He aquí el orden con que marchaba: Un crucifijo entre dos cirios, un estandarte de la Virgen del Carmen, cuyas cintas eran llevadas por dos angelitos, las Hijas de María, la imagen de la Purísima, el Clero, el pueblo en gran número, la escuadra del Cuerpo de Bomberos y la “Purísima Concepción.”

  Sobre la fiesta a la virgen, el entonces historiador de la ciudad Pedro Modesto Hernández, escribe en 1919 un artículo bajo el título “De otros tiempos”, refiriéndose a las procesiones de la segunda mitad del siglo XIX: “Era costumbre de las familias estrenar el día de la Purísima (…) En algunas familias era tal la costumbre de estrenar que hacía este estreno extensivo hasta la loza y ropas de la mesa. Las casas engalanadas con guanos, cortinas, banderolas y farolitos daban a la Villa la fisonomía de las grandes fiestas reales; en el parque el suelo cubierto por flores de variados colores, palmas de alcanfor y hojas de mirto. En el templo no cabía un alma más, la concurrencia cubría gran parte de la calle, la iglesia parecía un ascua de oro por la profusión de velas y cirios.”

  Pero esta celebración disminuyó considerablemente a partir de 1961, como consecuencia de los procesos revolucionarios que se desarrollaron en Cuba, hasta que el 8 de diciembre de 1998, tras la visita de Su Santidad Juan Pablo II, se realizara nuevamente, marcada por la apertura hacia la iglesia tanto de la población, como por parte de las autoridades e instituciones de la localidad.

  La procesión se desarrolla en un espacio urbano, que comprende el Parque Martí y su entorno. El recorrido se produce de derecha a izquierda haciéndose paradas o momentos de oración en las intercesiones de calles y avenidas, frente a instituciones culturales y político administrativas como el Teatro Tomás Terry y la Asamblea Provincial del Poder Popular, y en monumentos de significación política e histórica como el Arco de Triunfo.



Sobra la Virgen Inmaculada

  
  A Domingo Sarría, entonces dueño de ingenios azucareros y dotes de esclavos se le atribuye la donación de la imagen de la Virgen Purísima Concepción, que es sacada por las calles de Cienfuegos en las tradicionales procesiones el día de su festividad, el 8 de diciembre de cada año.

  La Virgen en sus ornamentos cuenta con un hermoso manto, la tiara y valiosas joyas, entre las que se destaca una que perteneciera a la Emperatriz francesa Eugenia de Montijo. Esta joya fue donada por Alberto Dalmau, médico cienfueguero radicado en España.

  Resulta una hermosa imagen realizada en madera policromada y pertenece al estilo escultórico del barroco español, apreciándose el arte de la imaginería, actividad escultórica utilizada en la época para realizar figuras religiosas que eran pintadas y talladas en madera. Es de suponer que muchas de estas imágenes, las realizaran en madera, por ser este un material ligero que pudiera facilitar sacarlas en procesión. La imagen cienfueguera de María Purísima Concepción, se embellece con su elegante ropa, el pelo y los ojos de cristal.

  Se destaca en la liturgia emplea la diversidad de espacios socioculturales para ejercer su práctica, y estas paradas y oraciones están vinculadas al quehacer social de las instituciones. Durante todo el recorrido se acompaña de cantos en alabanza a la Virgen.

  La procesión culmina aproximadamente en la media noche, con la entrada de la Virgen de espalda a la Iglesia, la bendición del Obispo a la ciudad y las alabanzas que los participantes realizan alrededor de la Virgen; en la observación se percibieron también aplausos, conversaciones, ofrecimiento de pétalos de flores, peticiones, expresiones de goce y satisfacción, entre otras.



Narraciones populares sobre La Purísima en Cienfuegos




-Las manos de madera que tiene actualmente fueron rehechas partiendo del modelo de las manos pequeñas y delicadas de su antigua camarera, la señora Cuca Gándara.

-El pelo de esta misma señora sirvió para confeccionar la peluca que lucía antes de la que hoy posee.

-El manto y la peluca actuales fueron donados por el doctor Alberto Dalmau, cienfueguero residente en España y devoto ferviente de María Inmaculada.

-La base fija o banco en el cual permanece enclavada la imagen fue realizada y donada por el señor Alberto Pérez de Villa Amil, antiguo profesor de la Escuela de Artes de Oficios de San Lorenzo.

-La imagen –difiriéndose de otras representaciones escultóricas de la imaginaria española cuyos cuerpos se trabajan a manera de bultos para ser vestidos presenta piernas y sus pies están descalzos.

-El primer carro bomba que se desplazó por nuestra ciudad llevaba el nombre de Purísima Concepción.



Poema “Cuando la Virgen pasa”, dedicado a la Inmaculada Concepción por José R. Muñiz (autor de Luna Cienfueguera)



Al paso de la Virgen

La noche se hace blanca,

Y cantan las estrellas

Un celestial hosanna.

 

¡Cuantas almas se agrupan

Sobre la acera ancha,

Y elevan en silencio

Su ruego o su plegaria!

 

Y contemplo a los niños:

¡Con qué jubilo marchan

en sus ojos brillando

la luz de la esperanza!

 

Al paso de la Virgen,

bajo la noche santa,

¡Cuantos Bajan la frente

Y elevan el alma!



Nota: Catedral de la Purísima Concepción: Su construcción se efectuó en varias fases entre 1833 y 1875, aunque ya desde 1835 se realizaban allí los oficios religiosos, labor iniciada por el padre Antonio Loreto Sánchez Romero. Cuenta con dos torres de 20 y 36 metros, respectivamente y en ella se atesoran preciosos vitrales (entre ellos los que representan a los 12 apóstoles) y cuadros de gran valor artístico, así como otros valiosos y bellos elementos ornamentales. La diferencia de tamaño entre las dos torres radica en que la menor (la de la derecha) fue construida en 1850, y cuando se hicieron los trabajos de ampliación los cienfuegueros por su sentido de pertenencia no permitieron que fuera demolida para hacer en su lugar otra de la misma altura que la segunda, la de la izquierda, construida en 1868.

  
(Se utilizaron para este reporte notas del trabajo de diploma: "La fiesta patronal de la Purísima Concepción en Cienfuegos. Aproximaciones para un estudio de caso" de Daniria Teresita Almaguer Naranjo).


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...