Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

jueves, 28 de marzo de 2013

Cúmulonimbos



El volumen de la Editorial Mecenas está disponible al público en la red de librerías de la provincia


 
Su poemario Agreste.
Un diálogo entre lo circunstancial y las estructuras de su poeticidad nos plantea René Coyra, en Cúmulonimbos, a la venta en las librerías de Cienfuegos. El autor desacraliza lo incuestionable, urde lo simbólico y nos sumerge en aguas de lo anecdótico, interpreta lo imprescindible desde una óptica en que la belleza es solo una manera de imaginar lo inalcanzable, afronta lo personal suprimiendo de su lenguaje lo tendencioso. De este modo concibe formas para hacernos partícipes de su exaltación, nos remite a búsquedas en lo inminente y proyecta sus necesidades desde la textología.
  El libro (su experiencia de lo existencial) es el vacío que devela las dejaciones del ser humano, frustración asumida ante el  abandono que deja lo trágico, conceptualización de lo cosmovisivo ante una figuración absurda de la realidad.
  Penetra sin ceder lugar a otros espacios; la visión de lo cubano adquiere dimensiones en las que el poeta, como sujeto lírico, se convierte a sí mismo en presencia activa dentro de un contexto particular.

  Conoce que está metido en su vicisitud, indaga en cuanto a su identidad y aspira llegar al clímax de la sapiencia sobre bases de juicios críticos acerca de sí. Va de una actitud a otra, muestra su rebeldía en relación con ese mundo que no habita y establece registros en los que el lenguaje adquiere sensaciones de hastío. Muestra la inconformidad del autor; textos escritos desde sus temores e intransigencias dejando ver solo una parte de lo infalible.
  No viola otros registros, sino que imprime un lirismo muy difícil de esquivar, ya que secretos e impaciencias coexisten junto a una especie de codificación del tiempo, que se torna irreversible ante proporciones que delimitan su nacimiento, vida, muerte y postrera eternidad, recursos esgrimidos para deleitarnos a través del hervor de unos versos convincentes. (Por

Jorge Luis ÁGUILA APARICIO)

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