Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Un hombre múltiple con el propósito principal de servir



  Cuando varios de quienes practicamos el reporterismo hoy día solo gateábamos, u otros ni siquiera habían sido concebidos, ya Ramón Lobaina Consuegra ejercía el oficio: nada menos que en pleno campo de batalla. 

  Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana en 1974, el día de nochebuena de un año después decidió alistarse de forma voluntaria para prestar misión internacionalista en Angola. Lo llamaron el 26 -recuerda-, y el 9 de enero partió hacia África. Allí combatió en la ofensiva hacia el sur, pero, enterado el mando de su carrera, lo convocó a informar a la tropa, junto a otros compañeros suyos de la redacción del periódico Ahora, donde destacaron a este holguinero desde su graduación. Lobaina, con un camión de guerra a su disposición, elaboraba el boletín El Combatiente. Primero trabajó en dicha tarea a nivel de batallón; luego le asignaron extenderla a rango de división, evoca. 

  Pese a poseer vasto número de condecoraciones nacionales o territoriales de diverso signo, Lobaina atesora cual su reliquia más preciada el Certificado con la firma de Fidel en “reconocimiento a su heroica misión internacionalista en Angola”. El 24 de mayo de 1976 se convierte en militante del Partido Comunista de Cuba allí, en pleno campo de batalla, relata con orgullo. 

  Revolucionario hasta para las enfermedades, el merecedor del Premio Provincial de Periodismo José Antonio Hurtado del Valle por la Obra de la Vida, abandonó el cigarro el 5 de septiembre de 1997, justo a los 40 años del levantamiento de los marines y civiles en Cienfuegos. “O era él o era yo, y resultaba una linda oportunidad para dejarlo”, dice con convicción el colega quien como consecuencia del stress generado por la tensión periodística de la cobertura del 26 de Julio de 1984 aquí, ganó una hipertensión eterna, acompañada de parálisis facial transitoria. Ocupaba entonces el cargo de Jefe de Información del periódico Cinco de Septiembre, del cual es fundador. 

  Ni la parálisis, ni la presión arterial, ni la neuropatía sufrida durante el período especial arredraron el espíritu de una persona quien “nunca sabría cómo decir no” a las misiones y respetó, entre tantas, la de ser funcionario del Comité Provincial del Partido encargado de atender los medios de prensa hasta 1990. 

  Al concluir el período en dicho cargo, deseaba retornar a nuestro periódico, aunque debió marchar hacia la emisora Radio Ciudad del Mar. El destino no se equivocó, porque la ventura periodística de dicho medio por casi veinte años en buena medida se debió a su tenacidad, compromiso, disciplina y rigor.

  Lobaina, persona sencilla y diáfana, con vocación inclaudicable de servir al otro, es un magnífico dirigente periodístico, quien subo capear las movidas de distintos tiempos históricos del país o la profesión, y convertir a la emisora provincial en el sitio más respetado por los cienfuegueros durante el período especial cuando, tras la retracción de la prensa impresa o con menos televisión, la señal al éter constituyó su principal fuente de información. 

Subdirector informativo allí por más de 17 años, él conoció de todo.   Compatibilizó diversidad de caracteres, se sobrepuso a carencias técnicas, empastó un equipo (verdadera red) de trabajo en cada municipio. Pudo jubilarse a los 60; mas prefirió seguir. Este año sí será el del estribo, porque en diciembre cumple sus 65. Satisfacciones en dicho medio ha tenido muchas, narra; entre ellas contar en el staff al unísono con gente experimentada de respeto en la profesión y jóvenes talentos quienes le inyectaron dinamismo a las diversas propuestas informativas ininterrumpidas a lo largo del día. 

  No le complace, en cambio, “la inaplicación en nuestro periodismo de un principio de distribución socialista, la premisa marxista de a cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo. Algunos aportan mucho, empero reciben el mismo salario de quienes tributan menos. Es un análisis pendiente y postergado. Nuestros periodistas no solo han debido sobreponerse a eso; sino además a limitaciones de transporte, carencia de herramientas de labor… El reportero debe estar dispuesto a trabajar las 24 horas del día, si bien precisa poseer una infraestructura que lo respalde. Eso influye sobre su quehacer”. 

  Lamenta no haber hecho más periodismo en la calle. Su interlocutor le observa que aunque él considere eso, en verdad nunca se desligó del ejercicio informativo, pues en muchas oportunidades -siendo directivo-, cubrió disímiles actos e incluso apoyó con su presencia a subordinados los cuales en su momento no pudieron asistir a determinadas coberturas. 

  A su faena como profesional de la prensa, este hombre múltiple, capaz de sacarle pepitas de oro al arroyo del tiempo, añade las facetas de pedagogo e investigador. Ha elaborado una veintena de materiales en la segunda de las áreas. Algo más de 330 profesionales recibieron hasta la fecha clases suyas en la Universidad, donde el Master en Educación imparte su amada asignatura de Fundamentos del Periodismo en la carrera de Comunicación Social. E igual funge como tutor de profesores de dicha clase a colegas de sedes  municipales. 

  En la obtención del Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida (había sido candidato durante varios años), Lobaina Consuegra aprecia “el reconocimiento de mis compañeros, en tanto la propuesta emergió de cinco de las siete delegaciones de base; o sea de distintos órganos de prensa. Supone extraordinaria alegría en mi último año de trabajo activo”, expresa tan ufana como agradecida una persona blanco del respeto de su gremio y del pueblo. (Por Julio Martínez Molina)

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