En su filme Medianoche en París,
Woody Allen codea a un frustrado guionista con la crema de la vanguardia
literaria de la Ciudad Luz,
quizás la fantasía imposible de todo aspirante a artista.
Ahora el público cubano puede
toparse con cuadros de los monarcas del Cubismo y del Arte Pop, pero también de
Erró Gudmundur, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Richard Lindner y André
Masson.
El Museo Nacional de Bellas Artes auspicia esta exposición con las 108 obras
donadas hace dos años por el coleccionista y mecenas estadounidense Gilbert
Brownstone.
Lienzos de Marcel Duchamp, Joan
Miró, Alexander Calder, Camile Pisarro y otros ya pasaron por ciudades como
Bayamo, Camagüey, San Antonio de los Baños, Trinidad, Holguín y Matanzas.
"La exposición es distinta
para cada territorio, siempre hacemos una selección de piezas en dependencia
también de la estructura de la galería", explicó la curadora Yanet Berto.
Güines, cuna de notables
investigadores y de un Gran Maestro del ajedrez, acoge unas 25 piezas, casi
todas litografías, con destaque para siete obras de la serie Dibujos eróticos,
de André Masson.
El proyecto se denomina Mi amor al
arte, mi amor a Cuba, y su viaje por todo el país cumple con una vieja premisa
gubernamental: llevar el arte al pueblo y darle un verdadero alcance nacional.
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