Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Guerrera de la redacción y de la vida



   Los manuales de las escuelas norteamericanas de periodismo suelen consignar entre los aforismos recurrentes del oficio aquel que reza: "el editor solo podrá dormir tranquilo cuando tenga certeza de que las planas del día anterior fueron levantadas y revisadas por gente de confianza".

  Más allá de los errores inherentes al oficio, durante 32 años este periódico ha dormido bastante tranquilo porque sus respectivos jefes de Redacción contaron con la presencia de Guillermina Asia Jiménez Ventura dentro del equipo de correctoras. Sus ojos son dos cortafuegos conjurados contra la pifia y sus manos dos puentes levadizos que dejan galopando fuera al gazapo.

  La merecedora de un Reconocimiento Especial Por la Obra de la Vida Antonio Hurtado del Valle, durante las recientes jornadas por el Día de la Prensa Cubana (14 de marzo, fecha en que se conmemora la fundación del periódico Patria, por José Martí, en esta ocasión celebramos el 124 aniversario) considera que es el suyo "un bellísimo y difícil trabajo, de sumo cuidado e ingrato a veces, porque aunque uno siempre trata de hacer lo mejor, en ocasiones no lo ven con ese prisma. Por fortuna, existen más reporteros que sí valoran la necesaria intervención".

  Al comenzar su vínculo laboral con 5 de Septiembre, en 1984 y proveniente del magisterio, pensó que era cosa de semanas, evoca. Estas gatearon a meses, caminaron a años y treparon a décadas. Pudo retirarse tranquilamente a los 55. Sin embargo, "algo por dentro me lo impedía; quería corresponder mediante mi quehacer continuado todo cuanto me había entregado la vida, la Revolución, el propio medio. Y hoy, con 72 años continúo aquí. El día que me resulta imposible venir al centro se torna amargo para mí. Pienso en las correcciones hasta en casa, es así. Les quiero y les debo mucho a mis compañeros y mis directivos. Son parte de mi familia…".

   A Guillermina no puede adjetivársele, porque de hacerlo se correría el riesgo de llenar de epítetos la página. Ella, sustantivo y sustancia, es la personificación de la tenacidad, el denuedo, la estabilidad y el respeto hacia su profesión. "Mi forma de ser nace de la rigurosa crianza campesina que tuve: me transmitieron valores, sentido de la responsabilidad, compromiso…".

  Es magnífico contar en los centros laborales con estos faros. Las personas como ella indican el camino, marcan la pauta, insuflan estímulo.

  No se arredra ante nada. "He transitado por todas las etapas históricas del periódico, desde el diarismo. Me impuse a los cambios tecnológicos. Y jamás  retrocedí ante el deber". Las rodillas y la columna de la septuagenaria respaldan sus últimas palabras. No hubo movilización, trabajo voluntario, períodos en la zafra, colaboración en el autoconsumo del Partido que ella no participara durante la década de los 90. Aún sigue siendo la primera en caminar al frente, al llamado que fuere.

  Poseyó una escuela formadora, es cierto. Muy joven integró la expedición Seguidora de Camilo y Che en la Isla de la Juventud. Allí trabajó en la siembra de cítricos y alfabetizó. En el central Cunagua (hoy Bolivia), de Camagüey, le dieron la responsabilidad de pesar la caña cargada en los camiones y evitar que elementos desafectos torpedeasen la Zafra de los Diez Millones. Las llanuras de Yaguaramas la vieron desandar muchos surcos y educar en las escuelas en el campo. El trabajo representa sobre todo gozo, no sacrificio, en una mujer así. Ella ama la experiencia de sudar y servir; la vive.

  Esta guerrera de la redacción y del esfuerzo cotidiano en decenas de escenarios, es también una guerrera de la vida. De su vida. Hace tres años enfermó de cáncer. Sobrepasó la gravedad, los ingresos hospitalarios, los tratamientos. Hoy es atendida en el Centro Especializado Ambulatorio Héroes de Playa Girón por un equipo de profesionales a quienes les destina las mejores consideraciones. Les agradece a ellos y a la Revolución, afirma, "pues en otro sistema no hubiera podido hacerle frente a esta jugarreta del destino, por el alto costo de los servicios, medicinas, procedimientos".

  La voluntad mayúscula de nuestra correctora más longeva por hacer, por vivir, por crear, no es común en todos los seres humanos. Creo que va a estar haciendo correcciones en 5 de Septiembre por siempre. Hasta su hija, Yudelkis, lo sabe y la deja. "Mi mamá es feliz cuando se va a trabajar, qué voy a hacer", dice su descendiente menor, fruto del matrimonio de más de 30 años con su querido esposo Enrique, ya fallecido. Tiene otra hija, Yolanda, quien vive en Espartaco y  dejó a los 3 años al cuidado de sus padres para poder cumplir con las urgencias del momento histórico.

  Guillermina aprendió a luchar desde niña, nada cambiará esa verdad; ni incluso el hecho mismo, tan doloroso y lamentable, de una enfermedad que no ha tenido otro remedio que contenerse ante su capacidad de resistencia. (Julio Martínez Molina. Tomado de 5 de Septiembre digital)


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