Uno de los momentos más esperados del 23 Festival de Ballet de La Habana es la reposición de El espectro de la rosa y La siesta de un fauno, dos obras antológicas del catálogo del ballet del siglo XX. Luego de varios años sin ser representados por el Ballet Nacional de Cuba el público que asista a la gala por el centenario del natalicio de Igor Youskevitch -6 de noviembre, Gran Teatro de La Habana-, tendrá la oportunidad de disfrutar de la coincidencia en la noche de dos obras enlazadas por la sombra legendaria del bailarín Vatzlav Nijinsky.
Se cuenta que fue este el ballet que convirtió a Nijinsky en una leyenda. El bailarín ya era muy conocido por los habituales concurrentes a las funciones que los Ballets Rusos de Serguei Diáguilev ofrecían en París desde 1909. La compañía había causado conmoción en los círculos artísticos de la ciudad luz con sus espectáculos llenos de energía vital, de color, coreografías de Mijaíl Fokín.