(canción)
Santa Bárbara bendita
para ti surge mi lira
Santa Bárbara bendita
para ti surge mi lira
Y con emoción se inspira
ante tu imagen bonita
Que viva Changó
para ti surge mi lira
Santa Bárbara bendita
para ti surge mi lira
Y con emoción se inspira
ante tu imagen bonita
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Señores
Con voluntad infinita
arranco del corazón
la melodiosa expresión
pidiendo que desde el cielo
nos envíes tu consuelo
y tu santa bendición
Que viva Changó
Con voluntad infinita
arranco del corazón
la melodiosa expresión
pidiendo que desde el cielo
nos envíes tu consuelo
y tu santa bendición
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Señores
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Nuestra oración favorita
llevamos hasta tu altura
Que viva changó
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Virgen venerada y pura
Santa Bárbara bendita
Nuestra oración favorita
llevamos hasta tu altura
Que viva changó
Que viva changó
Que viva changó Señores
Con alegría y ternura
quiero llevar mi trovada
Allá en tu mansión sagrada
donde lo bueno ilumina
junto a tu copa divina
y tu santísima espada
Que viva changó Que viva changó
Que viva changó Señores
En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
Que riegues con tu fluido
tu sagrada bendición
Que viva Changó
Que viva changó Señores
Con alegría y ternura
quiero llevar mi trovada
Allá en tu mansión sagrada
donde lo bueno ilumina
junto a tu copa divina
y tu santísima espada
Que viva changó Que viva changó
Que viva changó Señores
En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
En nombre de mi nación
Santa Bárbara te pido
Que riegues con tu fluido
tu sagrada bendición
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Señores
Yo también de corazón
te daré mi murmurío
Con orgullo y poderío
haré que tu nombre suba
Yen el nombre de mi Cuba
este saludo te envío
Que viva Changó
Yo también de corazón
te daré mi murmurío
Con orgullo y poderío
haré que tu nombre suba
Yen el nombre de mi Cuba
este saludo te envío
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Que viva Changó
Señores
Celina y Reutilio
Santa Bárbara
Santa Bárbara nació en Ismidt-Ismir, en la Turquía asiática, con límites en el Mar Negro. Antiguamente, esta ciudad era llamada Nicomedia, capital de la provincia de Bitinia. El nacimiento de Bárbara se sitúa en el siglo III, bajo el reinado de Maximino.
Su padre, Dióscoro, era militar de carrera,
un señor rico y poderoso, de carácter orgulloso y brutal, duro y difícil. Su
madre, Repe, de origen judío, en casi todos los relatos siempre permanece en el
anonimato.
Muy celoso de la belleza de su hija,
pretendida por numerosos nobles de la ciudad, debiendo partir para la guerra,
con el objetivo de protegerla de la vista de los hombres y de los que podían
llevarla hacia el cristianismo ―el padre―, le hizo construir una torre a
Bárbara, donde la encerró apenas con nueve años de edad. Allí vivía la doncella
rodeada de todo tipo de comodidades y hasta lujos, de acuerdo con su rango
social.
Al pie de la torre, para distracción de la
joven, se construyó, por expreso mandato de su padre, una especie de poceta o
piscina con dos grandes ventanas, de forma que siempre la luz del sol entrara y
la joven gozara de este privilegio.
El padre dio a la hija maestros muy afamados
con quienes aprendió a los más célebres poetas, filósofos, historiadores y
oradores de la época. Dotada de gran inteligencia, pronto la joven se percató
de la falsedad de la doctrina pagana y sus deidades. Acuciada por los deslumbres
de su fe, halló el medio para hacer llegar un mensaje al sabio católico
Orígenes. Unos dicen que la propia Bárbara logró traer con múltiples astucias
al propio sabio hasta su encierro. Otros relatos afirman que, al recibir el
mensaje, el insigne doctor de la ciudad de Alejandría, le envía a la joven un
discípulo suyo llamado Valencio, el cual tenía grandes dotes profesorales,
quien fue recibido en el castillo con honores y atenciones sin que los
familiares de Bárbara los estorbasen en lo más mínimo por considerarlo como a
médico venido del extranjero para cuidarla.
Así, con gran júbilo para la joven, pudo
comenzar su instrucción con libros sagrados de la fe cristiana. Algunos relatan
que la joven fue bautizada por el propio Orígenes; otros estiman que el propio
discípulo de Orígenes la bautizó. La
tradición cristiana afirma que el bautizo ocurrió en circunstancias milagrosas.
Estando ella de rodillas y en actitud de oración, brotó ante sí una fuente que
se dividió en cuatro, en forma de cruz. Entonces se le apareció San Juan
Bautista quien la bautizó como anteriormente lo había hecho a los judíos en el
río Jordán. En medio de esta intensa luz, el propio Jesucristo le habló, entregándole
una palma y un anillo. Dícese que cuantos visitaban con posterioridad aquella
fuente, lograron para sí curación a sus dolencias.
El padre, Dióscoro, se hallaba en país lejano
a cargo de una expedición militar encomendada por el Emperador; entretanto,
Bárbara, en medio de su fervor cristiano, mandó a unos albañiles a que abriesen
una tercera ventana en la torre para así honrar con su amor a la Santísima
Trinidad y tener la representación de las tres divinas personas en su vida
cotidiana. Se cuenta que la joven, en gran acto de fe, trazó con su pulgar en
un mármol de la torre la señal de la cruz, y esta allí se quedó grabada.
Al regresar el padre y ver las
transformaciones ocurridas en su ausencia, se presentó ante la joven y la instó
a que confesara el porqué de ese cambio en ella. La bella muchacha se confesó
cristiana y, de una forma erudita, relató al padre los errores del paganismo y
lo verdadero de la fe en Cristo, representada en la Trinidad (Dios Padre, Dios
Hijo y Espíritu Santo), única fuente de verdadera luz.
Dióscoro trataba por todos los medios que su
hija retornase al paganismo, mas Bárbara, que defendía su virginidad,
argumentaba que estaba desposada en forma mística con Cristo y que ninguna
riqueza ni matrimonio terrenal eran comparables a la dicha que le esperaba en
el reino de los cielos. Al ver la obstinación de su hija y lleno de temor de
que llegase a oídos del César que su hija era cristiana, lo cual lo exponía a
caer en desgracia, perder su cuantiosa fortuna y su fuero de nobleza, el padre
transformó su amor de fiero león hacia su hija, en odio y venganza.
Entonces, desenvainó la espada y de modo
brusco se lanzó contra la joven, la cual en esta ocasión logró escapar; estuvo
escondida en un peñasco y se retiró a un monte, ocultándose en la maleza; en su
incansable y fiera búsqueda, Dióscoro dio con dos pastores, uno de los cuales
le informó cómo hallarla. El padre la encontró y, luego de martirizarla, la
encerró bajo vigilancia en una pequeña casa a las afueras de la ciudad para
ejecutar en ella los tormentos que le ordenase el tirano pretor Marciano, quien
en aquella provincia representaba al César.
La bella joven es entregada a la justicia y
comienza la relación de sus martirios. Fue juzgada según las leyes entonces
establecidas. No obstante, el pretor, al ver a una joven tan delicada y bella,
trató por todos los medios de disuadirla, quizás por compasión, contra lo que
él llamaba superstición. La joven se negó a ser persuadida por el pretor
Marciano, por lo que fue amenazada con innumerables suplicios: entonces fue despojada
de sus vestiduras y azotada durante tres días; la acostaban sobre vidrio roto y
sobre las puntas de las lanzas; abrieron sus llagas con sal y vinagre y,
totalmente desfallecida, fue tirada en un oscuro calabozo.
La tradición cristiana dice que Jesús, viendo
a Bárbara en medio de sus sufrimientos, se le apareció a la joven y le limpió
sus heridas, la cuidó con esmero y le dio fuerzas para resistir con su fe,
cualquier nuevo suplicio que le fuera impuesto. A los pocos días, la muchacha
fue de nuevo llevada ante el pretor Marciano, el que quedó asombrado al verla
robusta y llena de fuerzas. Bárbara le
explicó que esto no era obra de los dioses paganos, construidos por el hombre;
su recuperación era obra del único y verdadero Dios.
Furioso, Marciano, mandó a colgarla por los
pies y a rasgar sus costados con dos garfios de hierro y quemárselos con
antorchas encendidas. Ella sonreía en medio de estos martirios; entonces,
enfurecido, el tirano mandó que le golpeasen a la joven la cabeza con grandes martillos;
los desenfrenados excesos llegaron a arrancarle sus dos pechos con tenazas, más
ella continuaba sonriendo. La humillaron ante el pueblo y la expusieron desnuda
por toda la ciudad, pegándole latigazos. Bárbara, no obstante, llevaba firme su
oración al cielo. En ese momento se dice que una luz dejó sin visión a cuantos
presenciaban tan cruel espectáculo.
Al ver a Bárbara con tanta fortaleza física y
de ánimo, el pretor Marciano ordenó entonces la pena de muerte; se le debía
cortar la cabeza a la muchacha. Dióscoro en vez de conmoverse, endureció el
corazón y reclamó para sí el triste papel de verdugo: "Yo soy el padre
―dijo― y no quiero que muera de otras manos más que de las mías". Cansado
de la sencillez con que la joven recibía su suplicio, le hizo arrodillarse y,
de un solo golpe, la degolló; antes, Santa Bárbara pedía y oraba por todos los
que la habían hecho sufrir. Santa Bárbara consigue la palma del martirio,
cuando el verdugo es su propio padre.
Cuando se retiraba de aquel lugar, luego de
cometer semejante crimen, inesperadamente, desde el cielo sereno y sin nubes,
la centella de un rayo hirió de muerte a Dióscoro al volver a su casa, y al
pretor Marciano en su propio tribunal. Las fuentes sitúan el martirio de la
gloriosa santa, el 4 de diciembre de 238, apenas comenzada su adolescencia.
A Santa Bárbara se la representa vestida de
blanco con un manto rojo. El color rojo en la liturgia de la Iglesia Católica
significa el martirio y el amor encendido. El amor a Cristo está representado
en la Sagrada Hostia y en el Cáliz; el martirio, por las palmas; la torre, más
que la prisión simboliza en sí a la Trinidad, honrada por la santa en las tres
ventanas de la torre; la espada es el arma con que recibió el martirio. A Santa
Bárbara a veces se la representa junto a un cañón.
Es patrona de los mineros, de los artilleros,
de todos aquellos que quieren verse libres del peligro de truenos y centellas.
También le ofrecen su devoción cuantos trabajan con explosivos y, por
extensión, los bomberos, los cocineros, los albañiles, fundidores, ingenieros,
clérigos, campaneros, canteros, arquitectos y constructores. Santa Bárbara es,
además, patrona de los marineros y de sus naves, de los carniceros, los
enterradores y los artesanos; protege a las doncellas cristianas; es patrona de
los estudiantes, también de algunos colegios y librerías.
La devoción a Santa Bárbara, muy difundida
por toda Europa se observa en bellas obras de arte conservadas en diferentes
sitios. Entre las pinturas famosas de Santa Bárbara están las de Botticelli
(Museo de Lucca); Memling (Hospital de San Juan, Brujas); Burgkmair (Museo del
Emperador Federico, Berlín); autor desconocido (Museo de Huesca) la Santa
Bárbara de Jacobo de Barbari (Galería Real de Dresde), la Santa Bárbara, de la
Abadía de Westminster, Londres y nuestros René Portocarrero, Manuel Mendive,
Zayda del Río, entre otros. También la devoción a Santa Bárbara ha inspirado
diversas obras literarias.
Changó
Changó tiene un hacha de rayos
y multiplica la furia de vivir
que muerde los fantasmas de los días rotos.
Changó es un orisha o deidad mayor. Es dios
del fuego, del rayo, del trueno, de la guerra, de los ilú-batá, del baile, la
música y la belleza viril. Es patrón de los guerreros y los artilleros. Este
orisha es hijo de Ibaíbo y de Yemmú. Lo
cuidó Obañeñe (Bayoni) o Dadá; se dice que también pudo estar al cuidado de
Yemayá Konlá, Aggayú Solá u Obatalá-Ibaíbo.
A Changó se le atribuyen muchas virtudes y
defectos de los hombres. Es buen trabajador, muy valiente, amigo digno de
apreciar, adivino; también es algo mentiroso, mujeriego, en algunas ocasiones,
pendenciero, jactancioso y jugador. Como padre se ocupa del hijo mientras éste
le obedece, mas no lo admite cobarde. Los Ibeyis son sus hijos. Changó posee
también innumerables amantes; ello no le impide tener sus propias mujeres: Oyá,
Obba Yurú y Ochún.
A veces se le representa a caballo como un
soldado. El caballo del orisha, su compañero inseparable, es Esinlo o Erinlo.
En la tierra Yoruba, Nigeria, esta deidad era
Rey de la ciudad de Oyó; se dice que cometió suicidio y, a partir de entonces,
se convirtió en orisha. Existen diversas leyendas o pattakíes que refieren la
historia de Changó.
Uno de ellos narra que Aggayú, dueño del río,
tuvo amores con Yemayá, de los cuales nació Changó. Pero como Yemayá rechazó al
hijo, éste fue acogido y criado por Obbatalá. Al reconocerlo como hijo, le
colgó un collar rojo y blanco. Dijo entonces que sería rey del mundo, y le
construyó un castillo. Al poco tiempo, el orisha bajó al Congo; allí se conoció
a Changó por Pungun Nsasi; al pasar los años, se convirtió en un muchacho muy revoltoso y juguetón, de tal manera, que
Madre de Agua Kalunga se vio obligada a expulsarlo de allí.
Entonces Changó, con su pilón, tomó su
tablero y su castillo, con los cuales había descendido del cielo, y se encaminó
hacia el destierro. Luego de mucho andar
y recorrer diversas tierras, se encontró con Orula; le entregó a este el
tablero porque vio que el sabio era hombre de respeto y se lo iba a cuidar. A
partir de entonces, Orula se convirtió en el gran awó o sacerdote, el sabio
adivino, consejero de hombres y Orishas.
En ese momento, Olofi, Dios Supremo, el
creador de hombres y Orishas, de la Tierra, o sea, de todo cuanto existe, al
ver el estado anímico de Changó, enfadado, lo mandó a buscar. Entonces Olofi se
fue a registrar con Orula y le salió el oddun Okana-Wori, que dice: "El
problema del menor con el mayor, surge de la majadería del primero respecto al
segundo”.
Orula recomendó a Olofi que pusiera en la
puerta del castillo de Changó, el ebbó o trabajo que le había mandado a
realizar. A la siguiente mañana, Changó se encolerizó al ver el ebbó; de
inmediato fue a visitar a Olofi. Como su ira era tremenda, sus ojos echaban
candela y chispas; por poco llega a faltar el respeto a Olofi, el creador. Este
último, cuando comprendió que se excedía con Changó, y para que no pensase que
lo maltrataba o lo tenía a menos, le explicó que su actitud correspondía a que
lo había querido probar. Ya entonces se había percatado el Creador de que
Changó era una persona prudente y respetuosa.
Otro relato narra cómo Changó se escondía de
la ira de Oggún, que por aquel entonces mantenía relaciones con Oyá.
Changó desafiaba a Oggún al convertir a Oyá
en su mujer. Estando el amante Changó en casa de Oyá, dueña de las centellas y
los temporales, de pronto, enterado, se apareció Oggún; rodeó la casa con un
ejército formado por todo tipo de armas hechas en su fragua; interpelaba
bruscamente a Changó a que saliera y le enfrentase batalla.
Oyá, muy respetada y querida en su pueblo, y
bajo la influencia de su amor por Changó, se cortó sus largas trenzas; se quitó
también su saya de nueve colores y su pañuelo. Vistió a Changó con todo esto.
Luego abrió la puerta de su casa y Changó, vestido con la indumentaria de su
amante, se abrió paso entre la multitud, imitando el majestuoso paso de Oyá.
Vestido así, logró escapar de la ira a manos de Oggún, su eterno rival en el
amor.
Sería demasiado extenso narrar las múltiples
facetas de la vida de Changó, quien también recibe diversos títulos acorde con
estas facetas. Así, por ejemplo, Obba Lube, es Changó cuando está con Obba, su
legítima mujer; Obbara es el Changó pobre, andrajoso, acusado de mentiroso; se
le denomina Obbaña cuando es el rey de los Ilú-Batá; Changó Eyée, es el
guerrero que echa fuego, deja caer rayos y lo envuelve todo de humo. Changó
Alaye y Changó Elueke es el que se presenta con el hacha bipene, en el momento
que recibe el aché de Osain; Obba Koso es el Changó rey, que se ahorcó y que
tiene su casa en la palma, su trono; es el negro prieto bien parecido que se
viste de ropa punzó.
Changó Olufina es el de la ceiba, compadre de
Oggún; Alafi Alafi es el Changó rey de reyes, cuyo reino está en Oyó, ciudad
del país de los yoruba. Así, sucesivamente, este orisha es capaz de resumir en
sí todas las virtudes y defectos; recibe muchos nombres de acuerdo con sus
distintas manifestaciones; también, según las diversas tierras por las que ha
pasado este orisha, tan popular y controvertido de nuestro panteón afrocubano.
Como hemos podido apreciar a través de estas
páginas, el relato establecido por la tradición cristiana acerca de Santa
Bárbara y los pattakíes o leyendas de Changó, no guardan relación alguna entre
sí.
Veamos a continuación como el culto al orisha
Changó tiene su origen en África y cómo se traslada a tierras de nuestra isla
caribeña.
Changó tiene su origen en África; Changó,
como se le conoce allí, toma la doble personalidad de orisha y rey en la
Tierra. Sobre este controvertido orisha
se cuentan múltiples historias en sus
oriki o pattakíes; también hay numerosos relatos, en la memoria de su pueblo,
que lo divinizó y lo convirtió en una de las deidades más populares del panteón
yoruba en América, como en su ancestral África.
Como personaje histórico Changó fue el tercer
Alafin de Oyó, hijo de Oraniyan y Torosi, una de las hijas de Elempe, rey de
los Tapa, por lo que existía una alianza de paz entre estos dos grandes
reinos. Pero Changó decidió instalarse
en el territorio de los Koso, sus vecinos, y allí se convirtió en un gobernante
impetuoso, déspota, lo cual le ganó una mala fama que lo perseguiría. Al llegar a este punto de la historia
recogida sobre este orisha-hombre, existen varias versiones: una, que fue
desterrado por los viejos sabios del país de Oyó, y abandonado por su esposa
Oyá, razón por la cual se suicidó. Esto
provocó la desgracia a su pueblo, la sequía, la esterilidad de las mujeres y la
muerte. Por orientación de los mayores
se visitó a Koso y después a Baribá, tierra de grandes brujos, en donde
consiguieron los polvos mágicos para hacer que la naturaleza volviera a ser
fértil. Oyá, angustiada por el
remordimiento, tanto lloró que convirtió sus lágrimas en el río que lleva su
nombre. En este momento, Changó toma el
título de Obakoso, rey de Koso.
En otra historia que nos brinda la admirable
memoria de los africanos se relata que Changó, fascinado por los poderes que
poseía sobre el fuego, el rayo y las centellas, se subió a una loma que
bordeaba su ciudad de Oyó y de Koso.
Jugando con sus polvos, Oogun ase, provocó una tormenta de rayos con
tanta violencia que destruyó su palacio y las chozas de la gente del pueblo,
desencadenando un gran desastre; avergonzado, abandonó su tierra y se fue a
Koso donde se ahorcó. Sus seguidores lo
elevaron a la condición de orisha, ofrendándole sacrificios y elevándole
altares en todos los territorios bajo su dominio.
Changó llega a Cuba y a América en los barcos
negreros que transportaban grandes cargamentos de esclavos para trabajar en las
plantaciones del nuevo continente. Con
los esclavos vino Changó, su culto, sus relatos, su vitalidad y colorido; a
partir de entonces, el culto a esta deidad se iba transmitiendo en tierra
americana de padres a hijos a través de la memoria oral, fue así como se asentó
en nuestra tierra cubana.
Como el amigo lector podrá observar, ni la
historia, el relato y el origen de Santa Bárbara y Changó, así como su
introducción en Cuba guardan algo en común, más bien se trata de dos historias
que muestran un cierto paralelismo hasta que la misma vida pone en suelo cubano,
juntas, las dos tradiciones de las culturas africana y europea.
Y como dijo Nicolás Guillén en su poema “La Canción del Bongó”:
En esta tierra mulata
de africano y español
(Santa Bárbara de un lado
del otro lado Changó),
siempre falta algún abuelo,
cuando no sobra algún Don
Más sobre Shangó
Shangó: Quizás el más "popular" de
los Orishas, gobierna los relámpagos, los truenos, el fuego, los tambores y la
danza. El es un Orisha guerrero de inteligencia o ingenio agudo, temperamento
irascible y la personificación de la virilidad.
Es un Osha guerrero, el rey de la Religión
Yoruba y uno de los Orishas más populares de su panteón. Shangó es un Osha y
está en el grupo de los Oshas de cabecera. Orisha de la justicia, la danza, la
fuerza viril, los truenos, los rayos y el fuego, dueño de los tambores Batá,
Wemileres, Ilú Batá o Bembés, del baile y la música; representa la necesidad y
la alegría de vivir, la intensidad de la vida, la belleza masculina, la pasión,
la inteligencia y las riquezas. Es el dueño del sistema religioso de Osha-Ifá.
Representa el mayor número de situaciones favorables y desfavorables. Fue el
primer dueño e intérprete del oráculo de Ifá, es adivino e intérprete del
oráculo del Diloggún y del de Biange y Aditoto. Shangó representa y tiene una
relación especial con el mundo de los Eggún.
Shangó fue el 4° Alafín (rey) de Oyó, esta es
la segunda dinastía de Oduduwa luego de la destrucción de Katonga, la primera
capital administrativa del imperio Yoruba. Shangó llegó en un momento trascendental
de la historia Yoruba, donde las gentes se habían olvidado de las enseñanzas de
Dios. Shangó fue enviado con su hermano gemelo por Oloddumare para limpiar la
sociedad y que el pueblo siguiera nuevamente una vida limpia y las enseñanzas
del Dios único.
Luego de que se hizo rey, el pueblo comenzó a
decir que Shangó era muy estricto e incluso tirano. En aquel tiempo las leyes
decían que si un rey dejaba de ser querido por su pueblo debía ser muerto.
Shangó terminó con su vida ahorcándose, pero regresó en su hermano gemelo
Angayú quien con el uso de la pólvora, acabó con los enemigos de Shangó, quien
a partir de allí comenzó a ser adorado como Orisha y fue llamado "El Señor
de los Truenos".
Shangó fue un rey guerrero y los generales de
Ibadan lo amaban. Sus seguidores lo veían como el recipiente de grandes
potencialidades creativas. Shangó fue uno de los reyes Yorubas que ayudó a
construir las formaciones de batalla y gracias a sus conquistas el imperio
Yoruba se extendió desde Mauritania hasta Gabón. Se hizo famoso sobre todo por
su caballería de guerra, la cual tuvo un papel fundamental en la construcción
del imperio.
También fue el primer awó, que luego cambiara
el ashé de la adivinación con Orunla por la danza, por esto es muy importante
en el culto de Ifá para los babalawos, teniendo los babalawos una mano de
Ikines llamada "mano de Shangó".
Es hermano de corazón con corazón de Babalú
Ayé (okan pelú okan). Shangó come primero cuando se corona este Orisha, ya que
fue quien lo ayudó a curar de sus pestes. Osaín es el padrino de Shangó, el
nombre de quien fue su esclavo es Deú y su mensajero se llama Bangboshé.
Shangó significa revoltoso, sus piedras u
otanes se recogen de cascadas o ríos. Su símbolo principal es el Oshe. El Oshe
es un muñeco tallado en cedro y que en vez de cabeza tiene un hacha doble. Oshe
con el tiempo es una energía que lleva carga, que la hacen los babalawos, este
vive con Shangó.
Características
Nombres: Changó, Shangó, Señor de los
Truenos, Yakutá y Obakosso.
Saludo: ¡Kaó Kabiesilé, Shango Alufina!
Número: 4
Fecha: 4 de diciembre
Colores: Rojo y Blanco
Día de la semana: Sábado
Sincretismo: Santa Bárbara
Familia
Shangó fue esposo de Obba, Oyá y Oshún. En
algunos caminos desciende directamente de Oloddumare, en otros es hijo de
Obbatalá y Oddúa (Oduduwa), otros lo sitúan como hijo de Obbatalá y Aggayú Solá
y también de Obbatalá Ibaíbo y Yembó, fue criado por Yemayá y Dadá. Hermano de
Dadá, Orunmila, Oggún, Elegguá, Oshosi y Osun.
Diloggún
Shangó habla en el diloggún por Obbara y por
Ellila Sebora, que es su letra principal.
Atributos
Su receptáculo es una batea de madera,
preferentemente de cedro, con tapa, que se sitúa arriba de un pilón que muchas
veces puede tener forma de castillo.
Sus atributos principales son seis
herramientas hechas en cedro, hachas, espadas, rayos, tambores, una mano de
caracoles, corona, copa, un sable, maraca de güira, una maza, etc.
Shangó también lleva un chekere hecho de
carapachos de tortuga.
Entre
los utensilios que se le pueden poner alrededor se encuentran un caballo negro,
un tambor, una bandera roja brillantes, 3 hachas, un garrote y una cimitarra.
Sus elekes se confeccionan alternando cuentas
rojas y blancas.
Objetos de poder
Un hacha de dos cabezas
Una copa
Una espada.
Trajes de Shango
Shango se viste con una camisa roja suelta y
pantalones blancos de listas blancas y rojas. También puede vestir pantalones
blancos cortos con las patas cortadas en puntas. Su pecho está al descubierto y
se le agrega una chaqueta corta que puede ser roja o de listas blancas y rojas.
En su cabeza lleva una corona, que a veces se le da la forma de castillo.
Bailes de Shango
Cuando Shangó baja golpea con su cabeza y da
tres vueltas de carnero hacia los tambores. Abre los ojos desmesuradamente y
saca su lengua. Sus movimientos característicos son blandiendo el hacha y
agarrándose los testículos. Ningún otro Orisha dará saltos más altos, bailará
más violentamente o hará gestos más extraños. Comúnmente puede comer fuego. Los
bailes de Shangó suelen ser de guerrero o eróticos. Como guerrero blande su
hacha y hace gestos amenazadores. Como amante, trata de demostrar el tamaño de
su pene, se dobla, hace guiños y actúa de forma lasciva con las mujeres de la
audiencia. Los bailadores imitaran sus movimientos y su contoneo sexual.
Ofrendas a Shango
A Shangó se le ofrenda amalá hecha a base de
harina de maíz, leche y quimbombó, plátanos verdes, otí, plátano indio, vino
tinto, maíz tostado, cebada, alpiste, etc. Se le inmolan carneros, gallos,
codornices, jicotea (tortuga de río), gallina de guinea, palomas, etc. Sus ewe
son el bledo punzó, atiponlá, platanillo de Cuba, Ceiba, paraíso, cedro, álamo,
baría, zarzaparilla, bejuco carey, bejuco colorado, almácigo, camagua,
combustera cimarrona, caña de azúcar, cebolla, caoba, flamboyán, guano blanco,
guano prieto, laurel, maíz, palo amargo, mamey colorado, palo boma, hierba
jicotea, piñón, piñón botija, quimbombó, rompesaragüey, ruda, tomate,
travesera, yaya, palma, peonía, hierbabuena, trébol, canistel, filigrama, yaba,
etc.
Caminos de Shango
Los caminos de Shango se refieren más bien a
los títulos que recibiera cuando fue rey. Es decir, su realeza, su arte de
legislar, de hacer la guerra, su fuerza y su relación con el fuego y el rayo,
entre otros aspectos.
Sus caminos son:
Shango Obadimeyi.
Shango Obakoso.
Shango Bumí.
Shango Dibeyi.
Shango Alafin o Alafi Alafi.
Shango Arirá.
Shango Olosé.
Shango Kamúkan.
Shango Obbará.
Shango Yakutá.
Shango Ko Só.
Shango Lubbe o Bara Lubbe.
Shango Olufina Kake.
Shango Obalúbe.
Shango Obaluekun.
Shango Bangboshé.
Shango Addima Addima.
Shango Obbaña.
Shango Eyee.
Shango Alayé o Eluwekon.
Shango Obayá.
Shango Lubbeo.
Shango Omangüerille.
Shango Oban Yoko.
Shango Alufina.
Shango Ebbora.
Shango Ladde o Larí.
Shango Dedina.
Shango Luami.
Shango Deima.
Shango Deizu.
Shango Tolá.
Shango Obba Bi.
Shango Yumi Kasiero.
Shango Asabeyi.
Shango Oluoso.
Shango Okanami.
Shango Nipa.
Shango Gbogbagúnle.
Shango Gbamí.
Shango Fáyo.
Shango Deyí.
Shango Obanlá.
Shango Tápa.
Shango Godo.
Shango Odúnbadeyí.
Shango Oba Tolá.
Shango Oluóso.
Shango Nupé.
Shango Oba Yokó.
Shango Okanami.
Shango Bolá.
Shango Oloké.
Coronar Shango. Kari-Osha
Para coronar este Osha debe haber recibido
antes a los Orishas guerreros. Luego
durante la coronación se deben recibir los siguientes Oshas y Orishas.
Elegguá, Obbatalá, Oke, Yemayá, Shango,
Ibeyis, Ogué, Oshún y Aggayú.
Características de los Omo Shango
Los hijos de Shangó son
voluntariosos, enérgicos, altivos, inteligentes, conscientes de su valor. En
los hombres toleran las discrepancias con dificultad y son dados a violentos
accesos de cólera. Pendencieros, mujeriegos, aman el dinero, pero no tanto el
trabajo para conseguirlo, machistas y libertinos. En el caso de las mujeres son
muy charlatanas y hasta a veces mentirosas, son de entrometerse en asuntos de
los demás y no perdonan desde ningún punto de vista las infidelidades. Son
trabajadoras y son capaces de llevar hasta las últimas consecuencias sus
ideales, aunque ello implique enfrentarse con los demás.
Patakies de Shango
Después que Shango derroto a Oggún, el volvió
a su vida despreocupada de mujeres y fiestas. Oggún fue de nuevo a su fragua y
a su trabajo. Los dos se evitaron encontrar siempre que fuera posible, pero
cuando se veían se oía un trueno en el cielo y se veían relámpagos. Después de
oír hablar de la pelea entre los dos hermanos, Obbatalá convocó a Shango y le
dijo.
-Omo-milla. Tu pelea con tu hermano me trae
mucha tristeza. Tú debes aprender a controlar tu temperamento.
-Es su culpa Babá, él ha ofendido no
solamente a mi madre, sino que luego fue detrás de Oyá e intento interponerse
entre Oshún y yo.
-Hijo mío, él nunca debió ofender a tu madre.
Pero él no es solo el culpable. Oyá era su esposa y Oshún le tentó. Por ofender
a su madre se ha condenando a trabajar duro por el resto de su vida. Eso es un
castigo grave. Tu no eres completamente inocente; tu tomaste a su esposa y a su
amante y luego le robaste su espada y su color.
-El mato a mi perro. Ahora el puede decir que
los perros son de él.- Shango le replicó a Obbatalá.
-Entiendo tu resentimiento, pero entiende que
la energía incontrolada puede ser muy destructiva. Tu energía es grande, pero
tu necesitas la dirección. Para eso te ofrezco este regalo y este don.
Obbatalá sacó el collar de cuentas blancas
que siempre usaba y quitó una de las cuentas y se la dio a Shango.
-Usa esta cuenta blanca, como un símbolo de
la paz y la sabiduría, con las cuentas rojas de tu collar. Te doy a ti el poder
de controlar tu energía sabiamente. Tu virtud será la justicia y no la
venganza. Nadie ni nada te superará nunca.
A partir de ese momento Shango usó su collar
de cuentas rojas y blancas y ha sido el Orisha de la justicia.
Sincretismo
Como parte de la transculturación y del
peligro que vieron los esclavos traídos a Cuba de perder sus raíces, cada santo
adoptó el nombre de un santo católico. También está el hecho de que los
esclavos venían de diferentes partes de África y en cada uno se le llamaba
diferente.
St. Católicos---Santa
Bárbara
Kimbisa---------Nsasi, Gallo
Ronco, Jorito de la Loma, Bomasere, Mirito, Siete Rayos.
Mayombe---------Nsasi Dina
Motuto, Yoasi, Siete Rayos, Marufina, Bolla, Sobranuensasi, Nsabuari Munalongo.
Abakúa----------Okún.
Brillumba-------Nrita, Nritan,
Kitan, Mukiamamuilo, Nsasi.
Arará-----------Hebioso,
Jebioso Anamá.
Iyesá-----------Arumafeo
Alami, Dambalá, Aladde.
Gangá-----------Mamba.
Fiesta de Santa Bárbara
Localización: Barrio Santa
Bárbara / Palmira /Cienfuegos.
Denominación: Fiesta de Santa
Bárbara
Caracterización: Fiesta que
se realiza desde 1904 los días 3 y 4 de diciembre. Sus partes principales son:
Matanza, Ofrenda a las deidades, saludo al sol, adoración e invocación a la
imagen, misa dualidad, procesión, fiesta de bembé.
Periodicidad: Anual
Patrimonio tangible
vinculado: Sociedad: dos imágenes Santa Bárbara, juego de tambores, umbele,
requete,caja, guataca, dos trajes, una corona, una imagen de La Caridad del
Cobre, una imagen de la Virgen de Regla, una imagen de San Francisco de Asís.
Museo: Imagen Santa Bárabara, un traje de Santa Bárbara, una corona.
Valores intangibles: Toque,
Baile, Canto de Bembé
Cabildo de Santa Bárbara
Sociedad Santa Bárbara: Fue fundada en 1917
por Ludgarda Fernández, sin embargo el culto a Changó dios sus primeros pasos
en el año 1894. Esta congregación ha desarrollado desde sus orígenes diversas
actividades y apartir de 1904 se comienzan a realizar las procesiones de Santa
Bárbara, como parte de la celebración del día de Santa Bárbara el 4 de diciembre
lo cual constituye una tradición popular.
La mayoría de los investigadores coinciden
que para estudiar el culto a Shangó en Palmira la presencia de Lutgarda
Fernández, negra criolla y esclava, nacida en Camagüey, donde residió hasta los
21 años es imprescindible.
Lutgarda es la primera figura de la Sociedad
de Santa Bárbara, se consagró en Matanzas y su asentamiento fue cruzado con los
Orishas Ochún (Caridad del Cobre) y Shangó (Santa Bárbara), aunque practicaba
más el último, según se cuenta Shangó bajaba a su bohío y ella bailaba entre el
fuego y no se quemaba.
Su religiosidad, que como se verá a
continuación no dejó de practicar, la cual conocía con anterioridad, tal es el
caso del milagro ocurrido durante su embarazo que la conduce inexorablemente a
su consagración y devoción a Shangó.
Viviendo en esta casa de la Calle
Horruitiner, Lutgarda tuvo un mal parto y viéndose en el estado de gravedad
ocurrió el milagro de Santa Bárbara (Shangó), ésta le dijo que quemara la
imagen de Santa Bárbara que estaba en el cuarto y luego ligara las cenizas con
el aceite que estaba en la lámpara y se lo pusiera como compresas tibias en el
abdomen, con esto la enferma expulsó un líquido amarillo y se curó. Entonces
volvió a presentarse Santa Bárbara (Shangó) y le dijo que tenía el compromiso
de que en el pueblo donde viviera fijamente luchara por un templo y una imagen.
En un bohío habitado por el esclavo Antonio
Cabrera de la dotación del ingenio Portugalete, en unión de Lutgarda y otros
creyentes empieza ha desarrollarse la religión.
Se traslada hacia Palmira a fines del siglo
XIX y se establece en la Calle Tránsito, hoy conocida por Céspedes, donde
formaron un pequeño altar para ritos, consolidando su posición en la localidad,
reciben la ayuda financiera de un comerciante para la construcción de un local
de madera y teja.
De esta manera, a partir de una familia
biológica dirigida por Lutgarda Fernández convertida hacia 1910 en una familia
religiosa se logra establecer una sociedad, inaugurada el 4 de diciembre de
1914.
"La Santa Bárbara actual existente en la
sociedad fue traída por Escarza de Barcelona
para colocarla y adorarla en
el cabildo, quien ayudó a la construcción y búsqueda de casas para el
mismo".
Refranes
Cuando hay guerra el soldado Shangó no
duerme.
Las voces de miedo y pasión sólo se escuchan
con Shangó.
La tierra se pone ardiente bajo los pies de
Shangó.
Dichos
Te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena.
Me da Shangó con conocimiento o con chancleta
de palo.
(Tomado de la Ecured, La Jiribilla y
Cubayoruba)
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