BATALLÓN FEMENINO DE LAS MILICIAS DE CIENFUEGOS
Por Mercedes Caro Nodarse
En medio de la tarde, la memorización
de las protagonistas se une a pequeños relámpagos, que esbozan representaciones
vitales de aquellos días grises, donde el cielo de un azul abierto exhalaba
humo y ruidos horrorosos. Ellas estaban ahí, en la retaguardia, cubriendo el
espacio dejado por los hombres que cargaban los fusiles, y las granadas; y las
sonrisas, y los besos olvidados en la madrugada. Ellas estaban ahí para
proteger el futuro. Ellas eran las integrantes del Batallón Femenino de las
Milicias Nacionales Revolucionarias.
Son las marianas de entonces
y de ahora, porque siguen ahí, enhiestas, con las mismas banderas de ayer, sin
importarles el temblor de las manos, los cabellos blancos, los rostros cortados
por las arrugas. A pesar del tono triste y trágico de las fábulas, gozan de una
sensibilidad enorme que desprende amor y sacrificio por los poros de la piel;
una verdad hecha historia que vuelve a repetirse una y otra vez, donde las
palabras se confunden con las lágrimas.