El pasado 14 de marzo de 2017, Guillermina Jiménez Ventura recibía el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Antonio Hurtado del Valle
Por Mercedes Caro Nodarse
Solo tú Guillerma (Guillermina Jiménez
Ventura), porque eres (nunca serás eras) única podías lograr que el cementerio
Tomás Acea no cerrara a su hora habitual. Para quienes te acompañamos en tu
último adiós, dejar que la noche se adueñara de ti y de tu cuerpo, y de todas
tus cosas, resultó una experiencia inolvidable, nunca antes habíamos estado en
un sepelio nocturno; pero es que tú eres así, tan preocupada como siempre, no
quisiste que pasáramos "una mala noche" y nos hiciste mover "cielo
y tierra", pedir permisos y lograrlos, porque se tratada de ti.
Hace apenas una hora (6:30 p.m. del 19 de
diciembre de 2017) te dejamos en el campo santo. Y ya extrañamos tus llamadas;
esas que nunca faltaron cuando alguien estaba enfermo, un familiar nuestro o
nosotros mismos. Ahora, quién se interesará por mí, o por mi mami, o por mi
hijo, o por mis nietas... cuando solo nos duela una muela, o simplemente una
uña del pie...; sí, así mismo, porque tan solo teníamos que sentirnos una leve
molestia para que tú nos llamaras, aconsejaras, ofrecieras tus servicios, tu ayuda...
Miro hoy a tu estación de trabajo y te busco.
No puedo comprender que nunca más estarás ahí sentada, leyéndonos algunos de
los mensajes que recibías en Facebook, o la noticia de última hora; el parte
meteorológico cuando nos amenazaban los huracanes, el terremoto de Ecuador o el
de otro sitio, que si un tiroteo en una escuela, que hay muertos, que el mundo
está patas pa'rriba..., o buscando los resúmenes de la Mesa redonda.
Ay, Guillerma, no cabe duda alguna, te vamos
a extrañar.