A propósito del Día internacional del sordo-ciego, este 27 de junio
Por Mercedes Caro Nodarse / Fotos: de la autora
Tú piensas / Que no sería raro que ya hubiera olvidado /
la claridad naciendo del fondo de las calles, / el silencio cayendo en el mar desde las estrellas (...)
(Antonio Guerrero / 22 de marzo de 1999)
Logra iluminar la vida de otros, cual mago que encabeza un emporio para llenar de esplendor el día. Lo comentábamos al salir de su casa, tallada con el número 022 en el poblado de Constancia: “¡si tan solo tuviéramos un tantico de esas fuerzas, de esas ganas de hacer, de esa entereza!”. Y es que Esteban Jesús López Cabrera supo sobreponerse a la pérdida de su visión, y como hombre “sobrenatural” le dio un nuevo sentido a su existencia.
Se incorporó al Centro Nacional de Rehabilitación para Ciegos y Débiles Visuales, uno de los más avanzados de América Latina, el cual ha egresado a más de mil 600 personas ciegas y débiles visuales, de ellas casi un centenar de otros países latinoamericanos. “Allí fui adiestrado en movilidad y orientación en el espacio, lectura y escritura Braille, tareas de la vida diaria y terapia ocupacional, lo cual me permitió convertirme en el máximo representante de la asociación que nos agrupa (ANCI), en el municipio de Abreus”.