Homenaje al Comandante de la Revolución, en el IV aniversario de su desaparición física, el 11 de septiembre de 2009
Almeida, en el Parque de las Esculturas, Cienfuegos. |
El propio hogar con
su numerosa familia –los padres como guía– y la vida misma del pueblo, le
enseñaron que solo había un camino, el de la lucha.
Tras el golpe
batistiano del 10 de marzo de 1952, estrecha más sus lazos con los que combaten
la dictadura. Junto a su compañero Armando Mestre, se relaciona con Fidel en la Universidad de La Habana, e integra las filas
de esa generación que vindicó al Maestro en el centenario de su nacimiento,
cuando parecía que iba a morir...
“Hay opresión en la Patria, pero habrá algún
día otra vez libertad”, había dicho Fidel y Almeida guardó estas frases en su
corazón.
PRESIDIO
El Moncada lo tuvo entre sus asaltantes y sus
compañeros admiraron el valor con que combatió y con el que más tarde resistió
el proceso que siguió al histórico hecho.
Con el dolor del alma
escribió el combatiente:
¡Qué triste, qué
humillante vernos así amarrados, vejados y empujados!¡Es denigrante! Para los
hombres de honor y principios, que combaten frontalmente por un ideal,
consagrando su vida a la lucha contra la injusticia, es preferible la muerte en
esos instantes que sufrir tal humillación. Esto no se puede y no se olvidará
jamás. Así nos sentíamos.
La llegada al Presidio Modelo de Isla de Pinos le haría
reflexionar en la coincidencia del arribo de José Martí , en igual fecha, el 13 de octubre del año 1870.
Y ante lo inhumano y
cruel del presidio, ante esos días que el propio Almeida denominó como
negros, afloró la resistencia: Con nuestras lecturas nos preparamos para no
perder un solo minuto, y lo que leemos son temas seleccionados y dirigidos
política, ideológica y culturalmente, pues así, al cumplir la sentencia,
estaremos más capacitados para reiniciar la vida y la lucha fuera del penal.
Una vez libre, tras
la aministía del 15 de mayo de 1955, siguió el joven Almeida sus actividades
conspirativas, hasta marchar al exilio en México, para participar en los
entrenamientos y preparativos de la expedición del yate Granma, que salió de
México el 25 de noviembre del año 1956, y tocó
las costas cubanas el 2 de diciembre, con 82 pares de ojos secos por el
cansancio y la fatiga.
AQUÍ NO SE RINDE NADIE
Alegría de Pío resultó un fatal recibimiento de fuego para los expedicionarios. Las tropas enemigas se ensañaron, alguien tuvo desánimos y el joven Almeida empleó la frase que ha trascendido a la historia: “¡Aquí no se rinde nadie!”.
Entereza y valentía
sellaron siempre su personalidad en el
combate. Nadie dudó ante su nombramiento en febrero de 1958, como comandante.
Una importante misión puso sobre sus hombros el jefe de la revolución:
Organizaría y dirigiría el Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy. El mismo
día en que partía Raúl para conformar el Segundo Frente, Almeida lo haría hacia
su misión
Ambos frentes
orientales, como parte de la estrategia concebida por Fidel, desempeñarían un
papel trascendental en la lucha y finalmente en el éxito de las operaciones
rebeldes.
El triunfo de enero
de 1959 abrió nuevas responsabilidades para el comandante Juan Almeida Bosque
que cumpliría con igual disciplina y entrega, desde jefe de la Dirección Motorizada
del M-26-7, hasta jefe de la
Fuerza Aérea del Ejército Rebelde y jefe del Ejército, en
sustitución del comandante Camilo Cienfuegos, tras su desaparición física.
Otras tareas
implicaron sus esfuerzos: la
Lucha Contra Bandidos; Viceministro primero y jefe de la Dirección de Servicios
del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Miembro del Buró Político del PCC y de su Comité Central.
Almeida es Diputado a la
Asamblea Nacional del Poder Popular por la Asamblea Nacional
de Santiago de Cuba, así como vicepresidente del Consejo de Estado.
En la conferencia
constitutiva de la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana
celebrada el 5 de diciembre de 1993, fue electo presidente de su Dirección
Nacional, cargo que ocupa hasta nuestros días.
Entre numerosas
medallas y condecoraciones, ha recibido la Orden
“Máximo Gómez” de Primer Grado y sobre el
pecho del poeta y combatiente, Comandante de la Revolución Juan
Almeida Bosque, reluce la estrella de Héroe de la República de Cuba.
EL CREADOR
Creador de más de 300 composiciones y 11 valiosas obras literarias, donde están contenidos los más puros sentimientos de amor a la Patria, a la revolución y a sus héroes. Músico y escritor, fundador de la UNEAC; hombre de cultura y dueño de una óptica profunda y desprejuiciada hacia las expresiones auténticas de la creación artística.
Sus obras musicales,
compuestas sin artificios experimentales, recorren un amplio registro de
géneros, en los cuales puso su sensibilidad enraizada en los valores más
genuinos de la música popular. No solo sus canciones, boleros, baladas,
rancheras y sones, sino, también, sus piezas sinfónicas son muestra de lo más
selecto del archivo sonoro cubano.
Como escritor dejó
valiosos testimonios y en todos vibró la fibra tensa y sensible de un hombre de
pueblo, que asumió el compromiso con el arte sin concesiones circunstanciales.
Amigo generoso,
firme y cordial a quien, en muchas ocasiones, correspondió la responsabilidad
de entregar, en el recinto habanero de La Cabaña, la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo
Gómez, distinción otorgada por el Ministerio de las Fuerzas Armadas a artistas
e intelectuales prominentes de toda Cuba.
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