Flama y brisa se imbrican en tibia caricia. Nodriza del crepúsculo, la ciudad aguarda el alba y reverencia el mar que la corteja. Simbiosis de océano y resol; génesis de sus epítetos y suntuosidad; especie de sortilegio de esta ribera caribeña... Cienfuegos, la Perla del Sur.

martes, 26 de febrero de 2013

Oscar 2013: lista completa de premiados y entrevistas a varios ganadores



  El filme "Argo" se hizo con el título de mejor película en la 85 edición de los Óscar, en la que las estatuillas estuvieron muy repartidas y "Life of Pi" (La vida de Pi) fue la cinta más galardonada con cuatro premios, incluido el triunfo del chileno Claudio Miranda como Mejor director de fotografía.  "Argo" consiguió tres estatuas doradas, lo mismo que "Les Misérables" (Los Miserables), mientras que "Lincoln", nominada en 12 categorías, conquistó solo dos Óscar, mismo número que "Skyfall" y "Django Unchained".  El cineasta taiwanés Ang Lee se alzó con el premio de Mejor dirección por "Life of Pi" cuando las previsiones apuntaban a un triunfo de Steven Spielberg ("Lincoln"), quien se tuvo que conformar con ver cómo el protagonista de su largometraje, Daniel Day-Lewis, recogía la estatuilla de Mejor actor, la tercera en su carrera y un récord en esa categoría.

  El éxito del británico Day-Lewis era previsible, lo mismo que el de Jennifer Lawrence por "Silver Linings Playbook" como Mejor actriz. La joven, emocionada, acabó por los suelos al caerse por las escaleras que daban acceso al escenario donde le esperaba su Óscar.  

  Tampoco hubo sorpresa en la victoria de Anne Hathaway como Mejor actriz de reparto por "Les Misérables", mientras que Christoph Waltz logró el premio equivalente en categoría masculina por "Django Unchained", de Quentin Tarantino. Se trató del segundo Óscar en la carrera del austríaco quien ya tenía ese premio por "Inglourious Basterds" (2009), también de Tarantino, quien se llevó a su casa el premio de Mejor guión original por "Django Unchained".

  "Argo" que se quedó fuera de la competición de Mejor director y solo tenía una nominación interpretativa (Alan Arkin, secundario), sí se llevó el galardón de mejor guión adaptado, así como el premio de mejor edición o montaje.  

Mejor película: Argo, de Ben Affleck.
  El principal triunfo latino corrió a cargo del chileno Claudio Miranda, que se hizo con la primera estatuilla de su carrera como director de fotografía gracias a su trabajo en "Life of Pi".   También de Chile era "No", cinta candidata a mejor película en habla no inglesa pero que vio cómo la austríaca "Amour" se imponía en su categoría.  

  Ni el español Paco Delgado ni el mexicano José Antonio García se alzaron con los galardones que disputaban, mejor vestuario ("Les Misérables") y mejor mezcla de sonido ("Argo"), que fueron a parar a "Anna Karenina" y "Les Misérables", respectivamente.  

  El otro ganador con componente latino fue "Inocente", producción de Sean Fine y Andrea Nix, que logró el Óscar como Mejor cortometraje documental por contar el drama de superación personal de una adolescente, inmigrante indocumentada, que tras una infancia de abusos y vivir en las calles encuentra la ilusión para seguir adelante en su sueño de ser artista.
  Esta edición de los Óscar, que tuvo como maestro de ceremonias al comediante Seth MacFarlane, fue la primera en tener un hilo argumental temático que estuvo dedicado a homenajear el género musical, y contó con la aparición por sorpresa de la primera dama estadounidense, Michelle Obama, que se encargó de anunciar el premio a la mejor película.  
  Otra de las rarezas de esta gala fue el empate que se produjo en la categoría de mejor edición de sonido que fue a parar ex aequo a "Skyfall" y "Zero Dark Thirty".  Esta circunstancia se había dado anteriormente en cinco ocasiones, la más conocida en 1968 cuando Katharine Hepburn y Barbara Streisand se repartieron la gloria como mejor actriz por sus papeles en "The Lion in Winter" y "Funny Girl", respectivamente.  

Daniel Day-Lewis, Jennifer Lawrence, Anne Hathaway y Christoph Waltz.
  "Skyfall" fue agraciada también con el galardón de Mejor canción por el tema de la británica Adele, quien entonó esa melodía durante la gala, mientras que la mejor banda sonora fue para el compositor Mychael Danna por "Life of Pi".  Doblete hizo también el estudio Disney que dominó en las categorías de animación con "Brave" como Mejor filme y "Paperman" como Mejor cortometraje.  

  "Searching for Sugar Man", tal y como estaba previsto, se llevó la estatuilla de Mejor documental. "Lincoln" ganó su segundo Óscar por el Mejor diseño de producción, "Les Misérables" ganó como Mejor peluquería y maquillaje y "Life of Pi" obtuvo un cuarto premio por los Mejores efectos visuales. 

  La gala de premiación se dio en medio de un ambiente político perceptible más que nunca: El ganador fue anunciado por Michelle Obama, esposa del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
  Además, Argo, la película de suspense que se ha llevado el Oscar al mejor guión, adaptado por Chris Terrio, y el de mejor edición para William Goldenberg, narra el plan supuestamente histórico de Tony Mendez, exagente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), sobre el rescate de seis diplomáticos americanos durante la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán (Irán) después de la Revolución Islámica de 1979.

Los Premios Oscar 2013

Mejor Película: Argo

Mejor Director: Ang Lee por La vida de Pi
Mejor Actriz: Jennifer Lawrence por El lado bueno de las cosas
Mejor Actor: Daniel Day-Lewis por Lincoln
Mejor Actor de Reparto: Christoph Waltz, por Django desencadenado
Mejor Actriz de Reparto: Anne Hathaway, por Los Miserables
Mejor Guión Original: Django desencadenado, de Quentin Tarantino.
Mejor Guión Adaptado: Argo
Mejor Canción: Skyfall, de Adele, por Skyfall
Mejor Banda Sonora Original: La Vida de Pi
Mejor Película de Habla No inglesa: Amor, de Michael Haneke
Mejor Película de Animación: Brave
Mejor Cortometraje de Animación: Paperman
Mejor Cortometraje: Curfew, de Shawn Christensen
Mejor Cortometraje Documental: Inocente, de Sean Fine y Andrea Nix Fine
Mejor Película Documental: Searching for Sugar Man, de Malik Bendjelloul y Simon Chinn
Mejor Montaje: Argo
Mejor Diseño de Producción: Lincoln
Mejor Fotografía: La Vida de Pi
Mejores Efectos Especiales: La Vida de Pi
Mejor Montaje de Sonido: Empate: Skyfall y La noche más oscura
Mejor Mezcla de Sonido: Los Miserables
 

Entrevistas realizadas a los ganadores por diferentes agencias de prensa

Ben Affleck habla sobre "Argo"
 
  No nos sorprende que Ben Affleck sea capaz de dirigir una película. Sin duda sus filmes Desapareció una noche (Gone Baby Gone) y Atracción peligrosa (The Town), ambos thrillers enfocados en los personajes, que emanan autenticidad, lo establecieron como un director legítimo instalado en el grupo de actores convertidos en directores, al que pertenecen Clint Eastwood, Robert Redford y Warren Beatty.

  Sin embargo, el alcance, complejidad y humor de su más reciente película, Argo, eleva la altura del listón. El filme está basado en una historia demasiado loca como para ser cierta, que ya no está clasificada, sobre la crisis de los rehenes en Irán en 1979. Es una de las mejores películas del año y Affleck es uno de los directores más de moda en Hollywood.
Esto fue lo que dijo el actor convertido en director en entrevista:
  Tu personaje, un operador de la CIA que se especializa en rescates secretos está solo en esta misión. ¿Alguna vez te sientes de la misma manera como director?
  Bueno, te puedo decir que paradójicamente el dirigir películas es una labor muy solitaria. Estás rodeado de personas, pero eres el único con una responsabilidad. Eres el único que carga todo sobre su espalda. Y sientes que nadie comprende todas las cosas que tienes que considerar. Hay algo que quieres. Puede que no entiendan qué es. Uno de los dos será infeliz. Es difícil y extrañamente solitario. Y cuando hablo con otros directores, a menudo me dicen que es el trabajo más solitario del mundo. Una de las cosas que me atrajo de interpretar a Tony es que para ser un espía e ir a estos países, tenía que ser tan olvidable como fuera posible. Su objetivo era que si él estaba dentro de un elevador y tú entrabas, y luego te salías en tu piso, no fueras capaz de describirlo. Quería interpretar a un tipo taciturno, muy sencillo, muy callado e introvertido. ¿Qué es lo que lo motiva? Creo que servir a su país.   Pienso que cree que las cosas que hacía eran las correctas, aunque entendía que no siempre nos salen las cosas necesariamente. Y creo que saben que él jamás pensó en el reconocimiento… que es lo que está obteniendo ahora con la película.
  ¿Y dirigirte a ti mismo, se vuelve más fácil con el tiempo?
  Es difícil ver las pruebas diarias… es difícil verte a ti mismo porque lo único que percibes es “Híjole, mis ojos se ven raros” o “¿Por qué se ve así mi nariz?” o “¿Por qué respiro así?”. Y te metes en una onda vanidosa y autocrítica… Sabes, todos tenemos cosas que cuando nos vemos en el espejo nos enloquecen. Es difícil no ver esas cosas. Lo que hago es que me dirijo a mí mismo en la sala de edición. Filmo muchísimas tomas y mucho pietaje e intento hacer todo un espectro de cosas. Y luego cuando estoy en la sala de edición soy muy duro conmigo mismo, así que lo más fácil es deshacerme de esto y de aquello… y me quedan 2 o 3 tomas con las que digo “OK, estas están bien… ahora hay que unirlas a ver qué tal”. Una gran lección es asegurarte que tengas el suficiente material de ti mismo. Porque existe la tentación de decir “OK, vamos a hacer un acercamiento de este actor. Hay que hacer un montón de tomas”. Y tienes mucho material con ese actor. “Ah, y hay que hacer únicamente una de mí”. Y terminas en la sala de edición sin material suficiente para cortar tu escena con los demás actores. Así que muchas personas me brindaron consejos. De Gus Van Sant aprendí a ser responsable de mi propia actuación. De Kevin (Smith) aprendí a amar a las películas por lo que son. Hicimos Mi pareja equivocada (Chasing Amy) de la nada… la emoción que eso implica. Con John Madden aprendí a respetar el guión, y dejar que la escritura llevara las escenas en Shakespeare apasionado. Hay muchísimos. De Terrence Malick aprendí a dejar que una escena te sorprenda. Sabes, mientras que yo hago películas que tienen escenas y diálogos, la película que hice con Terry (To the Wonder) es muy silenciosa. Es como una especie de poema tonal.
  ¿Crees que trabajarás con tu esposa alguna vez?
  No lo pensaría ni un poquito: trabajaría con Jennifer. También la dirigiría. Pero creo que el público ya es muy inteligente como para ver a una pareja casada en la pantalla y pensar que son alguien más. No he tenido muy buenas experiencias en las películas en las que actúo y estoy en una relación con mi coestrella -ríe- Pero sería todo un gozo dirigirla, y ver cómo vive una interpretación, porque tiene un talento enorme. Sería maravilloso. Como con mi hermano, siempre sabía cuando la actuación no era sincera y me daba cuenta cuando hacía señas con los ojos… porque cuando conoces a alguien de toda la vida, sabes cuando están diciéndote patrañas y cuando no. Ya la conozco lo suficiente y sé si está diciendo o no la verdad. O tal vez me ha engañado por completo. Así que si encontrara una película con un protagonista femenino fuerte, me encantaría dirigirla. Es un talento colosal y me apoya en la casa también. Es una mujer extraordinaria y tengo mucho que decir sobre ella porque es muy especial y porque tenemos ese tipo de sociedad en la que puedo dedicarme a esto. Somos afortunados.
  ¿Y qué hay de los rumores de que podrías tener un futuro político?
  Sabes qué, realmente no me gusta la política. Cada vez se trata más, y aquí yo tengo algo de culpa porque he participado… se trata más de juntar dinero, juntar dinero. Es lo que estos cuates hacen cada día. Al final es en lo que se convierte y los ricos tienen un mayor acceso que los que tienen menos dinero. Y vas estos eventos y comes sándwiches malos, o juegas boliche o andas en bici de montaña y todas estas tonterías en una gira de relaciones públicas. La política es una profesión noble. Acabo de ver algo sobre los Kennedy y me di cuenta de lo noble que es, o que debe ser. Pero la realidad es que ahora todo depende de qué tanto les gustes a los que te ven en la tele y qué tantos amigos ricos tienes. Creo que no soy la persona adecuada para ello. Jack Kennedy dijo que: “Toda madre quiere que su hijo crezca y se convierta en presidente, pero no quieren que sea un político”. (Por Vera Anderson http://www.cinepremiere.com.mx/24294-ben-affleck-habla-de-argo.html)

Ang Lee: "El cine es mi religión" 

Más que sobre religión, "La vida de Pi" trata el lado espiritual de nuestras vidas.
 
  Dice Ang Lee (Taiwán, 1954) que no es muy amigo de las entrevistas, y no le falta razón cuando afirma: “si quieres entenderme, está todo en mis películas”.   Se diría que es una persona humilde, y ha sabido darle a cada trabajo un toque personal -la figura del patriarca y los personajes reprimidos están siempre presentes- pese a plantear en cada ocasión temáticas dispares. Ahora que su fulgurante carrera supera los veinte años, el único cineasta asiático con un Oscar al Mejor director se atreve otra vez a llevar las riendas de una obra descomunal como es ‘La vida de Pi’. Un desafío que ha encarado con la lección aprendida tras el fracaso personal que le supuso adaptar ‘Hulk’ (2003) y apostando desde el primer momento por utilizar las tres dimensiones “para que el espectador sienta lo mismo que el protagonista”.

  Varios directores estaban tras la pista de ‘La vida de Pi’ desde que la novela de Yann Martel se convirtiera en un superventas en 2002. Considerada en su día inadaptable incluso para el propio Lee, FOX confió finalmente en la mirada sutil y enérgica del director de ‘Tigre y dragón’ (2000) para llevar a la gran pantalla un relato sin fronteras, desbordante de humanidad y con un explícito trasfondo místico, tarea nada sencilla. Se trata, por tanto, de una aventura fuera de lo común que llega en un momento de no pocos lamentos por la escasez de nuevas ideas en los estudios. Así pues, vale la pena escuchar a un gran director que ha puesto toda su ambición en una película que consigue transmitir, valga la redundancia, un sentido y una sensibilidad que están al alcance de muy pocos, pero a la vista de todos.
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  Habla despacio, bajito y en inglés. Tan perfectamente civilizado que se diría que es un auténtico bárbaro. Y en efecto así es. Ang Lee es de Taiwan (lo es desde 1954) gana el Oscar como Mejor director con  'La vida de Pi'. Con ella vuelve a demostrar su capacidad para pasar inadvertido. Ninguna de sus películas se parece a la anterior.
  Sobre el 'best-seller' de Yann Martel, el responsable de 'Brokeback mountain', 'La tormenta de hielo' o 'Tigre o dragón' compone esta vez una película llamada a ser uno de los acontecimientos del año. Entre la realidad y el sueño, el director ofrece una de las más cuidadas, envolventes, desesperadas y emotivas reflexiones sobre la narración del cine contemporáneo. Y en 3D. Tan arrebatador y tridimensional como suena.
  Cuesta trabajo encontrar un punto de contacto entre sus películas. Una de artes marciales, un 'western', una adaptación de Jane Austen... Y ahora una película en 3D que no tiene que ver con nada que se haya hecho antes
  También me cuesta a mí. Cada película me atrae por un motivo completamente diferente: unas me llaman la atención por sus posibilidades visuales, otras por la emoción que me produce el guión, y las últimas por su, digamos, punto de vista filosófico. Básicamente, las películas que hago son mi vida. Elegir un proyecto es elegir cómo quiero vivir en los años que dura todo el proyecto. Cada película es, si se quiere, una decisión existencial.
  ¿Y en el caso de 'La vida de Pi'?
  Lo que más me atrajo en este caso fue la posibilidad de contar un tema clásico: la pérdida del paraíso. En un sentido general y, si se quiere, metafórico. Lo que me interesaba era relatar el proceso por el cual todos perdemos ese paraíso a medida que crecemos. Aunque pueda sonar un poco naïf o ingenuo: crecemos para hacernos malos. [Se ríe] La pérdida de la inocencia es la historia de la humanidad. La vida, de algún modo, se convierte luego en una búsqueda de esa inocencia original. Nos pasamos la existencia buscando algo en lo que creer. Aunque buscar ese sentido original, todo sea dicho, puede llegar a ser bastante decepcionante. En eso consiste vivir y de eso habla 'La vida de Pi'.
  ¿Qué aprendió sobre usted mismo haciendo esta película?
  Sobre todo he aprendido a trabajar solo. Así de banal. Esta película es una nueva aventura en mi carrera. Soy productor y me he empapado de la parte empresarial. Algo a lo que antes era completamente ajeno. También esto tiene que ver con la pérdida del paraíso. Antes era más un niño que hacía películas y ahora me he visto de frente con el mundo de los adultos. [Se ríe].
  Y luego está el 3D. Por primera vez se enfrenta a él...
  De hecho, es nuevo para mí y para todo el mundo. Ahora mismo está en una fase completamente experimental y cambia, desde luego, nuestra concepción del acto mismo de ver una película. Las tres dimensiones transforman completamente un lenguaje que tiene más de 100 años. Hasta ahora la pantalla de dos dimensiones era algo sólido, tangible. El director tenía que crear la sensación de profundidad utilizando distintas lentes. Eso cambia radicalmente al dar relieve a la pantalla.
  ¿Cuál es el cambio más relevante?
  El problema es de concepto. De repente, te planteas qué signifique realmente mirar. Así de radical. Al plantearte de nuevo qué se está viendo, llegas a dudar de todo: ¿realmente lo real es real o no es todo más que una ilusión creada por nuestro cerebro? Así de brutal es sentarte detrás de la cámara y volverte a replantear todo lo que has aprendido durante los últimos 20 años. Por ejemplo en las actuaciones, hay un cambio radical. En el 3D cada detalle de la actuación es reflejado con toda nitidez. Hay que decir a los actores que reduzcan la intensidad de su trabajo en comparación con el 2D. Como en el cambio del mudo al sonoro. El 3D cambiará el modo de actuar en el futuro.
  ¿Qué significa dirigir para usted?
  Hacer películas es una buena terapia. La gente me deja tranquilo, puedo estar más concentrado, y casi hasta descanso. Cuando trabajo, puedo pedir que me dejen solo, en paz. No puedo imaginar una mejor forma de vida que ésta. Me gusta hacer películas, es algo que me surge de manera natural. El cine es mi religión. Recuerdo que tras 'Tigre y dragón' pensé seriamente en retirarme, me sentía muy estresado, dudaba de por dónde podía seguir, y carecía de certezas.
  ¿Le ha vuelto a ocurrir algo parecido?
  Con esta película, sin ir más lejos. Me pasó lo mismo que al protagonista de 'La vida de Pi'. Al fin y al cabo, como ocurre en la cinta, todos tenemos un tigre dentro, un Richard Parker [así se llama el felino]. Estamos civilizados, vivimos con los demás, pero hay algo dentro que nos exige estar solos, pelear, hacer lo que nos parezca. Cuando todo eso sale a la superficie nos sentimos incómodos, inadaptados... Y eso me ocurrió.
  ¿Y como casa su concepción del cine con la exigencia de un negocio tan cruel y despiadado como el del cine?
  Todo es igual, no sólo Hollywood. La naturaleza humana tiende al consumismo, al egoísmo, a tener cada vez más cosas, a poseer sin límites. El mundo no es perfecto... De vez en cuando me pregunto por qué no hay más líderes en el mundo, gente inteligente, capaz de orientarnos mejor, que supongan una esperanza real. Se ha perdido la inocencia. Nos conformamos con sobrevivir, y en pensar sólo en nosotros mismos.
  Dice que el cine es su religión y el personaje principal de la película se plantea una y otra vez su religión, ¿qué relación tiene usted personalmente con ella?
  Mi madre me crió en el cristianismo. Rezaba cuatro veces al día, iba con ella a la iglesia... Así, hasta los 14 años. Durante ese tiempo pensaba mucho en Dios. Al crecer, estuve muy en contacto con mi entorno: el taoísmo, el ying y el yang... y vi que el camino a Dios es misterioso. Probablemente, no podemos encontrarlo, porque, precisamente, está hecho de misterio. Creo que estoy en el limbo [Vuelve a reírse].
  ¿Se siente como el primer director global?
  Es muy distinto rodar en Taiwan o en Los Ángeles. Y lo más interesante es ver cómo los mismos temas son contemplados de manera muy distinta según uno esté en Oriente u Occidente. En Taiwán, por ejemplo, no les interesa tanto saber concretamente qué representa cada personaje, y a vosotros sí. Eso de buscar respuestas concretas a todo es muy occidental. Intento hacer un balance, un equilibrio, entre los dos mundos. En cualquier caso, el mundo occidental tiene que aprender a reconocer la valía de lo desconocido. A veces, no saber es triste, nos causa impotencia, pero hay que respetarlo.
(Por Luis Martínez Paris   http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/30/cultura/1354281346.html)


Anne Hathaway: “Tuve este sueño y se cumplió. Es maravilloso”

  Si la historia del Oscar de Anne Hathaway fuera una película, hubiera empezado la noche del 22 de Febrero del 2009, cuando sorprendió al subir al escenario, cantando con Hugh Jackman como si fuera una simple improvisación del momento.
  Claro que ya había cobrado fama entre el público infantil con 'Princess Diaries' y había madurado actoralmente como la esposa del cowboy gay de 'Brokeback Mountain', un año antes del superéxito 'Devil Wears Prada' con Meryl Streep.  Pero esa primera noche del Oscar 2009, Anne no solo había sido nominada por primera vez con la película 'Rachel Getting Married'. Había demostrado un perfil tan carismático que la Academia volvió a llamarla, para presentar el Oscar el mismo año 2011 que la contrataron para protagonizar con Hugh Jackman, nada menos que el éxito musical 'Les Miserables'. Hoy, con una desnuda estatuilla dorada en la mano, el círculo se cierra, con el mejor final feliz de una historia de película que promete ser solo la primera parte de su futuro con el Oscar.
   - ¿Ganar el Oscar es un sueño hecho realidad?
  - Sí. Tuve este sueño y se cumplió. Es posible. Y es maravilloso (se emociona al punto de llorar)
   - ¿Es verdad que en la primera prueba que te tomaron para la película 'Les Miserables', ya habías actuado como si hubiera sido el Oscar?
  - Yo había conocido al director Tom Hooper cuando ganó el Oscar por The King's Speech porque fue el año que yo presenté la ceremonia. Y nuestros caminos se cruzaron bastante esa temporada. Después, fui a la prueba de audición y empecé a cantar 'I Dreamed A Dream'. La canté una hora, sin parar. En las audiciones yo siempre me fijo si miran el reloj, si están despiertos. Y cuando terminé, Tom estaba llorando, no me pareció para nada normal. Me dijo que nunca antes lo habían hecho llorar con esa canción y yo pensé "Es una buena señal" (Risas). Después canté 'The Arrest' y también hice la escena de la muerte aunque nunca me pidieron que la preparara, pero igual,  la sabía muy bien. Fue una prueba de audición muy buena, pero cuando salí a la calle yo también me largué a llorar. Fue una experiencia demasiado intensa, me sentí muy positiva. Y un mes después me enteré que me habían dado el personaje.
   - ¿Y con la nominación al Oscar, cómo reaccionaste cuando te enteraste?
  - Me siento con suerte, con mucha suerte. Ya me habían invitado a la fiesta del Oscar antes y me fui a casa con las manos vacías, pero de verdad pienso que lo más importante no es ganar. La invitación al lugar, con la mejor compañía es lo mejor que se puede pedir. Es siempre un honor ser parte de una noche como esa. Y así me sentí cuando me enteré de la nominación.
  - ¿Qué significa un premio como el Oscar a nivel personal?
  - Es muy alentador porque hay muchísima gente que siente en su corazón que son actores y no siempre les va bien a todos. Por eso siento que tengo tanta suerte porque yo haría lo mismo aunque nadie estuviese viéndome. Pero con tanto acceso a este estilo de roles, la clase de experiencias y los directores del nivel con los que trabajo a veces me pregunto a quien debería pagarle yo.
 "Se cumplió" dijo Anne Hathaway apenas subió al escenario a recibir el Oscar como Mejor Actriz de Reparto por 'Les Miserables. Y después de agradecer a la Academia, por haberla nominado al lado de las mejores actrices, siguió mencionando a Hugh Jackman como "El Mejor" y a Universal Studios "por tanta fe y esta oportunidad", además de "Mi esposo, porque lejos, el mejor momento que viví realmente fue cuando entraste a mi vida. Gracias por esto (señalando el Oscar). Solo espero que algún día no muy lejano en el futuro, historias como las de Fantine solo sean fantasías y nunca sean vidas reales"
   - ¿Podrías hablar un poco del cambio en tu vida que comentaste en el agradecimiento, desde que conociste a tu esposo?
  - El simplemente hizo que todo sea mejor y más real en mi vida. Es todo lo que pienso decir.
  - ¿Tu madre también había trabajado como actriz en otra versión de 'Les Miserables'?
  - Sí, yo tenía apenas siete años pero me acuerdo que había tenido una conexión muy profunda con 'Les Miserables'. Mi mamá actuaba como una de las chicas de la fábrica, en una gira del musical y era la suplente del personaje de Fantine. Pero el día que yo la vi, mamá justo subió al escenario como Fantine. Y verla fue increíble, sentí la historia muy real, aunque yo era muy jovencita.
  Russell Crowe era otro famoso protagonista de 'Les Miserables' y ni siquiera estuvo nominado al Oscar. Hugh Jackman también estuvo nominado y perdió frente a Daniel Day Lewis y ‘Lincoln’. Pero la actuación de Anne Hathaway era impecable, desde el primer momento que en la película la despiden de una fábrica, hasta los momentos más miserables donde tiene que prostituirse para alimentar a su hija o cuando incluso se corta el pelo para venderlo y poder alimentar su bebé. Más allá de las perfectas notas musicales donde también sorprendió cantando, la película 'Les Miserables' no hubiera sido lo mismo sin  Anne Hathaway. Es más: la película 'Les Miserables' no sería lo mismo hoy, sin el Oscar de Anne Hathaway.
   - ¿Quién fue el primero en saber que te habían contratado para el mismo personaje de Les Miserables que tu madre había hecho en teatro?
  - La primera persona que lo supo fue mi esposo, cuando todavía ni siquiera estábamos casados. Había llegado al punto donde trabajé tanto con la canción que sentía suficiente confianza como para hacer la película.
  - ¿Y cómo encontraste tanta pasión en tu personaje de 'Les Miserables'?
  - Tenía demasiada empatía por el personaje, quería contar la verdad mientras la interpretaba. No quería mostrarla como una víctima, hace lo que hace por su hija. Cierra cada parte de su alma y su habilidad por amar, reemplazando tanto amor con dolor y odio. Hay algo muy importante que dice Víctor Hugo, que ella conserva una parte de su corazón vivo en el fondo de su hija. Detrás de todo ese odio que tiene su corazón, hay un gran amor que es el combustible de su vida.
   - ¿Es cierto que investigaste la realidad de verdaderas madres prostitutas para entender mejor a Fantine?
  - Hice muchísimas investigaciones en el lado psicológico de las prostitutas y esclavas sexuales contemporáneas. Miré muchas entrevistas, hay mujeres en todo el mundo que hacen lo que tuvo que hacer Fantine para darle de comer a sus hijos. Yo no soy madre pero la entiendo. Y escuchar las historias de estas mujeres me rompió el corazón.
   - ¿Teniendo en cuenta el glamour de la fama y tu forma de vida, resultó más difícil interpretar alguien con un estilo de vida tan diferente al tuyo?
  - Entiendo la diferencia entre mi vida y Les Miserables, claro. Yo vuelvo a mi casa, a una hermosa cama y un esposo maravilloso todas las noches. Tengo una vida hermosa y privilegiada, rodeada de amor. Y no puedo entender lo que puede ser vivir una vida tan miserable como Fantine, pero le tengo empatía.
   - ¿Y la parte musical de la película? ¿Qué tan difícil fue cantar en vivo, sin grabaciones, frente a una cámara, como si realmente fuera una presentación de teatro?
  - Fue muy difícil, pero personajes como los de Fantine son verdaderas joyas, por todo el desafío que me permitió transformarme para personificarla. Tuve que trabajar en mi fuerza vocal y por suerte tenía experiencia en teatro musical además del cine. Pude traducir mi amor por los musicales, en un lenguaje cinematográfico. Hay cierta vulnerabilidad en abrirme tanto y tenía que hacerlo afinada. Me sentí vulnerable. La música llega donde las palabras no te dejan ir. Cuando cantas, instantáneamente te transportas a un lugar soñado. No puedo explicarlo pero la música tiene una belleza especial.
   - Es bastante difícil olvidar aquella vez que Hugh Jackman presentó la ceremonia del Oscar y te sacó a bailar arriba del escenario, sorprendiendo a todos ¿Aquellos aplausos tuvieron algo que ver con verlos juntos hoy en 'Les Miserables'... con dos nominaciones al Oscar?
  - Bueno, con Hugh queríamos hacer un musical juntos desde hacía un tiempo, veníamos buscando algún proyecto. Pero cuando surgió esta película no lo planeamos para nada. No tuvo nada que ver con nosotros, simplemente aparecimos en la película juntos y fue emocionante. Como persona él es amoroso, es una de las personas más fuertes que conozco, se toma todo lo que hace muy en serio, se compromete en un mil por ciento. Y siempre es un placer estar con él. Es un actor maravilloso, igual como cantante, me encantaría volver a trabajar con él, otra vez.
 - ¿Y Russell Crowe?
- También fue fantástico trabajar con Russell Crowe. Los dos son hombres maravillosos. Russell nos invitó al lugar que estaba alquilando, un lugar muy cálido y él mismo cocinó carne a la parrilla, para nosotros. Se burlaba de mi por ser vegetariana (risas), pero me preparó buenas ensaladas. Y después de la cena, siempre había otro lugar para ir a cantar con un piano.
   - ¿Con un Oscar en la mano, después de tanto tiempo, por qué crees que 'Les Miserables' sigue resonando tan fuerte entre el público?
  - Creo que realmente captura la emoción de lo que significa ser joven con un  ideal, con el enojo de querer empezar una revolución. Y creo que la historia de la película también es muy política. Víctor Hugo escribió una obra maestra singular que se merece todos los premios.  (Por Fabián W. Waintal  redaccion@laprensa.hn)


Jennifer Lawrence: “Era imposible caminar, me paré en el vestido”

  La noche del Oscar casi había terminado. Solo faltaban las últimas tres categorías, cuando anunciaron las nominadas como Mejor Actriz: Jessica Chastain por la historia sobre la captura de Osama Bin Laden en "Zero Dark Thirty"; Emmanuelle Riva con la película extranjera "Amour"; la jovencita Quvenzhané Wallis de apenas 9 años por "Beasts of the Southern Wild"; Naomi Watts con la superproducción española del tusnami "The Impossible" y Jennifer Lawrence como la viudita de la comedia romántica 'Silver Lining Playbook'. Con sus jóvenes 22 años, Jennifer ya había sido nominada apenas dos años atrás, con la película 'Winter Bone'. Pero esta vez, resultó ser la imbatible ganadora.
  - ¿Te imaginaste alguna vez con un Oscar en la mano?
  - Nunca me gustó pensar en algo así. Pero durante el rodaje de 'Silver...', lo imaginé con los otros actores, Bradley Cooper, Robert DeNiro. Todos sin fenómentos. Pero pensar en el Oscar y yo, juntos, me causa demasiada ansiedad.
   - ¿La gran diferencia en aquella primera nominación al Oscar por 'Winter Bone' y la noche que ganaste con 'Silver Lining Playbook'?
  - La gran diferencia es que esta vez no había comido nada, porque estaba demasiado nerviosa y me moría de hambre en el camino al Teatro del Oscar. Eso fue lo peor. Pero también estaba menos nerviosa que antes, porque conozco más gente. La otra vez, era demasiado nueva en la industria del cine y no conocía nadie. Me asombraba ver a la gente abrazándose como si se conocieran tanto y yo... nada. Y ahora que conozco más gente, se sintió todo mucho menos extraño.
   - ¿Es verdad que el año pasado, tus votos del Oscar realmente los había elegido tu madre?
  - (Risas) A ella le gusta más ese tema que a mi. Yo recién había entrado como miembro a la Academia y algo así era bastante emocionante, para cualquier actor. Y mientras yo estaba en Inglaterra, mi madre me llamó diciendo "Hice algo muy gracioso: voté para el Oscar". Yo no entendía bien como lo había hecho. Y me contó que había llegado a casa el formulario para los votos y votó. Yo pensé que me iban a echar de la Academia (Risas). Ella pensó que cualquiera que recibía el formulario, podía votar. Pero por suerte se equivocó y se lo mandó por correo a ella misma. Tuve que hacerlo todo de nuevo.
   - ¿Disfrutaste la moda de la alfombra roja, antes de recibir el Oscar?
  - Recién ahora empiezo a apreciar la moda. No es algo que podía prestarle atención en mi infancia. Tenía hermanos mayores y literalmente usaba la ropa de ellos, tratando de mezclar un poco con lo mío.
   - ¿Cómo fue la preparación del vestido, para la gran noche?
  - Todo el proceso fue demasiado estresante. Mi casa quedó destruida por mi familia que había venido a prepararse para acompañarme. Mis amigos también fueron a verme. Fue divertido pero muy caótico. ¿Cómo fue el proceso? Me levanté, me probé el vestido y por suerte me entró bien. Me tomé una ducha... (risas), seguí con el peinado y maquillaje y después me fui a la ceremonia del Oscar.
   - ¿Te dieron algún consejo para comportarte bien, fuera de la actuación, en la entrega del Oscar y la Alfombra Roja?
  - Yo crecí en una familia completamente normal, mis amigos son totalmente normales, por eso no tengo nadie que me aconseje en ese sentido, más allá de los comentarios "Mi Dios, qué estás haciendo?". Y la gente con quien trabajo solo apoyan con su amor. Tengo el honor de haber trabajado con gente increíble, con quienes aprendí muchísimo. Pero si te fijas la forma en que hablo públicamente, te das cuenta que no recibí demasiados consejos, en especial para la alfombra roja. Todavía estoy esperando un par de consejos para saber cuando tengo que cerrar la boca.
   - ¿Qué opinas de la presentación de Seth MacFarlane?
  - Estuvo divertido, me gustó la canción del principio sobre los pechos desnudos de las actrices. Me pareció genial, muy gracioso.
  Claro. Le pareció gracioso, porque en la canción, Seth MacFarlane también destacaba que todavía no había podido ver los pechos desnudos de Jennifer Lawrence en ninguna película. Y con su total naturalidad, en cámara, Jen lo festejó con una sonrisa. Con la misma naturalidad, ella también aprovechó el buen humor cuando tropezó al subir al escenario (sin necesitar a Hugh Jackman que saltó para ayudarla), agradeciendo el Oscar con la broma "se pararon a aplaudirme solo porque sienten lástima que me caí. Es una vergüenza, pero gracias". Sin darse cuenta que había pasado a la historia con semejante premio en la mano, entre risas y la emoción del momento, Jennifer definió al Oscar como "una locura", una locura que tanto tiene que ver con su personaje en el cine.
   - ¿La caída al subir al escenario fue intencional?
  - Absolutamente (Risas) Era imposible caminar así. Creo que me pisé el vestido y los escalones seguro que estaban encerados. Fue un accidente con final feliz, pero cuando me caí, no te puedo decir lo primero que pensé, porque es una mala palabra.
   - Algunos críticos dijeron que se habían equivocado cuando te eligieron para el personaje de la novia de Bradley Cooper en 'Silver Linings Playbook', porque él te lleva 15 años. ¿Qué les dirías a quienes te criticaron?
  - Bueno, supongo que en el tema de la edad, yo era demasiado joven y en ese sentido no era la persona correcta. Pero supongo que logramos dar vuelta el problema, porque obviamente funcionó.
   - ¿Crees que el Oscar pueda ayudar a otras personas bipolares como tu personaje?
  - No creo que vayamos a terminar con el estigma de las enfermedades mentales. Solo espero que ayude. Es realmente increíble como en este mundo hay que tomar medicina para el asma o la diabetes. Pero si tenemos que tomar medicamentos para controlar la mente, hay cierto estigma detrás.
   - En la  película, Bradley Cooper se enoja muchísimo con solo escuchar una nota de la canción 'My Cherie Amour' de Stevie Wonder, porque es el tema que escuchó cuando su esposa lo engañó con otro. ¿En tu caso hay alguna canción que también te ponga de mal humor?
  - Sí, 'Come on Baby, Light My Fire', desde que alguien pasó con un auto con ese tema a todo volumen, justo cuando yo estaba perdiendo un partido de tenis. Cada vez que escucho esa canción, le quiero tirar la raqueta por la cabeza a alguien. Y detrás de cámaras, la verdad, Bradley llora cada vez que escucha 'Call me Maybe' (Risas).
   - ¿Terminaron con el rodaje de la segunda película de Hunger Games?
  - Sí. Estuvimos en Atlanta y también en Hawaii, pero no puedo contar nada mas.
   - ¿Cómo se siente el éxito entre el furor de 'Hunger Games' y el Oscar?
  - Me rompe los nervios por completo. Sí, es una mezcla de emociones con miedo, porque nunca sé lo que tengo que decir o hacer. Siempre me pongo nerviosa.
   - ¿Ahora que terminó la temporada de premios, planeas tomarte vacaciones con el Oscar en la mano? 
  - (Risas) Sí, pienso irme a alguna isla desolada y no pienso decirle a nadie donde voy. Ese es mi plan.
   - ¿Si pudieras volver al comienzo de tu carrera para contarle a una versión más joven de Jennifer Lawrence, un resumen del futuro que te espera, qué le dirías exactamente?
  Yo jamás contaría la versión de mi futuro. Si supiera que todo esto me iba a pasar, hubiese sido una pesadilla. Con 14 años, no sería una buena idea. Probablemente diría "Vas a fracasar, así que al menos... no quedes como una tonta".  (Por Fabián W. Waintal redaccion@laprensa.hn)



Daniel Day Lewis: “No estaba seguro de poder interpretar a Lincoln”

  No es ninguna novedad que Daniel Day Lewis sea uno de los mejores actores de Hollywood. Pero el tercer Oscar que ganó interpretando al Presidente Lincoln, lo confirma oficialmente. Frente a él, estaban Denzel Washington (Flight), Hugh Jackman (Les Miserables), Bradley Cooper (Silver Linings Playbook) y Joaquin Phoenix (The Master). Pero el Oscar al Mejor Actor, lo recibió el gran favorito de la noche: Daniel Day Lewis.
  - ¿Cuál es el mayor cambio que nota desde la primera vez que ganó un Oscar?
  - No cambió nada. Trato de pensar en algo, pero yo no soy consciente de ningún cambio en particular. Lo que siempre supe es que necesito tiempo. Trabajo a un ritmo muy lento. Es bueno saberlo, en vez de salir a bailar al compás de otra persona. Y supongo que tengo el extraño privilegio de trabajar cuando siento que lo necesito, mientras otras personas sienten que tienen que trabajar para pagar sus cuentas. No hay nada malo en eso. Es una razón honorable. Pero algunos años atrás, yo tome la decisión de no ser sínico con mi trabajo. Me parece importante. Siento que hay cierta posibilidad de nobleza en el mundo, aunque no es fácil encontrarla. Por eso no quise encontrarme en la mediana edad, como estoy ahora, trabajando sin el sentido real de disfrutar lo que hago.
  - ¿Es verdad que mantiene siempre el mismo estilo de vida que sus personajes? Steven Spielberg digo que la primera vez que lo escuchó con su acento británico, fue recién después que filmaron la última escena.
  - Todavía no puedo encontrar la forma de entender lo que pasó conmigo estos últimos dos años. Yo mismo me sorprendo. Empieza a sentirse algo muy extraño, que no es para nada inusual para mi, porque me parece que otra persona realmente lo hizo todo. Antes de empezar la película, hablamos bastante con Steven (Spielberg), así que tampoco me descubrió de golpe, como si fuera Abraham Lincoln. Pero esos temas que siempre se hablan de mi, aunque trato de no hablar demasiado, es todo un mito que realmente no representa el trabajo que hago.
  - ¿Quiere decir que no es verdad que se comporta tal cual como sus personajes, todo el tiempo, en medio de un rodaje?
  - La mayoría de mis colegas hacen lo mismo, en diferentes estilos tal vez, pero pasamos por momentos donde tratamos de crear un mundo propio. Y dentro de ese mundo tratamos de crear y entender lo que expresamos en aquel mundo.   Y para mi, ahí es donde está el placer del trabajo. Entonces, la locura, para mí, sería saltar adentro y afuera de ese mundo, entrando y saliendo de la experiencia del personaje, porque ahí es donde realmente me gusta quedarme.   Supongo que al final queda cierto misterio, porque a veces funciona y otras veces no, aunque no tengo la menor idea de la diferencia. Pero así disfruto el trabajo, de verdad.
  Ningún otro actor de Hollywood había ganado un Oscar tres veces, en la misma categoría como Mejor Actor. Ninguno. Jack Nicholson tiene tres, sí, pero el de la película 'Terms of Endearment' lo ganó como Mejor Actor de Reparto. En cambio, Daniel Day Lewis, fue nominado en cinco oportunidades diferentes y ganó como Mejor Actor, en el '90 con 'My Left Foot', casi veinte años después con 'There Will Be Blood' y ahora, con el rol de Abraham 'Lincoln'. Todo un record.
  - ¿Sintió cierta responsabilidad o alguna presión en particular, por el hecho de interpretar alguien tan conocido históricamente, como Abraham Lincoln?
  - Bueno, sí. Por algo estuve dando vueltas con el tema durante siete años, hasta que finalmente mi conciencia me dijo "Sí, hagamos una prueba, hagámoslo". Me parece que estaba demasiado convencido que yo no era la persona correcta para protagonizarla, no sabía si podía ayudar a contar la historia. Yo aprecio el trabajo que tuve en Hollywood, me siento bendecido por las experiencias maravillosas que viví. Y lo último que quería era que me quieran tirar en una fogata por haber profanado la memoria del Presidente más grande de la historia en este país. El miedo tuvo mucho que ver y supongo que el trabajo tomó prioridad. Una vez que tomé la decisión, la curiosidad y el trabajo cubrió todo lo demás, aunque después puede llegar a pensar "¿Qué estaba pensando? ¿Por qué se me ocurrió hacer eso?".
   - ¿Cuál fue el mayor desafío?
  - La maravillosa sorpresa con este hombre es que hay diferentes formas de descubrirlo. Tiene esa clase de bienvenida. Es muy 'evaluable'. Es algo que me tomó por sorpresa. Ahora que lo pienso, lo más difícil fue tratar de enfocar su vida. Lo convirtieron en una leyenda tan grande que es muy difícil representarlo y yo no estaba seguro de poder hacerlo. Al contrario, creía que debería haberlo hecho otra persona.
  - ¿Entonces es cierto que rechazó el primer ofrecimiento de Steven Spielberg, para protagonizar la película?
  - Sí, no sabía si era la elección correcta, hasta que me quedé sin excusas. Tampoco quiero decir que no lo tomé en serio al principio, pero me parecía imposible ser la persona que podía ayudar a Steven Spielberg y tampoco quería ser el responsable de manchar la reputación del hombre.
  - ¿Liam Neeson había aceptado antes que usted, el mismo personaje de Lincoln?
  - El es amigo mío. Liam (Neeson) se había comprometido a protagonizar 'Lincoln' y por un tiempo lo preparó con Steven (Spielberg) y llegó un momento donde Liam necesitaba hacer otras cosas y Steven iba a hacer otros proyectos. Pero mientras Liam estaba comprometido, a mi ni se me hubiera ocurrido considerarlo. Recién cuando él decidió alejarse, en la forma más generosa posible, me empujó a decidirme para que yo lo hiciera. Y sin equivocación, puedo decir que la versión de Lincoln de Liam hubiera sido algo que me hubiese gustado ver. Funcionó conmigo, pero muy fácilmente pudo haber funcionado de otra forma y creo que Liam hubiese estado maravilloso.
  - ¿Qué aprendió de Abraham Lincoln que no sabía antes?
  - Eso fue fácil, porque no sabía nada de él. Tenía todo por aprender. Más allá de algunas imágenes, una estatua, un dibujo animado, algunas frases de la época, era todo lo que sabía de la vida de este hombre. Probablemente, lo que más me sorprendió fue su humor, cuando empecé a descubrirlo, me pareció un aspecto importante de su carácter.
  - ¿Qué le gustaría preguntarle Lincoln si pudiera viajar en el tiempo para conocerlo personalmente?
  - Supongo que me quedaría paralizado encimando todas mis preguntas que me gustaría plantearle, así que probablemente terminaría quedándome sin decirle una sola palabra y me quedaría ahí, parado mudo frente a él.
  - ¿No le gustaría saber nada en particular?
  - Se sabe demasiado de él y el mundo que él ocupaba durante el período extraordinario de la historia americana. Hay miles de libros escritos, incluso lo que escribió él, sus propios pensamientos, memos, cartas, sabemos demasiado durante ese tiempo, pero no sabemos lo que hubiera hecho en el período después de la guerra, sobre la reconstrucción. Es algo que me hubiera encantado hablar con él. Pero aunque no lo hubieran asesinado, tal vez no hubiese sobrevivido demasiado. ¿Quién sabe si hubiera podido ver la construcción? Pero estoy seguro que la historia de los siguientes cien años hubiera sido bastante diferente.
  - ¿Hasta qué punto lo influenciaron hoy, las ideas de Abraham Lincoln?
  - Hay preguntas muy difíciles de contestar porque todavía me siento muy conectado a él. Yo no estaba muy familiarizado con el sistema político de este país, fue todo un descubrimiento. Y sentí la necesidad de volver a los orígenes de este país, la formación de la Constitución, la Declaración de la Independencia, para tener conciencia como funciona el sistema democrático. No puedo definir la influencia, pero cualquiera desearía ser influenciado por este hombre extraordinario. Y me gustaría creer que sucedió, pero sería demasiado presumido asumirlo.
  - ¿Guarda algún recuerdo de sus películas... además de los premios?
  - Tengo colecciones completas de libros por tantas investigaciones que hice a lo largo de todos estos años. Nunca los quise tirar, aunque dudo que los vuelva a leer otra vez. Pero son una especie de talismán, supongo. No soy un coleccionista en términos generales, no colecciono objetos famosos, tampoco quiero coleccionar premios. (Por Fabián W. Waintal redaccion@laprensa.hn)


Christoph Waltz: “La sangre de las películas de Tarantino es más roja que la real”

  El día de esta entrevista, Christoph Waltz (Viena, 1956) ya sabía que estaba nominado como mejor actor de reparto en los Globos de Oro por el sarcástico dentista metido a cazarecompensas que interpreta en Django desencadenado. Este pasado domingo ganó ese Globo de Oro. Es el segundo de su carrera, después de Malditos bastardos, el segundo que consigue gracias a su ya gran amigo Quentin Tarantino. Y todo parece indicar que repetirá también el 23 de febrero en los Oscar.
  Tarantino escribió para él este Dr. King Schultz, un alemán emigrado a EE UU que se gana la vida cazando fugitivos. Es él quien desencadena a Django (Jamie Foxx) y juntos emprenden su odisea en el sur esclavista americano hasta Candieland, el reino del sádico Calvin Candie (Leonardo DiCaprio).
  Entra con un café en la mano que se bebe casi de un sorbo, durante los 20 minutos de entrevista se beberá otro más. Habla rápido, un poco a la defensiva, balbuceando como sus personajes, y ¡sorpresa! lleva el pelo rapado. “¿Doy más miedo así? Es verdad, los asesinos en serie siempre llevan el pelo rapado”. Ay, si ese café fuera un vaso de leche… A sus pies, Coronel Hans Landa.
  Tarantino escribió para ti este personaje, ¿participaste en su creación?
 
No trabajé con él en el desarrollo del personaje, leí lo que iba escribiendo mientras lo iba escribiendo. Porque yo no interfiero con Quentin. Primero por el respeto que siento hacia él y su trabajo. Y después porque creo que es más interesante lo que él tiene que ofrecer que los dos bocados que yo pueda poner ahí. Me mostró las primeras 20 páginas. Lo leí y bueno, era bastante obvio hacia dónde iba, el papel que me ofrecía [risas], así que le dije “quiero seguir leyendo”.
  ¿Hay una historia detrás de tu personaje? ¿Cómo se convirtió en un cazarecompensas?
  Sí que hay. En un momento dado Quentin me contó la historia de por qué el Doctor Schultz estaba buscando a estos tres personajes específicos al principio de la película [por los que libera a Django que le ayuda a encontrarlos]. Pero al final la quitó, porque le quitaba interés al resto. Así que puedes inventártela si quieres.
  ¿Pero saber el pasado de tu personaje no te ayudaba a crearlo?
  Me abstengo de poner reglas y etiquetas en lo que un actor debe hacer porque para algunos es bueno pero para otros puede no serlo. Para ciertos papeles puede ser necesario saberlo aunque para otros puede ser mejor no saber nada y dejarlo fluir y que permanezca en la oscuridad. Creo que mucho de lo que se cuenta de las penalidades por las que pasamos los actores para conseguir ponernos en la piel de los personajes es puro marketing y publicidad. Sin embargo, tú sueles leer [pone voces, todo el rato] “este actor estuvo entrenando durante años para poder hacer eso. Tuvo que ir a psicoanálisis cinco veces por semana para poder alcanzar ese punto”… Y la verdad es que si es verdad o no es irrelevante, es algo que debería permanecer detrás de las cortinas.
  ¿Eres un fan del spaguetti western al que homenajea esta película?
 
En el tiempo y el lugar en el que crecí era imposible no ver spaguetti westerns. A partir de Django de Sergio Corbucci, todas las películas tenían la palabra Django en el título, incluso cuando no había un personaje que se llamara Django [risas]. ¡De verdad! He visto muchísimo y creo que sólo unas pocas son buenas.
  ¿Ves una conexión entre tu personaje y el clásico héroe del western?
  No. Personajes como el mío existían en lo spaguettis westers más a menudo que en los westerns, pero no eran exactamente así. Normalmente el tipo blanco vestido tan elegante es una figura ridiculizada en el spaguetti: no sabe usar un arma, suele ser el capturado por los indios…

“Tarantino no glorifica la violencia, es así de terrible”

Quentin Tarantino, Mejor Guión original, en los Oscar 2013.
  ¿Cuál es tu opinión sobre reflejar de una forma tan honesta y brutal lo que pasó en aquella época en EE UU?
 
Me mantengo completamente fuera de este debate, porque no creo que pueda contribuir de ninguna manera. Hay tantas cosas, sensibilidades, datos implicados, es tan complicado. Podría tener una opinión y contribuir a este cliché, pero creo que lo necesario es no caer en el cliché. No sólo creo que no tenga derecho, sino que no tengo nada que decir. ¿Tengo una opinión? Claro.   ¿Creo que fue algo horrible? Soy un ser humano no puedo pensar otra cosa más que fue horrible. Pero ya está.
  ¿Hay mucha gente (directores, críticos…) que cree que esa violencia y brutalidad influye en personas reales, en sus actos? [El día de la entrevista por la mañana ocurrió la terrible masacre del colegio de Connecticut]
  A Quentin no le gusta esta discusión, y entiendo por qué. Siempre diré, y perdón por repetirme otra vez, que la sangre de las películas de Quentin es mucho más roja que la real. Y sí hay cierto aspecto estético en la masacre de Candieland en la película, pero no creo que esta glorificando esa violencia, al contrario creo que es una forma estética de mostrar lo terrible que fue.
  No te llama musa, pero parece que lo fueras, ¿por qué es vuestra relación tan especial?
  Yo entiendo la naturaleza de su bestia. Nunca digo “Perdona, lo que digo yo es más importante”. No, no pido permiso para colaborar en lo que él hace porque eso sería estúpido. Eso sería egoísta por mi parte. Estoy más interesado en transmitir su bestia que en introducir la mía propia.

"Cuando decides hacer una película cortas con toda tu vida durante el tiempo que dure"

  ¿Cómo es Tarantino?
  No puedo contestar a esa pregunta en abstracto. Está Quentin el guionista, Quentin el director, Quentin mi amigo, Quentin el cineasta, Quentin el icono de la cultura popular, Quentin la persona privada… todos esos son una persona, pero según el ángulo que elija, tengo cosas muy distintas que decir sobre él. Tiene una sensibilidad extraordinaria, a veces es un poco loco, a veces es increíblemente organizado o parece un caos pero nada está dejado al azar, todo lo que hace tiene un fin y controla lo que hace todo el mundo. Cuando llegas al set, pasa mucho en sus escenas no paras de pensar “No voy a poder hacer esto, no voy a poder, no puedo”. Y de repente lo has hecho, lo has hecho. Sólo tienes que confiar en él, confiar en lo que ha escrito.
  ¿Se puede improvisar algo en una película de Tarantino?
  No, ni un poquito.
  ¿Cómo ha cambiado tu vida desde Malditos bastardos?
  Mi vida ha cambiado enormemente porque antes mis opciones eran muy limitadas y los personajes que me ha dado Tarantino… ¡él sólo escribe cosas buenas! Ser invitado a participar en sus proyectos es siempre una alegría y una responsabilidad. Es un buen escritor y los buenos escritores ponen el listón más alto. Con Tarantino no sólo vas y dices, “ok, voy a hacer esto”, sino que tienes que dominar tus facultades. Eso es lo que lo hace extraordinario. Y no estoy hablando del resultado, sino simplemente del proceso que es duro.
  ¿Prefieres un género o un director sobre otro ahora que tienes opciones?
 
No, no, no. Es siempre un catálogo de elementos. Lo primero es la historia, lo segundo la gente que vas a sacrificar de tu vida si coges la película, después el personaje, dónde es el rodaje… las sopesas [con voz más aguda] “estaré tres meses fuera rodando con esta actriz, pero va a ser en Bulgaria, uy, no sé, ah, en verano, sí”…
  ¿Es un sacrificio hacer una película?
  Yo también me he sorprendido de que saliera esa palabra de mi boca… pero sí de algún lado de mi mente ha salido por algo. En cierto modo, cuando decides hacer una película cortas con toda tu vida durante el tiempo que dure, dejas a tu familia, amigos… Es como los primitivos [pone voces de nuevo]: “Dejo a mi mujer y los hijos en la cueva y salgo a una aventura, a cazar, con mis compañeros de caza…”. Sí que sacrificas algo. Django fue una película muy larga. Estuve totalmente involucrado en la película durante nueve meses, rodamos más de 130 días… Pero mereció la pena el sacrificio.
(Por IRENE CRESPO / Nueva York http://cinemania.es/noticias-de-cine/christoph-waltz-la-sangre-de-las-peliculas-de-tarantino-es-mas-roja-que-la-real)

“Es fantástico estar por Chile”

El único latino en ganar un Óscar es Claudio Miranda por su trabajo fotográfico en “Life of Pi”.

  El ganador del Óscar a mejor dirección de fotografía por Life of Pi, Claudio Miranda, se congratuló de que la alegría por su estatuilla sea compartida en Chile, país donde nació y dejó siendo niño.
  “Es maravilloso... Me gustaría agradecerle a todos los que hicieron esto posible. ¡Dios mío no puedo ni hablar!... Es fantástico estar aquí por Chile”, dijo Miranda después que Samuel L. Jackson le entregara la estatuilla por su trabajo en el filme de Ang Lee.
  Miranda se impuso sobre Seamus McGarvey (Anna Karenina), Robert Richardson (Django desencadenado), Janusz Kaminski (Lincoln) y Roger Deakins (Skyfall).

Con trayectoria
 
  Viejo conocido del mundo de Hollywood, donde trabaja desde hace ya dos décadas, Miranda recibió en enero el Premio a la Mejor fotografía que entregó la Broadcasting Film Critics Association (Bfca) por su trabajo en la hermosa epopeya visual de Lee. Entre los créditos más recientes del chileno está Tron: Legacy y acaba de concluir su trabajo en Oblivion, de Tom Cruise.
  Claudio comenzó a trabajar con el director David Fincher como técnico de iluminación para Seven (1995), y continuó haciendo la misma labor en The game y Fight club, hasta que en Zodiac pasó a ser asistente de fotografía.

Pixar vuelve a ganar el Oscar gracias a Valiente (Brave)

Tras su notoria ausencia en la carrera por los Oscar el año pasado, los estudios Pixar del grupo Disney se recuperaron este año llevándose por séptima vez el premio a la Mejor película animada por "Brave" (Valiente o Indomable), la primera princesa de su filmografía.
  "Brave", dirigida por Mark Andrews y Brenda Chapman, se impuso sobre "Wreck-it Ralph" ("Ralph, el demoledor" o "¡Rompe Ralph!"), de los estudios Disney; "Frankenweenie", de Tim Burton; "ParaNorman" ("El alucinante mundo de Norman") y "¡Piratas!".
  Pixar, que ganó su primera estatuilla al largometraje animado en 2004 por "Buscando a Nemo", repitió la hazaña en 2005 con "Los increíbles" y, luego, cuatro años seguidos: entre 2008 y 2011, las triunfadoras fueron "Wall-E", "Up" y "Toy Story 3".
  La caída fue estrepitosa cuando, en 2012, la cinta "Cars 2", dirigida por el jefe de Pixar John Lasseter, fue fríamente recibida por la crítica y ni siquiera recibió una nominación en la categoría, que ese ganó el camaleón "Rango".
  Pero el estudio, fundado por Steve Jobs y comprado por Disney en 2006, recuperó fuerzas y lanzó este año su cuento de hadas "Brave".
Mark Andrews.
  La cinta sigue las aventuras de la princesa escocesa Mérida, una joven de carácter fuerte que rechaza las tradiciones familiares, en particular su matrimonio arreglado con uno de los herederos de la corte.
  Decidida a hacer cambiar de parecer a su madre Elinor, guardiana de las tradiciones, pide ayuda a una bruja, quien lanzará un hechizo sobre la reina tan poderoso como indeseado y obliga así a Mérida a revisar sus prioridades.
  A Pixar, que construyó su reputación con cintas a contrapelo de la animación tradicional, le tomó siete años confeccionar "Brave". Fue un proceso excepcionalmente largo que dio dolores de cabeza a los responsables del estudio, por mucho tiempo insatisfechos con su creación.
  Tras cinco años de desarrollo, el estadounidense Mark Andrews debió retomar las riendas del proyecto de manos de Brenda Chapman -una veterana de la animación que pasó por Disney y DreamWorks antes de llegar a Pixar-, haciendo valer la consigna "Denme una buena historia", confió el director a la AFP el año pasado.
  Ciertamente Pixar, generalmente alabado por la calidad de sus guiones, se enfrentó a un doble desafío con "Brave": hacer una cinta sobre una princesa y confiar el papel principal, por primera vez, a un personaje femenino.
Mark Andrews aseguró que no es más difícil trabajar con una heroína que con un héroe.   "Siempre es un desafío", afirmó al precisar que "cualquiera sea el personaje, siempre es un lío caracterizarlo".
  "Que el personaje sea un hombre, una mujer, un pájaro o un lagarto no tiene importancia. La cuestión es cuál es el mensaje, cómo provocar empatía en el público. Eso siempre es difícil", agregó.
  El filme multiplica, además, las proezas técnicas que caracterizan a Pixar, en particular con la fascinante animación de la rizada cabellera roja de la princesa y la representación de los paisajes escoceses.
  La cinta tuvo mejores ganancias que "Cars 2", con una recaudación mundial de 531 millones de dólares. Pero aún está lejos de "Toy Story 3", el dibujo animado más taquillero de la historia del cine y el primero en superar los 1.000 millones de dólares en las taquillas del mundo.

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